olite - La bailarina Bertha Bermúdez fue la encargada de la laudatio de Jose Lainez y Concha Martínez, con una intervención cargada de gratitud hacia la pareja. “Hoy se premia la pasión, la dedicación, la curiosidad, la creatividad y la generosidad de dos personas excepcionales”, comenzó la bailarina, quien confesó que su encuentro con Jose y Concha fue “en cierta forma tardío”. No fue su alumna: los descubrió “en su maravillosa casa”.
“Jose y Concha son un tándem único”, señaló Bermúdez, con un “pasado tan rico que llena su presente”. En ese sentido, la bailarina afirmó que “la danza son ellos, es su vida”, y también lo es para ella, y es ahí “donde nos hemos encontrado”, en el momento justo, donde “mis vivencias y las suyas se podían intercambiar”. Como apuntó, este galardón premia a “dos personas que han dedicado su vida a una pasión”.
Bertha Bermúdez realizó un repaso a la trayectoria de la pareja de coreógrafos y recordó cómo “ser aceptados en el Het Nacional Ballet de Ámsterdam como estudiantes, luego como bailarines”, les permitió cumplir un sueño: bailar, y además recorriendo Europa y América en sucesivas giras.
Como destacó al bailarina, “para Navarra fue de gran importancia la decisión de Concha y Jose de aceptar”, en 1979, “la propuesta de Pascual Aldave”, entonces director del Conservatorio Pablo Sarasate, y “venir a Pamplona para crear el Departamento de Danza en ese conservatorio”. Así, en 1980 “nacía la Escuela de Danza de Navarra” y también “la compañía Yauzkari”, consolidando “las propuestas de Jose y Concha en todo el país y en Europa”.
En ese sentido, Bermúdez agradeció a Jose y Concha “la creación de una generación de bailarines que han extendido sus alas” tanto en Navarra como fuera. También señaló que “la presencia de numerosas escuelas de danza y la demanda existente es fruto de la semilla que Yauzkari y la escuela de danza dejaron” en aquellos espectadores “que vivieron los nuevos rumbos de la danza”.
Por último, Bermúdez recitó un poema dedicado a la pareja, tras afirmar que, gracias a ellos, “respiramos un oxígeno nuevo, vibrante, fuerte y emotivo: la danza”.