“Maureen era nuestra querida madre, abuela, bisabuela y amiga. Ha fallecido en paz, rodeada de su familia, que ha recordado su vida escuchando la música de su película favorita, El hombre tranquilo”. Son palabras de la familia de Maureen O’Hara contenidas en el comunicado que envió ayer a los medios para dar a conocer la muerte de la actriz irlandesa a los 95 años.

The Irish Times publicó ayer el comunicado, encabezado con la siguiente frase: “Con nuestro corazón lleno de dolor compartimos la noticia de que Maureen O’Hara ha fallecido hoy (por ayer) mientras dormía por causas naturales”. Famosa por su llameante cabello pelirrojo, Maureen O’Hara nació en Ranelagh (Irlanda) el 17 de agosto de 1920 como Maureen FitzSimons, y fue la segunda de seis hermanos. Su madre fue Marguerita Lilburn FitzSimons, una cantante de ópera en contralto, mientras que su padre, Charles Stewart Parnell FitzSimmons, era un agente de negocios de Dublín y copropietario de un equipo de fútbol llamado The Shamrock Rovers.

Fue Charles Laughton junto con Eric Pommer quienes lograron convencer a O’Hara para iniciarse como actriz con un contrato de siete años con Mayflower Pictures. Tras trabajar en dos producciones bajo su nombre original, su primera película como Maureen O’Hara fue La posada de Jamaica, dirigida por Alfred Hitchcock.

AMIGA DE JOHN WAYNE Y JOHN FORD En 1939 se convertiría en la gitana Esmeralda de Víctor Hugo en Esmeralda la zíngara, que fue su trampolín hacia el estrellato. Ese mismo año conocería a John Wayne, con el que tuvo una gran química en la pantalla y con quien mantuvo una gran amistad que duró hasta la muerte del actor, en 1979. Cuenta la leyenda que O’Hara conoció al que sería su media naranja profesional durante una de las peores borracheras del actor. La entonces joven actriz acompañó al legendario vaquero de La diligencia a su casa mientras él daba tumbos durante todo el camino. Él siempre se lo agradeció y la consideró un amigo más con el que podía compartir juergas y confidencias.

En 1941, John Ford la eligió para estar en ¡Qué verde era mi valle!, película que obtuvo cinco premios Oscar. Pese a todos los reconocimientos, la interpretación de O’Hara no logró convencer a los académicos de Hollywood, que nunca la nominaron a una estatuilla dorada. Pese a ello, en 2015 recogió un premio honorífico como reconocimiento a toda su carrera de manos de Clint Eastwood y Liam Neeson.

Reconocida por sus intervenciones en El cisne negro, Simbad el marino o La isla de los corsarios, se convirtió en una de las actrices habituales de John Ford, que también fue uno de sus grandes amistades en Hollywood. Con él participó también en Río Grande y El hombre tranquilo, cinta esta última por la que sería recordada para siempre en la historia del cine. Sus últimas apariciones en la gran pantalla fueron en 1991 con Yo, tú y mamá, y en la televisión en 2000 con el telefilme El último baile. - D.N.