pamplona - Raúl Cimas, licenciado en bellas artes... Y trabajando. ¿La excepción que confirma la regla, un milagro, el espejo para varias generaciones de estudiantes?

-De la gente que yo conozco de mi promoción están currando casi todos, lo que no sé es si en lo suyo (risas). Pero es que, en general, la cosa está muy así. Yo recuerdo que cuando quería hacer Bellas Artes me desanimaban mucho con eso de que no había salida... Pero a otra gente que conozco que optó por carreras con más salidas, tampoco les ha ido muy allá. Creo que uno tiene que hacer lo quiere, así se esforzará más.

Con los cómics Orgullo brutal, editado este año, y OrgullobrutalDemasiada pasión por lo suyo

-Sí, desde luego. Es que eso es lo que yo quería hacer desde niño, lo que me llevó a hacer Bellas Artes y lo que me frustró Bellas Artes, también (risas). En realidad, los cómics los empecé a hacer muchos años después, cuando me di cuenta de que no hacía falta dibujar de puta madre para hacer un buen cómic; no se trata de eso, aunque durante mucho tiempo pensé que sí... Y como tiraban las cosas por otro lado, porque habíamos empezado a hacer el gilipollas con el vídeo y sin darnos cuenta estábamos ya en Paramount Comedy, ganando dinero... Eso hace que te olvides de todo lo demás. Sin embargo, me gusta muchísimo lo del cómic; de hecho creo que es lo que más me gusta porque de alguna manera cumplo con lo que quería desde crío, y eso es la leche, eso es mi gran orgullo.

¿Entre la pasión, que marcó su primer libro de historietas, y el orgullo, que ha marcado el segundo, con qué se queda?

-Son necesarias las dos cosas. No son ni virtudes ni defectos, ambas son algo que debes llevar en su justa medida. Hay que vivir las cosas con pasión y también hay que tener orgullo para, por ejemplo, salir de algunas situaciones dañinas.

Y eso que el orgullo no es algo que se lleve mucho, que esté muy de moda.

-¿A qué orgullo te refieres? Porque hay muchos orgullos... Sí es cierto que, en general, no hemos sido un pueblo muy orgulloso, nunca...

Tomando como referencia algunas historietas de su último cómic, Orgullo Orgullobrutal

-Tu qué eres, de Osasuna, ¿no? Pues yo soy del Albacete, que es más triste. A Osasuna le dolería mucho en el orgullo bajar hasta el pozo de Segunda B, que es donde más tiempo ha jugado el Albacete últimamente. Cada uno tiene sus niveles, para el Madrid es un desastre no ganar la Liga, para Osasuna lo sería bajar a Segunda B, aunque ya vais llevando bien lo de jugar en Segunda...

Siguiendo con sus aventuras en viñeta, ¿es Cimas experto en terracitas o le gustaría serlo?

-Aunque me da mucho asco el término, creo que sí, que ha sido una de las cosas por las que he pecado (risas): una terracita por aquí, un qué bien se come por allí... Pero creo que nos ha pasado un poco a todos, son conversaciones, como lo de qué bien se está aquí, en las que todo el mundo puede dar su opinión. Además, Terracitas, el personaje, tendrá un historieta propia más larga en el futuro.

¿Qué es más duro, que todos esperen una gracia o un chiste cuando hablan con Raúl Cimas o la cara de incredulidad que se les queda cuando se dan cuenta de que su conversación también puede discurrir por caminos serios?

-Sabes lo que sucede, que, con la gente que me conoce, tengo la facultad de hacer que se rían aunque hable en serio; de mí no es que esperen un chiste, es que directamente se ríen de las cosas serias que digo. Lo que sucede es que me he formado ese personaje, que dice las cosas muy serio, y a la gente le cuesta saber cuándo voy en serio y cuándo no. De todas formas, la gente que no te conoce es la que te suele decir esas chorradas del tipo: “¿Y tú que eres? Humorista. Pues venga, hazme reír”. Los que te conocen saben perfectamente que me va a tocar los cojones que me digan cosas así.

Vamos, que es cierto el rumor de que interpretó un Shakespeare dramático y el público casi se reía...

-Sí, se reían (risas), qué le vamos a hacer... Y ahí ya me vine arriba, aunque eché al traste el trabajo de todos mis compañeros (risas).

Yogur de piña, uno de los protagonistas principales de Orgullo Orgullobrutal

-Es mi Pepito Grillo. Yogur de Piña, en realidad, era un dibujo muy bonico, y yo quería hacer un personaje que fuera bonico y cabrón... Porque este tipo de gente a mí me funciona muy bien: me gustan mucho los bonicos cabrones. Y, por otra parte, como en el cómic es un tipo que está bastante abandonado, Yogur de piña me venía muy bien porque un yogur es lo último que dejas en la nevera... Esa imagen del frigo vacío, con un yogur y medio limón (risas). En realidad, Yogur de piña tampoco es un Pepito Grillo, es una parte o un mecanismo muy raro que tenemos en la memoria. Me explico. Imagínate un día en el que lo has hecho todo bien: has cumplido con tu trabajo, te has portado bien con tus amigos, has llamado a tus padres, con tu novia te has portado fenomenal y entonces te acuestas, y cuando deberías dormirte feliz, se inicia un proceso por el que te acuerdas de un día en el que hiciste el ridículo, hace ocho años, y te quita el sueño. Y yo me pregunto entonces, ¿para qué nos han puesto ese mecanismo en el cuerpo? Creo que ese momento es Yogur de piña.

El humor sirve para muchas cosas hoy en día, incluso para reírse del poder, algo que debería ser posible siempre, además de un ejercicio saludable...

-Deberían dejar a la gente que decidiera por sí misma si quieren ser educados o no. A mí tampoco es que me entusiasmen los tuits con insultos pero somos los suficientemente adultos, todos; de la misma manera que somos adultos para votar a los que llegan al poder, debiéramos ser adultos para decidir cómo nos expresamos y cuáles son nuestras ideas. En este sentido, no entiendo cosas como la Ley mordaza, ¿qué intentan parar? Si a la larga será peor.

El orgullo de Raúl Cimas, en su faceta de humorista, es como la honestidad de Andrés Calamaro, ¿solo puede ser brutal?

-Si quiero que haga gracia, sí. Me gustan las cosas afiladas, lo que crea un desajuste... Siempre me han hecho reír los personajes que llegan al límite, o que se ven en una racha muy mala; el detonante puede ser el orgullo o la pasión, pero debe ser brutal para que una persona pierda los papeles. Para mí, en este cómic, la historia clave es la de Hermano mayor, una persona a la que le van bien las cosas hasta que se le empieza a girar todo de golpe y porrazo. Y empieza a recibir un pequeño linchamiento social, no muy grande pero lo suficiente como para desestabilizarte.

Evidentemente, el humor es su profesión, lo que le da de comer, pero, aunque sea una pregunta reiterada, y casi tópica, ¿qué es el humor para Raúl Cimas?

-Creo que es un mecanismo de defensa ante las cosas que te afectan, que te dan miedo o te ponen triste. Generalmente, nos reímos de las desgracias personales, o de las cosas ridículas... Si yo te cuento que me ha tocado la lotería o que me va bien con la novia, te puede provocar cierta felicidad si me tienes estima, pero no te vas a reír. Pero si te cuento un mal día que he tenido, seguramente nos empecemos a reír; y una vez que nos empezamos a reír, de alguna manera empiezas a superarlo. A mí me gustaba mucho una cosa que decía Cansado, que el humor es como unas gafas que te pones para ver las cosas con otra perspectiva; es otro punto de vista. Cualquier drama se puede contar en plan cómico; no hay personaje que viva un drama al que no se le pueda colocar otro punto de vista y te puedas reír con eso.

Los Cuatro de Albacete, formación formaciónprofesional

-Muchas gracias, pero creo que todos los humoristas son necesarios, pocas cosas hay como hacer reír a alguien que está en su casa pasando un mal rato. A mí de las cosas que me dicen es de las que más gusto me dan: “Estaba jodido con mi novia, y vi el monólogo y se me pasó” o “estoy estudiando las oposiciones pero a la noche veo Muchachada Nui y así desconecto”. Pues cojonudo, ese es el objetivo, que no es pequeño.

biografía

Raúl Cimas (Albacete, 1976). Actor, humorista y dibujante. Ha participado en programas de televisión como Buenafuente, La Hora Chanante y Noche Sin Tregua. Junto con Joaquín Reyes, Pablo Chiapella y Ernesto Sevilla, forma el Cuarteto de Albacete. En el programa de televisión La Hora Chanante ha interpretado diversos personajes históricos del mundo del arte como Van Gogh y otros muchos papeles secundarios. Empezó en el teatro antes de ser fichado por el canal Paramount Comedy en 2001. También ha sido guionista y colaborador de la productora El Terrat en el programa La Gran Evasión de ETB. Ha actuado en diversas ciudades estatales con sus monólogos y con la obra de teatro La vida mata, junto a David Fernández y Fermí Fernández. En noviembre de 2006 estrena Misterioso Asesinato en Manhattan, protagonizada por Enrique San Francisco en el Teatro Maravillas de Madrid, para iniciar después gira por todo el Estado. A partir de septiembre de 2007 intervino en el programa Muchachada Nui de La 2 de TVE, sucesor de La Hora Chanante. En 2012 interpreta la obra de teatro La extraña pareja, de Neil Simon. Desde 2010 y hasta 2014 interpretó a Jaime Walter, el director de Museo Coconut, la sitcom de Neox. Actualmente presenta el programa Óxido Nitroso de Canal+ 1. En el año 2014 publica Demasiada pasión por lo suyo. y en 2015 Orgullo brutal, ambas editadas por Blackie Books.