El pasado 3 de marzo cerraba sus puertas en Pamplona el cine Carlos III. Con ese cierre de puertas desaparecían también los cines en el centro de la ciudad, y desaparecía también la vertiente cinematográfica de la empresa Saide. Antes de que lo hiciera el Carlos III lo habían hecho los cines Olite, y los Iturrama, los Príncipe de Viana, el Arrieta, el Rex, el Avenida, el Alcázar, el Chantrea, el Guelbenzu, el Aitor, el Mikael, el Xabier, el salón Champagnat, el salón Loyola? ¿los recuerdan? Y podríamos seguir localidad por localidad, de pueblo en pueblo, de cine en cine. Uno a uno van cerrando sus puertas, van doblegándose ante la realidad de los nuevos tiempos; aunque, afortunadamente, todavía son abundantes las personas que entienden, entendemos, que no es lo mismo ver una película en la pantalla del ordenador que verla en una pantalla gigante y con una buena acústica; no solo hay diferencia, sino que ésta es abismal. Por no hablar de esa placentera sensación de dejar atrás, al otro lado de la puerta, una tarde invernal, gélida y desagradable, a la vez que te adentras, con tus palomitas en la mano, en ese patio de butacas, bien templado en su temperatura, y ante la expectación de ver esa ansiada película en una pantalla que en tu casa nunca la vas a tener.
Ilustrar su historia Sin embargo la realidad es esa, que son muchos los cines que en Navarra han desaparecido. Y no solo desaparecen físicamente estos espacios sino que su memoria tiende a difuminarse, a desaparecer. Ley de vida seguramente. Por otro lado, en nuestra tierra hemos tenido la suerte de que algunas personas han dedicado una parte de su tiempo, no ya a escribir sobre la cinematografía en Navarra, que hay libros extraordinarios y en donde Ramón Herrera brilla con luz propia, sino sobre los cinematógrafos o los cines de esta tierra. Sirva como ejemplo de ello el libro que sacó en su día Alberto Cañada Zarranz sobre Llegada e implantación del Cinematógrafo en Navarra (1896-1930), editado por el Gobierno de Navarra en 1997. Otro ejemplo, cuya autoría desconozco pero que me parece maravilloso y muy recomendable, es el blog memoriasdelviejopamplona.blogspot.com, en donde se nos muestra un apartado dedicado a los cines de Pamplona que no tiene desperdicio por la riqueza de datos y de recuerdos que en él hay.
Pues bien, no basta con toda esta historia; ha llegado el momento de ilustrarla. Y es en este frente en donde oportunamente, y coincidiendo caprichosamente con el cierre del cine Carlos III, surge estos días la iniciativa, impulsada por el Archivo de la Administración, de apelar a la ciudadanía para que colaboren en reconstruir la historia gráfica de los cines en Navarra, al menos de los existentes con anterioridad a 1990. Es más que probable que un pequeño porcentaje de las personas que hoy, ahora, están leyendo este reportaje, conserven en su casa alguna fotografía del cine al que un día fueron, o la entrada que adquirieron en la taquilla, tal vez un cartel, o un documento que aluda a su historia, o el prospecto de la película que allí se proyectó; es posible que alguno haya tenido el capricho de guardar el rótulo del cine, o la taquilla, o aquél viejo proyector en donde el proyectista pasaba toda la velada vigilando que no se juntasen los incandescentes carbones. Bueno, si está usted entre esas personas no se preocupe, usted va a seguir siendo el propietario de ese material, no lo va a perder. Lo que este proyecto busca, y le pide, es que tenga el detalle de facilitar la imagen de ello. Si usted tiene ese proyector del cine de su pueblo sáquele una buena fotografía, o varias, y hágalo llegar a donde líneas más abajo se le va a indicar; y lo mismo con cualquier otro objeto. Si lo que usted tiene es un elemento impreso, una entrada por ejemplo, escanéela a una buena resolución, y hágala llegar igualmente. De esa manera contribuirá usted a recomponer la historia, en su parte gráfica, de los cines de Navarra.
Punto de partida Cuando el Archivo de la Administración se lanzó a un proyecto como éste fue porque se partía ya de una base documental importante, de una base que invitaba a hacer el esfuerzo de completarla, obligadamente a través de la colaboración ciudadana. Esta buena idea surge de Susana Herreros, jefa de sección de Gestión del Patrimonio Documental, quien con la ayuda de Maite Sola y Elena López, materializan una de las funciones importantes que todo archivo institucional debe tener: conservar, agrupar y difundir? en este caso el patrimonio documental vinculado al ámbito cinematográfico.
Así pues, en el Archivo de la Administración se conservan documentos relacionados con la construcción y puesta en marcha de salas de cine en muchas localidades de Navarra. A esto hay que añadir la aportación de la Filmoteca de Navarra y del Servicio de Bibliotecas, que van a aportar a este proyecto carteles y programas de cine principalmente.
¿De dónde ha salido toda esta documentación?. Bien, para situar al lector diremos, en breves pinceladas, que desde el año 1938 la apertura de un cine, y también de cualquier industria, requería la autorización del Ministerio de Industria; obviamente para obtener esa autorización había que presentar la documentación que el susodicho Ministerio requería. Quiere ello decir que desde ese año todos los cines que se abrieron en Navarra tuvieron que presentar ante la autoridad competente el correspondiente proyecto, presupuestos, planos, aforo, etc, toda una memoria que incluía datos relativos al capital invertido, maquinaria, producción o personal destinado a funciones de proyectista, taquillera, acomodador?; estos documentos quedaban archivados en la Delegación Provincial de Industria. Y es en el año 1985 cuando se producen las transferencias en esta materia por parte del Estado en beneficio del Gobierno de Navarra. Lo que implica que todos esos archivos van a parar a lo que hoy es el Archivo de la Administración.
Lo mismo pasa con todo lo que afecta a las películas y a las proyecciones de estas en esos cines construidos con la autorización del Ministerio de Industria, solo que en este caso va todo regulado, desde 1951, por parte del Ministerio de Información y Turismo (que con anterioridad a esa fecha se llamaba Subsecretaría de Educación Popular, y que posteriormente le pasó el relevo al Ministerio de Cultura), que es quien por consiguiente almacena toda esa documentación que va generando cada cine con su actividad; estamos hablando de autorizaciones, registros, licencias de exhibición? siendo especialmente importantes las inscripciones en el Registro de Empresas Cinematográficas, pues estas incluían datos del aforo, del precio de las localidades, del escenario, y de la propia empresa. Y es en 1986 cuando se materializan las transferencias a Navarra de esta materia, lo que permite que toda esa documentación cinematográfica que almacenaba la delegación provincial del Ministerio de Cultura pase, igualmente, a engrosar los fondos del Archivo de la Administración.
Es así como este archivo se convierte en el depositario y custodio de los fondos documentales concernientes a la historia cinematográfica de Navarra que décadas atrás estuvieron en manos del Ministerio de Industria y del Ministerio de Información y Turismo. La digitalización ahora de todos estos fondos ha servido para darse cuenta de que la historia de los cines en Navarra iba a estar muy bien documentada, pero acusando a la vez una deficiencia importante, como lo es la historia gráfica. Todo ese material gráfico es lo que nunca se ha almacenado institucionalmente, por lo tanto no se ha conservado, y todo él está en manos particulares.
Así pues, con muy buen criterio, Susana Herreros está posibilitando con esta iniciativa que ha puesto en marcha desde su posición como Jefa de Sección, que las instituciones y la sociedad se entremezclen e interactúen en beneficio de un bien cultural. No debiera esto de ser noticia, sino que debiera ser una práctica habitual.
Qué se busca Ya ha quedado dicho, pero no está de más repetirlo. Lo que se busca con esta iniciativa es recopilar de forma gráfica la historia de los cines en Navarra. Hay planos de ellos, hay proyectos de construcción, hay correspondencia derivada de permisos y sanciones? pero faltan fotografías, programas, carteles, entradas, y todo tipo de documentación que de una u otra manera sirva para recomponer y completar su historia.
Entiéndase que toda aquella persona que tenga algún material de este tipo, en ningún caso va a dejar de tenerlo, es decir, lo que se busca y se va a almacenar es la imagen digital de ello.
En cualquier caso, quede también claro, que si alguna persona conserva en su casa una butaca de cine, o el rótulo del cine del pueblo, o la taquilla, o una placa, o cualquier otro elemento material, al Archivo de la Administración le bastaría con una imagen de ello; no obstante sépase que si el propietario de este material quisiese desprenderse de él, el lugar adecuado para depositarlo es la Filmoteca de Navarra, en donde estarán encantados de acogerlo.
Pero ahora, en esta iniciativa denominada Salón Cinema, lo que se busca es la imagen digital, y cuanta mejor resolución tenga? mucho mejor.
Para quien le pique la curiosidad sobre lo qué se va consiguiendo podrá verlo a través de Internet, en concreto a través del denominado Archivo Abierto, una especie de herramienta que permite la difusión de fondos documentales de acceso libre a través de la consulta en línea, creada precisamente para acercar y difundir el patrimonio documental de Navarra.
La campaña, como quien dice, acaba de estrenarse este pasado mes de febrero. Ha sido tiempo suficiente para empezar a recibir los primeros materiales y para empezar a tramitar la entrega de otros materiales. Lo recogido, o en trámite de ello, afecta de momento a programas de los años cuarenta del cine Príncipe de Viana, entradas de varios cines de Pamplona, carteles de películas proyectadas en el cine parroquial de Isaba, y otros materiales vinculados a los cines de Cáseda, Acedo, Mendavia, etc.
Cómo colaborar No hay excusa para no ayudar en este objetivo. El Archivo de la Administración y el Servicio de Bibliotecas del Gobierno de Navarra nos ofrecen tres formas diferentes de colaborar, para que cada uno elija la que más le guste o convenga.
Por un lado los documentos que usted tenga si le parece puede digitalizarlos en casa (con la mayor resolución posible) y mandar el archivo por correo electrónico a la siguiente dirección: saloncinema@navarra.es; y rellenar seguidamente el formulario que se le envíe para obtener sus datos, información sobre el objeto escaneado, y su autorización para que esa imagen pueda llegar a ser publicada.
Otra opción es la de acudir con los documentos originales a la sede del Archivo de la Administración, que es el antiguo edificio de Super Ser (avenida de Zaragoza, km 3, 3º). Allí se los digitalizarán y se los devolverán.
Y la otra opción es la posibilidad de que los documentos originales se pueden entregar en cualquiera de las bibliotecas de la red pública del Gobierno de Navarra, en donde se ocuparán igualmente de digitalizarlos y devolvérselos. Quien tenga alguna duda sobre cómo hacer llegar el material puede obtener más información en el teléfono 848 429722, en donde le atenderán por las mañanas.
Lo dicho, no hay escusa. Sería bueno que la Administración y la ciudadanía nos habituásemos a este tipo de iniciativas; se viene haciendo desde hace unos años, y de forma muy efectiva, por parte del Museo Etnológico Julio Caro Baroja; se viene haciendo en pequeñas localidades por parte de algunos ayuntamientos de cara a crear pequeños museos o montar exposiciones; y lo hace ahora el Archivo de la Administración con esta iniciativa, que es una buena forma de acercar la cultura a la sociedad, y la sociedad a la cultura. ¡De cine!...