Daniel Ochoa de Olza, segundo y tercer premio World Press Photo
El navarro retrató la belleza de una tradición maya y los rostros de las víctimas de los ataques de París
pamplona - El pamplonés Daniel Ochoa de Olza ganó ayer el segundo y el tercer premio World Press Photo, la máxima distinción del fotoperiodismo mundial, en la categoría Historias de Personas con las imágenes La tradición maya y Víctimas de los ataques de París. Las dos series muy diferentes y tomadas en Madrid y París, respectivamente, reflejan, por un lado, la tranquilidad de una celebración madrileña con olor a romero y, por otro, el rostro sonriente de algunas de las víctimas del atentado terrorista en una discoteca de París.
La tradición maya otorgó a Ochoa de Olza (Pamplona, 1978) el segundo premio en la categoría de Historias de Personas de esta edición, una serie en la que el fotoperiodista, que ya había ganado el segundo premio del World Press Photo en 2013 con una serie de doce imágenes sobre la vuelta a los ruedos del torero Juan José Padilla, retrató ocho niñas que permanecen quietas, de forma hierática, en un altar perfectamente decorado con romero y otras flores. “Llevo bastantes años haciendo fotos de tradiciones ibéricas y cuando me enteré que se celebraban las mayas cerca de mi casa en Madrid, me acerqué y me pareció inevitable sacar unas fotografías”, contó Ochoa de Olza, para quien estas fiestas “tan tranquilas y que huelen tanto a romero tienen un trasfondo peculiar y estéticamente son muy visuales”. Según destacó, las escenas están tomadas en Colmenar Viejo (Madrid), en donde “se eligen a una serie de niñas y se les sientan en estos altares, donde tienen que permanecer en torno a dos horas sentadas y serias”.
Asimismo, el navarro, que trabaja para la agencia Associated Press desde hace diez años, apuntó que su objetivo con esta serie no era otro que el de “documentar, de la forma más honesta posible, este tipo de festividades que muchas veces tenemos cerca y son absolutamente desconocidas”.
homenaje a las víctimas de parís La serie Víctimas de los ataques de París recoge una serie de fotografías realizadas a las fotografías que se dejaban en los lugares de homenaje tras el atentado. En ellas se ven rostros sonrientes y con amigos empapados por la lluvia, dos aspectos “efímeros” para el fotógrafo. “La serie es dura porque nos identificamos mucho con ellos y la fuerza de estas imágenes radica precisamente en que podríamos ser cualquiera de nosotros, porque todos tenemos fotos parecidas a las de estas víctimas”, señaló Ochoa de Olza.
Lo que le interesaba al autor de las fotografías era “poner el punto sobre la i en quienes eran esas víctimas porque, muchas veces, la noticia de quienes se quedan ahí se difumina entre tanto ruido informativo”, contó, por lo que decidió “poner cara, ojos, sonrisas y amigos a tantas y tantas víctimas que en un momento llevaron a parecer meras cifras”. Según destacó el navarro, cuando viajó hasta París tras los atentados realizó “muchos tipos de fotografías, todas muy periodísticas”, pero conforme fueron avanzando los días buscó maneras para acercarse “visualmente a la historia e intentar darle un giro más creativo”. Así, decidió que fotografiaría las caras de las víctimas, porque “son lo que nos define como personas”.
Por otro lado, la lluvia era “un elemento que estaba ahí” que Ochoa de Olza decidió tomar como algo en lo que apoyarse. “Las gotas tienen un efecto que puede ser confuso en el sentido de que cada uno lo puede interpretar a su manera, pero para mí la lluvia es algo efímero como la vida, y me pareció muy interesante contraponer estas dos cosas”, concluyó.