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Itziar Mínguez y Carmen Beltrán abrieron Metáfora en sintonía

Ambas poetas consideran necesario un evento como este y esperan que el público responda

Itziar Mínguez y Carmen Beltrán abrieron Metáfora en sintonía

pamplona - La primera edición de Metáfora, Festival de poesía de Navarra, arrancó ayer con dos voces, las de Carmen Beltrán Falces e Itziar Mínguez Arnáiz, que mostraron una gran sintonía en el diálogo que protagonizaron en la casa de cultura de Villava, donde la cita continuará hoy, a las 19.30, con el acto de Hasier Larretxea y su padre, el aizkolari Patxi Larretxea.

Pocas horas antes de inaugurar Metáfora, ambas poetas expresaron a este periódico la satisfacción que suponía haber sido invitadas en un acto conjunto. “Carmen Beltrán tiene una voz poética con la que me siento muy identificada. Me atrevería a decir que nuestros versos se reconocen como aliados, están hechos con los mismos componentes: lo cotidiano, las emociones comunes, la sublimación de lo sencillo”, apuntó Mínguez. Y añadió: “Es una poeta de lo verdadero, de lo real. Prohibido jugar fue el primer libro que leí de ella y no he dejado de hacerlo. Es un honor inaugurar Metáfora con ella”. Y Beltrán habló en los mismos términos: “Me alegra muchísimo compartir lectura con ella. Escribe la poesía que más me gusta: inteligente, concisa, brillante, certera; de esa que, como decía Ramón Irigoyen en su Poema Arte Poética, ‘se incrusta en una sien/y ya hay un muerto’. Es un honor abrir este nuevo festival a su lado”.

la poesía es oxígeno y salud Beltrán y Mínguez coincidieron en felicitar a Inaxio Goldaracena por organizar un evento que cubre una necesidad importante. Para la primera, “todo lo que pueda ayudar a reflexionar, a disfrutar y a dejar un tiempo de lado las prisas, el ansia y el pensamiento mecánico del día a día me parece sano hasta el punto de que lo deberían recetar los médicos”. La poesía “cuestiona la realidad y aporta perspectivas nuevas, nos flexibiliza, nos prepara para comprender la diversidad del mundo y las contradicciones del otro, y eso hace más amable la vida. A sus organizadores les deseo toda la suerte del mundo, aunque creo que no la van a necesitar; tengo experiencia con un festival similar y sé hasta qué punto el público se acaba enganchando a este ejercicio mental tan sano y enriquecedor”, agregó Beltrán, una de las organizadoras del Agosto Clandestino de Logroño.

Por su parte, Itziar Mínguez opinó que un nuevo festival de poesía es “oxígeno para seguir escribiendo”. “Lo valoro especialmente en estos momentos de recortes salvajes en los que el primer lugar donde se mete la tijera es en cultura. A los organizadores y, en concreto, a Inaxio Goldaracena, que es el alma de Metáfora, les deseo que haya una respuesta que justifique que siga celebrándose”.

Durante el encuentro, la poeta de Barakaldo realizó un recorrido por su trayectoria poética, plasmada en siete libros; desde el primero, La vida que me persigue, hasta los dos últimos, Cambios de rasante y Que viene el lobo. También leyó poemas inéditos. Fue una intervención en la que tocó “los temas recurrentes en mi poesía, que hablan de lo cotidiano, de lo que nos sucede”. Para Mínguez, la poesía está presente “en todo lo que me rodea”; por eso sus poemas “tienen un aire cercano, son asequibles”, pero “sin olvidar que estamos hablando de poesía”. “Trato de extraer lo poético de las cosas, de las situaciones, de las personas que me rodean, nunca el proceso inverso: cargar de poesía las cosas, las situaciones, las cosas, las situaciones, las personas... Esto último sería disfrazar la realidad y lo que yo intento es justo lo contrario: desnudarla dejando al descubierto lo esencial, lo primigenio, desde un lenguaje también desnudo, verdadero”.

La creadora vasca afirma que está en su mejor momento creativo. “Estoy disfrutando de la escritura, tengo un contacto muy directo con el lector, encuentro salida a los libros que voy escribiendo y gané el Premio Nicanor Parra con mi último libro, y el reconocimiento -no vamos a negarlo- es también un valor de oxígeno para seguir. No puedo pedir más”.

Carmen Beltrán también está feliz. “Después de una cierta sequía creativa he vuelto a escribir gracias a un poemario que tengo entre manos”, y del que leyó varios poemas “para ver cómo funcionan”. Esta situación, además, “me reconcilia un poco con mi tan denostado a veces día a día y sus rutinas”, contó. Durante el recital, la riojana repasó todos sus poemarios, que, “aunque son distintos, comparten algunos puntos en común, como la lucha para sobreponerme al desencanto, la importancia del amor y la ternura y una cierta desazón de la que no logro desprenderme”. Asimismo, como tiene dos hijos, uno de más de cuatro años y otro de apenas unos meses, “la experiencia de la maternidad impregna todo lo que he escrito últimamente”. “Si fuera dibujante de historietas, podría decir que mi estilo es la línea clara”. “También el poema más bien breve, sencillo, conciso. Supongo que si algo me da miedo es que no se me entienda bien”.

versos más accesibles en el cole Las dos poetas comparten, asimismo, el objetivo de Goldaracena, que promueve esta cita para acercar la poesía al pueblo y, de paso, para llamar la atención de las instituciones. “Es una cuestión compleja, pero creo que la poesía que se enseña en coles e institutos no es la más accesible o la que más puede apasionar a los chavales por el género”, dice Beltrán, que, por otro lado, apunta casos como los de escandar algeet o irene x, “que transmiten una verdad y una pasión con la que los jóvenes se identifican plenamente”. En cuanto a las instituciones, “tienen la obligación de poner la cultura, como necesidad vital que es, al alcalde de todos; y ya que cada uno elija qué es lo que le hace vibrar”, termina. Mínguez comparte el objetivo del organizador “porque mi poesía siempre tiene esa misma pretensión: acercarse al ciudadano de a pie. Trato de bajar el poema de ese pedestal en el que nos hemos subido poeta y poema”. Por otro lado, cree que el ciudadano “también debe despojarse de prejuicios y miedos a un género que siente lejano, en parte porque las instituciones le dedican tan poco espacio y recursos”. Y el sistema educativo “tendría que abordar el género desde un ángulo más asequible. La poesía siempre se ha vendido como algo muy elevado, inaccesible, por eso son tan necesarios encuentros como Metáfora, donde poeta-lector-poema se encuentran cara a cara para interaccionar con naturalidad”.