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Sí, pero?

concierto de canteca de macao

Fecha: viernes, 30 de octubre. Lugar: Café Zentral Teatro, Iruñea. Intérpretes: Canteca de Macao, formación integrada en directo por Anita Kurub, al cante; Chiki, a la voz, a la guitarra acústica y a los coros; El Niño, a la batería; Carlos Leal, a la guitarra eléctrica, acústica y a los coros; Yago, al bajo; y Rubén García, a los teclados y a la dirección musical. Incidencias: presentación de Lugares comunes, nuevo CD de la banda. 2/3 largos de aforo, público con destacable presencia femenina más o menos participativo. Hora + ¼ de duración, bises aparte.

canteca de Macao regresaron a Iruñea estrenado nuevo disco y nueva etapa en su devenir artístico. Y nuevos modos de entender y plasmar sus temas en directo, y lo hicieron protagonizando un concierto? que al abajo firmante no le terminó de convencer. Y no por motivos relacionados con carencias o deficiencias de orden interpretativo, nada más lejos de la realidad. Ni tan siquiera con la calidad de las nuevas canciones, sino más bien por los ritmos de los temas que sonaron; principalmente en el caso de los nuevos: no lentos -lo que se dice lentos-, pero sí menos vigorosos; menos acertados para el baile que lo esperado. Y más estando de por medio un grupo como este, Canteca de Macao, con la rumba tan presente en su ideario y en su razón de ser.

Ya sobre el escenario, los comandados por Anita y Chiki, motores y gasolina del grupo a un tiempo, alternaron temas de estreno con otros más viejos, algunos de estos últimos, como Contigo (primero en ser cantado por los presentes) y Bellas, ya legendarios: no en vano con el este último fueron nominados en 2007, en los Premios de la Música, dentro de la categoría de Mejor Autor Revelación. Pero tal y como hemos sugerido, pese a que la pareja artística acariciara por igual con su voz y su tacto cuantas composiciones ofrecieron, a decir verdad las más viejas fueron las que se llevaron el gato al agua, en detrimento de cuantas nuevas sonaron. Y así lo entendió buena parte de los presentes, un público que, con la lógica excepción de las primeras filas, se mostró más expectante que efusivo -en líneas generales-: así pues, podemos concluir diciendo lo siguiente, que echamos en falta que los músicos pisaran más el acelerador. Algo más de frenesí, desenfado y desenfreno. ¿Momentos que brillaron con luz propia, llegados a este punto? Los deparados por composiciones como Nunca es tarde, a ritmo de cumbia; segunda en sonar tras prender la mecha con Loca de atar. No llores, todo un volantazo rítmico rubricado sin remisión por La rubia perfecta, tema que puso Zentral en pie de baile; Pa’l Sur o Desfase, con la que terminaron... en falso; y es que, por las razones esgrimidas líneas más arriba (parecía claro que las expectativas del respetable no habían quedado satisfechas) estaba igualmente claro que tenían que dar más: en aras de intentar rematar faena. Convencer plenamente al personal: algo que a ciencia cierta no sabemos si lograron, en verdad.