Intensas sensaciones en corto tiempo. La palabra exacta. Condensación e inmediatez. Mundos concentrados. Es lo que Blanca Gil, Javier Asiáin, Santiago Elso, Leyre Ochoa y Sergio Irañeta, poetas reconocidos y noveles de Navarra creen que transmite la poesía y no otros géneros. “Fernando Quiñones decía que la novela es whisky con agua, el relato es whisky con hielo y la poesía es whisky solo”, apunta Asiáin. Para conmemorar el Día de la Poesía, que se celebra hoy, los cinco, promotores o colaboradores de la revista Río Arga, reflexionan sobre la necesidad de acercar la poesía a las nuevas generaciones, el papel de este género literario en el mundo actual o las inspiraciones de los escritores.
“Pensamos que la poesía ha quedado anquilosada pero no es así. A los jóvenes les gusta la música o las frases poéticas que se pintan en paredes o se escriben en Twitter. Pero estos gustos, el tuit o las pintadas poéticas, no deben ser el fin último, sino que se debe utilizar como medio y utilizar este tipo de anzuelos, estos gustos, para que los jóvenes se interesen por la literatura”, señala Leyre Ochoa, una joven escritora. “Los jóvenes en general tienen una fobia a los libros. Hay muchos medios para que los jóvenes se interesen, pero no se potencian”, añade Sergio Irañeta, el otro principiante del grupo. Ellos forman parte del grupo de poesía Ángel Urrutia del Ateneo Navarro, uno de los pocos canales en Navarra que organiza encuentros poéticos con el objetivo de potenciar el interés de los jóvenes por este género, y recientemente publicaron su primer poema en la revista Río Arga.
“Es un gran error que se empiece a enseñar poesía por Espronceda. El lector tiene que llegar al momento de leer los clásicos, no el momento al lector como ocurre ahora, que se mete la poesía por embudo”, añade Javier Asiáin, secretario de la asociación que edita la revista Río Arga. Pero no está claro si la cuestión es solo generacional. “Yo creo que hay más libros de poesía que lectores, y poetas que escriben que no leen. De hecho hay poetas que dicen que no leen poesía para no contaminarse. Es como si un músico no escucha música para no contaminarse. ¿Cómo vas a hacer música si no sabes de música? Pues con la poesía pasa lo mismo”, apunta Santiago Elso, quien escribe poemas desde hace ya varios años.
Para Blanca Gil, directora de Río Arga y escritora desde que tenía 19 años, en los años 70, no se trata solo de generaciones sino también de la escasa relevancia que se le da a la poesía: “En los años de transición, en años convulsos, la poesía era muy importante. Cuando yo empecé a escribir en esos años era el momento de renacimiento de la poesía, unos años vibrantes con cantautores como Paco Ibáñez, Joan Manuel Serrat, Aute... Y la música, la rima, el oído... todo va unido. Yo tengo familiares que se sabían muchísima poesía de memoria, de críos, por la transmisión oral. Y eso ahora no se ve”, apunta.
“Igual ahora cambia, porque cuando un país está en una situación muy mala se escucha a los poetas”, destaca Elso, que señala su confianza en las próximas generaciones, donde asegura haber constatado que existe “gente en la sombra que es extraordinaria e incluso mejor que poetas que están publicando textos”. “Es lo que tiene la poesía, que es un género muy democrático y el talento está muy repartido”, indica.
rompiendo mitos
El mundo del poeta
Inspiración y obsesión
Uno de los mitos más extendidos entre el público general sobre la poesía es que se trata de un género autobiográfico en el que el autor vuelca sus sentimientos, vivencias y experiencias, olvidando que, como todo género literario, la poesía también está abierta a la ficción. “La poesía es un género de ficción. La gente entiende que estás desnudando tu alma pero no tiene por qué; un poeta no tiene por qué estar contando su vida en un poema... Hay algo de ficción, puedes crear un personaje... No importa que un poema sea veraz, lo que tiene que ser es verosímil. Y no hay que olvidar que la poesía es un acto de comunicación y que siempre se escribe para un receptor. Puede ser una manera de contarte cosas también a ti mismo pero la poesía y el arte es social”, señala Elso.
Lo que sí reconocen estos autores es que sobre todo al principio, muchos recurren a la escritura como método de desahogo. Es el caso del joven navarro Irañeta. “Yo generalmente escribo para mi mismo. Puedes dedicar poemas pero para mi es un modo de liberar y canalizar el dolor o los pensamientos que tengo”, apunta. “A la hora de escribir un poema cualquier pretexto es válido. Es válido como terapia, es valido como expresión artística por sí misma... Quizá de joven buscas más esa primera manera, ese acercamiento, pero después buscas la perfección, el crear una obra artística”, añade Asiáin, que además explica que “no hay que confundir el uso de la primera persona con hablar de uno mismo”. “Hay poemas escritos en primera persona que se usa para trascender y otros en tercera persona en la que el autor está hablando de sí mismo”, expone.
En ese proceso de escritura, todos coinciden en afirmar lo obsesivo que puede ser un poeta. “Que no te salga una palabra o tener dudas a la hora de poner una coma es muy traumático para un poeta. Por solo una palabra puede estar dándole vueltas al poema durante horas”, comenta Gil, para quien la exactitud es tan importante que opina que “a veces una frase salva o condena todo el poema”. “También hay mucho intrusismo entre los poetas y todos te dicen yo aquí pondría una coma, yo aquí la quitaría, esta palabra no sé... ¡Entre los pintores no veo yo que den brochazos a los cuadros de otros!”, bromea Elso. “En mi caso, he llegado a estar un año para escribir un poema de 50 versos, y medio año más para escribir el último verso. Para uno mismo necesitas que sea perfecto. Es como una pieza dentro de un puzzle, que la metes y ves que no encaja, pero que si la aprietas ves que sí, y que tú sabes que esa no es la pieza. Quizá algún lector lee ese poema y no se da cuenta, pero tú sabes que es así”, resume Asiáin.
la fecha
1999
año de aprobación. La decisión de proclamar el 21 de marzo como Día Mundial de la Poesía fue aprobada por la UNESCO en 1999.
los objetivos
Diálogo. La poesía es una manifestación de la diversidad en el diálogo, de la libre circulación de las ideas por medio de la palabra, de la creatividad y de la innovación. Merced a sus asociaciones y metáforas y a su gramática singular, el lenguaje poético constituye, pues, otra faceta posible del diálogo entre las culturas.
Vía de expresión. El Día Mundial de la Poesía tiene como propósito promover la enseñanza de la poesía; fomentar la tradición oral de los recitales de poéticos; apoyar a las pequeñas editoriales; crear una imagen atractiva de la poesía en los medios de comunicación para que no se considere una forma anticuada de arte, sino una vía de expresión que permite a las comunidades transmitir sus valores y fueros más internos y reafirmarse en su identidad; y restablecer el diálogo entre la poesía y las demás manifestaciones artísticas, como el teatro, la danza, la música y la pintura, según la UNESCO.
Diversidad lingüística. La UNESCO invita a reflexionar sobre el poder del lenguaje poético y el florecimiento de las capacidades creadoras de cada persona, al tiempo que busca apoyar la diversidad lingüística a través de la expresión poética y dar la oportunidad a las lenguas amenazadas de ser un vehículo de comunicación artística en sus comunidades respectivas.
la frase
irina bokova “cada poema, aunque único, refleja lo universal de la experiencia humana, el anhelo de creatividad que trasciende todos los límites y las fronteras, tanto del tiempo como del espacio, en la afirmación constante de que la humanidad forma una única y sola familia”
Mensaje de la directora general de la UNESCO con motivo de la jornada.