pamplona - Miguel del Villar, el concursante navarro de Gran Hermano Revolution, fue uno de los tres expulsados del reality de Telecinco el pasado jueves en la novena gala. El zapatero de La Mañueta recibió tan solo el apoyo del 3% de la audiencia.

Los espectadores decidieron ayer que Miriam y Laura regresaran como concursantes al reality lo que provocó que dos de sus compañeros tuvieran que abandonar la casa para cederles su puesto. Así, los espectadores decidieron que, además de Dani, abandonaran también el concurso Miguel y Cristian F., para que se intercambiasen con las dos chicas.

En su llegada a plató a Dani le esperaba un tema pendiente desde hace tiempo: su polémica en torno a la transexualidad de Laura. El regreso de la sevillana a la casa sirvió para intercambiar impresiones con su protagonista, pero la madre de Laura esperaba explicaciones desde fuera. El expulsado no dudó en dedicar sus primeros minutos de entrevista a pedir disculpas: “Con Laura he metido la pata, quiero pedir perdón a su madre y a toda su familia.”

sin recibimiento en plató Para Miguel las sorpresas negativas continuaban tras abandonar la casa de Guadalix. Tras un fuerte disgusto al saber que él era el tercer expulsado de la gala, en su llegada a plató debía enfrentarse a la misma situación que Petra en su día: ninguno de sus familiares y amigos habían acudido a recibirle. El mayor susto se lo llevó al descubrir la ausencia de su mujer, Encarna Sánchez, pero todo se explica por lo inesperado de la salida de Miguel.

Donde sí obtuvo un caluroso recibimiento fue ayer a su llegada a la estación de tren de Pamplona. Allí se encontraban su esposa Encarna, así como dos de sus tres hijos, Víctor y Haizea, ya que la tercera, Ohiana, se encuentra en Londres.

Miguel reiteraba ayer el enfado que le supuso su expulsión al considerar que no se lo merecía: “Me fui un poco rebotado porque creo que he dado en el concurso todo lo que he podido”. Aseguraba que “se quedan los que le interesa al programa, los que más juego dan. Si eres tu mismo no funciona”.

Pese a todo, el balance de su participación en el concurso es positivo. “La vivencia ha sido bestial. Esa casa tiene magia, la verdad. Yo he dicho muchas veces que flipaba cuando a los ocho días de conocerse los concursantes se abrazaban, pero yo reconozco que desde el minuto uno he tenido sensaciones bestiales en esa casa, cosas que no me habían pasado fuera me han pasado ahí, en plan amistad, en cuanto a sentimientos. He llorado, he reído, en esa casa. No sé lo que tiene, pero lo tiene. Yo me lo he pasado muy bien, es la realidad, me ha encantado y volvería a entrar sin dudarlo”, sentenciaba. - D.N.