DNA finaliza con la intención de impulsar la formación de público durante todo el año
Los artistas de ‘coLABoratorio’ mostrarán su trabajo hoy en el Centro Huarte
pamplona - Apenas restan unas pocas horas para que finalice su primera edición al frente del Festival de Danza Contemporánea de Navarra DNA, pero por la cabeza de Isabel Ferreira ya bullen unas cuantas ideas para la programación de 2017. A modo de balance, la directora cree que hay que incidir en la formación de público. “Podemos hacer muchos esfuerzos en la creación de eventos, pero si no hay sinergias con la educación, estaremos dando palos de ciego”. Así lo afirmó ayer durante la presentación de las últimas propuestas que se verán hoy en Huarte, con la muestra de los artistas que han convivido dentro de coLABoratorio; Lesaka, con Eduardo Fukushima en el centro cultural Harriondoa (20.00), y el Gaztambide de Tudela, con Sobre ruedas, de Kon Moción (20.30).
En la comparecencia ante los medios también estuvo la bailarina y coreógrafa Carmen Larraz, que ayer mostró parte de Transoceánica, el proyecto de movimiento, imagen y sonido que ha estado trabajando desde el 22 de mayo en la casa de cultura de Aoiz junto con la fotógrafa Uxue Montero y el músico Hilario Rodeiro. “Es de agradecer el espacio que el festival ha dedicado a las residencias; el tiempo para la creación y de la investigación es necesario para nosotros”, señaló, y alabó, asimismo, la posibilidad que el DNA les ha brindado de establecer “vínculos” con otros creadores. “Contar con el ojo externo y que venga a alguien a cuestionarte lo que haces es muy interesante y en Navarra nos hace mucha falta, porque siempre estamos trabajando para sacar los proyectos adelante, sin tiempo para pararnos”, apuntó Larraz, que espera poder estrenar el espectáculo en el Auditorio Barañáin, en cuyo programa Periferia comenzó a gestarse.
También habló ante los medios Leonel Brum, en representación de la Red Iberoamericana de Festivales Internacionales de Videodanza que se ha reunido en Pamplona por primera vez.
7 artistas, 5 semanas Una de las últimas citas del DNA tendrá lugar esta mañana, a partir de las 12.00 horas en el Centro Huarte, el espacio donde durante cinco semanas han convivido siete artistas de distintas procedencias como Itsaso Iribarren Muñoz, Inés Aubert y Maia Villot de Diego, de Navarra; Brisa MP (Chile), Bruno Caracol (Portugal), Julián Pacomio González (Extremadura) y Amalia Herrera (Uruguay). Esta iniciativa se ha llamado coLABoratorio y, en palabras de Iribarren, ha sido muy enriquecedor porque “nos hemos conocido y hemos compartido herramientas de creación y metodologías de investigación” en torno a dos ejes temáticos fundamentales: el concepto de colaboración y el futuro. Y, aunque hoy presentarán el resultado de estas semanas de trabajo, lo cierto es que ya han hecho dos salidas, una de ellas arrancó en la plaza del Ayuntamiento y se extendió hasta la orilla del Arga, y la otra se materializó en un descampado de la Rochapea.
En cuanto a lo de este mediodía, será una mezcla de sonido, improvisación, texto, imagen y coreografía, que son los elementos que ha centrado su convivencia artística. Pero no presentarán una muestra sin más, sino que enseñarán al público los entresijos de la creación, desde las correcciones que se hacen sobre la marcha hasta los objetos -telas, recursos sonoros, etcétera- con los que han trabajado durante este tiempo. Pensando en el futuro, esta colaboración “no va a quedar aquí”, indicó el artista, para quien “se han generado resultados que no esperábamos y que son muy valiosos” para futuras propuestas en común.
valoración Como cierre, Isabel Ferreira dijo estar “muy contenta” con el desarrollo de la programación. “Hemos conseguido hacer un espacio de encuentro, colaboración y producción de pensamiento y ha habido momentos inesperados y mágicos”, subrayó. En cuanto a la próxima edición, en 2018, insistió en que hay que hacer una intensa labor de formación de público, de modo que el festival se convierta “en una celebración de lo que se ha hecho durante el año”. “Partimos de carencias políticas para la cultura contemporánea y el desafío es identificar en qué lugares podemos trabajar para hacer algo estable en el tiempo”, agregó, y destacó que para eso hay que “invertir tiempo, cariño y dinero”.