pamplona - No está dispuesto a callarse por nada del mundo, aunque luego pague facturas personales muy caras. Tráfico de animales, caza y toreo entran para él en un mismo concepto: tortura. Frank Cuesta disfruta en televisión pero no está convencido de que su tiempo mediático se vaya a alargar mucho más. No tiene mucha fe en el ser humano y dice que lo que los hombres hacen a los animales, estos nunca se lo harían a un hombre. A través de su nuevo programa se puede visitar un universo donde los animales son diferentes: Lagartos que beben por los pies, un ser con cuerpo de nutria, cola de castor y boca de pato, canguros que viven encima de los árboles o un puercoespín que pone huevos pero luego da de mamar a sus crías? Un paraíso en toda regla que no siempre se respeta.
¿Qué es lo que le ha resultado más atrayente del mundo animal australiano?
-Es un lugar donde todos animales son raros, es como un parque jurásico para niños. Hay un montón de marsupiales, canguros que viven encima de los árboles. Me he encontrado con un animal que tiene cuerpo de nutria, cola de castor y boca de pato; puercoespines que ponen huevos y luego dan leche a sus bebés. Es un alucine de país donde el único peligro son las serpientes. Es una flipada de sitio, un alucine.
Sin embargo, la sensación que produce Australia en la distancia es la de un país que tiene unas playas increíbles.
-Es un país muy desconocido, al menos en lo que yo estoy mostrando. Australia es mucho más que unas playas. Las mujeres piensan: Qué pedazo de tíos debe haber por allí? También los tíos vamos buscando mujeres guapas. Pero fuera de bromas, Australia no es Cocodrilo Dundee y el tiburón blanco.
¿Le veremos en plan Cocodrilo Dundee?
-No, que va, yo soy muy paleto. Allí donde voy, marco que soy un paleto. La gente me ve así, un tío con zapatos rojos, la gorra para atrás, una bolsa de tenis, un palo? Hay sitios donde me conocen y dicen, mira, ahí viene el flipao este. De Cocodrilo Dundee tengo poco, ni siquiera me pongo vaqueros.
¿Se ha encontrado con la mujer de rojo?
-Busqué, pero no me la encontré, eso ha sido una pena.
¿Era Australia su último rincón por mostrar?
-Ya poco me queda. Supongo que en diciembre me darán una carta en Discovery y me dirán: Muchas gracias, chaval. Hasta aquí. Patada en el culo y a casa.
¿Le importaría?
-El recorrido que queríamos hacer está hecho. Podíamos hacer Norteamérica, pero hemos tocado todos los continentes. Hemos mostrado la fauna que hay en cada uno y poco más me queda por hacer.
¿A qué se va a dedicar cuando se cierre el círculo sobre el mundo animal?
-Estoy metido de lleno en mi asociación de rescatar animales. Mientras me quieran pagar en la tele, estupendo; a mí me viene muy bien porque financio la asociación. Pero sé que todo tiene un límite, todo tiene principio y final.
¿Está anunciando su final en televisión?
-No sé cuándo será el final, pero no me puedo pasar toda la vida haciendo televisión. Cuando la productora, Carolina Cubillo, me diga que hemos terminado, yo dejaré la televisión. Yo me debo a ella, no a ninguna cadena.
Siempre tan contundente.
-No hay que alargar las cosas eternamente, algún día tendré que dejar de salir en televisión. Le digo más, yo salgo ocasionalmente, no es mi vida. Hago un programa, pero mi vida es el tenis, la asociación para rescatar animales, mi familia, mis hijos, mis amigos?
Ha visitado todos los continentes, ¿ha descubierto ya al animal más peligroso del planeta Tierra?
-El hombre. Es el hombre el que más problemas da al hombre y al resto de los animales. Es el hombre quien más problemas nos ha dado en África, en Asia, en Oceanía, en Europa y en América. El hombre es el bicho más malo que hay en el mundo.
Qué poca fe tiene usted en la humanidad.
-Hemos grabado cuatro especiales sobre el tráfico de animales en Asia; si viera de lo que es capaz el hombre se daría cuenta de que un animal jamás le haría eso al hombre. Hay quien tiene un puercoespín hembra metido en una jaula durante seis años y está lleno de cortes, de llagas. Y lo tiene así de mal simplemente porque da bebés y se venden. Repito, un animal nunca haría eso a un humano, pero el humano se lo hace a los animales.
Esas denuncias de tráfico de animales le pasan costosas facturas, ¿no?
-Muchas facturas, y facturas carísimas. Fíjese dónde está Yeyee (su exmujer). El tráfico de animales es uno de los mayores negocios en muchos países y es un negocio rápido además; si lo denuncias, te creas enemigos y represalias. Nunca son represalias al instante, llegan cuando menos te lo esperas. Las denuncias te crean muchos problemas, pero alguien tendrá que hacer estas cosas.
Alguno de los países que usted visita son muy codiciados por los cazadores de animales.
-África es uno de ellos. Yo hay países a los que no puedo volver, por ejemplo Vietnam, en Camboya tengo problemas?
Vive en Tailandia.
-He tenido y tengo problemas. El tráfico de animales, sea para venta o para caza, es un negocio tan sumamente poderoso que muchos no se imaginan la cantidad de gente importante que está metida; es un mucho dinero el que mueve.
¿Qué haría con la gente que mata un animal solo para hacerse una foto?
-¿Qué haría usted con alguien que se sienta en un ruedo y dice ‘ole, ole’ cuando se está matando un animal? Todo el mundo critica ahora la caza...
También se critica el toreo.
-En España la fiesta nacional es la tortura de un animal. El toreo es bonito, pero sería mucho más bonito si no se metiera al toro pullas, banderillas? Abogo por un toreo donde el torero salga al ruedo y al toro no le toque nadie, a ver si es capaz de matarlo.
¿Qué dirían los toreros?
-Que ni de coña. Al toro hay que torturarlo para que el torero lo pueda matar. Mira que me echo gente encima cada vez digo esto, pero me da igual; o eres consecuente con tus ideas o mejor te vas a casa. Yo tengo un altavoz y seguiré diciendo esto. La fiesta nacional de España no es mi fiesta, es la de alguien de hace muchos años. Y lo diré alto y claro, tenga las movidas que tenga.