“Este espectáculo no es solo de baile, cante y toque; lo importante es que contamos una historia”

¿Cómo se le ocurrió hacer este espectáculo?

-Conocía el trabajo de Juanjo Macías como actor y me apetecía mucho compartir escenario con él. Además, en ese momento quería investigar el mundo del teatro y en concreto hacer algo de humor, que es lo que él controla. Y pensando en qué papel y qué historia serían las más adecuadas, surgió la idea de que hiciera de mi madre, en plan caricatura de la madre de la artista, ese perfil de mujer que te acompaña a todos los sitios; un personaje que quiso ser artista, pero no pudo, y vuelca sus ilusiones en su hija. Así hemos podido fundir el teatro, con el flamenco y mucho humor.

Y con un hombre haciendo de mujer.

-Sí. Juanjo es un actor excelente y quienes le han visto en otros papeles dicen que este le va como anillo al dedo. Y mucha gente no se da cuenta de que es una mujer hasta que al final se quita la peluca. Es que hace muy bien de mujer andaluza como de Cádiz, con mucha gracia (ríe).

¿Por qué contar una historia sobre las madres de las artistas?

-Fue casualidad, yo quería trabajar con Juanjo y, además, esta historia nos permitía trabajar la picaresca. Las relaciones entre madres e hijas son de todo tipo. Hicimos una sesión para ver si al público le gustaba vernos de madre e hija y cómo reaccionaba ante los conflictos que se producían entre nosotras -yo me quería poner una flor y ella no quería o un vestido y lo mismo- y nos dimos cuenta de que esa rivalidad provocaba muchas risas.

¿Por qué ubican la historia en los años 30?

-Principalmente porque yo quería investigar esa época del flamenco, con los cafés cantantes, y rescatar palos de baile, toque y cante de aquel momento que hoy están en desuso. Y además, en esa época estaban muy definidos los roles y la mujer que quería ser artista y se quedaba embarazada perdía su oportunidad. En ese sentido, el espectáculo fue surgiendo de una manera natural como un homenaje a las madres de las artistas, a las madres en general y a las artistas.

¿Qué va a ver el público de Barañáin de esos cafés cantantes?

-En esa época, en los cafés cantantes había espectáculos de todo tipo, magia, humor, clásico, flamenco... Y en este café cantante en concreto mostramos varios palos como la guajira, la seguidilla con palillos y bata de cola, la caña con el mantón, una zambra, alegrías... Hacemos un recorrido recordando a maestras como Pilar López, Carmen Amaya y otras que estaban en el candelero.

¿Qué hay de la música?

-El toque del guitarrista Raúl Cantizano rescata también facetas de Sabicas y de intérpretes que había en la época y que hoy en día no se usan mucho. Y con el cante igual. Aunque las letras son de Alicia Acuña, escritas específicamente para ir contando la historia del espectáculo, se respetan las melodías históricas. En realidad, el único que habla es Juanjo, el resto nos manifestamos con nuestro lenguaje: yo con mi baile, el guitarrista con su toque y la cantaora con su cante.

¿Quién es Estrellita Jiménez?

-Es una mujer coqueta, muy risueña, que flirtea con el empresario del café cantante para que la contrate y provoca un conflicto con su mujer, que es la cantaora. Y a la vez está hasta la nariz de su madre (ríe), porque no la deja tranquila ni un momento, que no le falte la flor de un sitio, que si el mantón tiene que ir de esa manera, que el vestido no sé qué... Pero, por otro lado, es una bailaora que también tiene mucha sensibilidad y al final del espectáculo hay una especie de moraleja, y es que aunque te resulta pesado que tu madre esté todo el rato contigo acompañándote y cuidándote, cuando desaparece y por ley de vida se tiene que marchar, eso te deja un vacío que te hace darte cuenta de que en realidad te quería y deseaba lo mejor para ti.

Estrenaron el espectáculo en 2010 y han cosechado unos cuanto reconocimientos, aunque quizá el mejor premio sea ver lo bien que se lo pasa el público.

-Por supuesto. Lo bien que se lo pasa la gente y la cantidad de funciones que nos siguen demandando. Incluso hemos repetido en varios espacios. Además, aunque el espectáculo tiene una estructura básica, da mucho pie a la improvisación. Empezó durando hora y media y hay veces que dura dos horas o un poco más. Según el feedback del público, le das más o menos. Si el actor se lanza, yo también, así que acabas añadiendo minutos y los espectadores lo agradecen. Y es una gozada cuando al final te viene la gente a saludar o te dice por la calle que le ha gustado mucho y que, aunque el flamenco no es lo suyo, este espectáculo sí le ha atrapado... En el fondo, este no deja de ser otro camino para ver flamenco. Esto no va solamente de bailar, tocar y cantar, sino de contar una historia y eso se digiere de otra manera.

¿Como artista le gusta incorporar elementos de otras disciplinas?

-Claro que sí. El primer espectáculo de la compañía fue Tejidos al tiempo y en él fusionamos el flamenco con danza contemporánea. Además, el director era especialista en mezclar circo con otras disciplinas, así que el resultado final fue muy especial. En la Gloria, pues ya ves, también mezclamos. Y ahora estamos haciendo otra cosa en la que usamos magia, ilusionismo y nos metemos en otros campos musicales y de danza. Nos gustan los retos y perdernos un poco en lo desconocido para abrir nuevas puertas. Tengo la suerte de seguir subiéndome a los tablaos de flamenco, donde practico el baile más tradicional, así que cuando monto una cosa propia no me apetece hacer más de lo mismo, sino correr aventuras y aprender. Hasta hora no me he equivocado, pero toco madera por si acaso (ríe).

Título. La Gloria de mi mare.

Compañía. Choni Cía. Flamenca.

Dirección. Estrella Távora.

Coreografías. Asunción Choni Pérez con la colaboración de Manuel Cañadas.

Intérpretes. Juanjo Macías (Gloria, actor), Asunción Choni Pérez (Estrellita Jiménez, bailaora), Alicia Acuña (doña Amalia, cantaora), Raúl Cantizano (don Cosme, guitarrista).

Sinopsis. Gloria acompaña a todas partes a su hija, la bailaora Estrellita, depositando en ella sus ilusiones truncadas. Este espectáculo se inspira en la cultura del café cantante y el teatro de variedades; mezclando el humor, el cante y baile flamenco más tradicional, la copla, la ironía y la improvisación. En el fondo es un homenaje a la madre de la artista, a todas las madres, a todas las artistas.

Premios. La Gloria de mi mare se estrenó en la Bienal de Flamenco de Sevilla de 2010, donde obtuvo dos premios Escenarios, uno al mejor espectáculo y otro al mejor intérprete para Juanjo Macías. También fue nominado a los Max.