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El arte navarro homenajea al escultor Alfredo Sada

La muestra, que se puede visitar en Condestable hasta el 27 de enero, está conformada por un centenar de obras de creadores de la Comunidad Foral.

El arte navarro homenajea al escultor Alfredo SadaIBAN AGUINAGA

Hace 25 años que nos dejó Alfredo Sada, sin duda uno de los escultores más notables que ha dado esta tierra, como así lo confirman voces contrastadas en este proceloso mundo del arte, como la de Pedro Salaberri.

Con este motivo, el Ayuntamiento de Pamplona, el Ateneo Navarro y la asociación que toma como nombre el del escultor, conformada por un grupo de artistas que desde 1992 aglutina a antiguos alumnos de la Escuela de Artes y Oficios Catalina de Oscáriz, ha organizado y dado forma a un muestra que, desde ayer y hasta el próximo 27 de enero, se puede visitar en la primera planta del Condestable.

La directora del Área de Cultura y Educación del Ayuntamiento de Pamplona, Maitena Muruzábal, junto con Mila Boj, representante de la Asociación Alfredo Sada, y Javier Torrens, presidente del Ateneo Navarro, ofrecieron ayer todos los detalles de esta emotiva muestra.

Según explicó Muruzábal, “la Asociación Alfredo Sada realiza exposiciones cada año, pero con motivo del 25 aniversario de su muerte, propusimos desde el Ayuntamiento hacer algo especial, lo primero fue la Piña completa (obra de Sada rehabilitada por estudiantes) y ahora esta muestra como homenaje”. En lo concerniente a la muestra, Maitena Muruzabal apuntó que se trata de una “exposición colectiva que reúne a maestros y alumnos de la asociación así como amigos artistas del escultor que han querido rendirle tributo”.

Por su parte, Javier Torrens, presidente del Ateneo Navarro, relató que la aportación de la entidad cultural en esta exposición es el catálogo de la misma, “que reproduce un antiguo catálogo de una muestra del Ayuntamiento protagonizada por Alfredo Sada que nos gustaba mucho y queríamos editarlo de nuevo. Lo que se ha hecho es tomar las fotos antiguas y repositivarlas, un trabajo que ha sido realizado por Carlos Cánovas, con un resultado muy interesante”, que permitir ver en la muestra varias de imágenes de las obras del escultor falcesino”. La intención del Ateneo, con este libreto, no es otra que lograr que la “memoria de Alfredo Sada perdure, porque era una persona muy independiente y potente plásticamente. Sus obras tienen una magia y metafísica de imágenes que no son habituales, y todo eso está reflejado en esta exposición”.

Mila Boj, en representación de la Asociación Alfredo Sada, explicó que “somos un colectivo de artistas, la mayoría de los cuales proviene de los talleres monográficos de dibujo y pintura de la Escuela Catalina de Oscáriz. La asociación se fundó hace 25 años y los promotores de la misma tenían relación directa con Alfredo Sada, y ese mismo año se murió, por lo que decidieron poner su nombre al colectivo; de hecho, nuestro anagrama es una obra suya, El incesante empuje de las olas”. A lo largo de estos 25 años, “la asociación ha llevado su nombre pero nunca nos habíamos decidido a realizar una exposición dedicada a él, pero hemos coincidido en que este era el momento adecuado”.

Para llevarla a cabo, la asociación se puso en contacto con Pedro Salaberri, “porque sabíamos que lo conocía y le admiraba, y en cuanto se lo propusimos, ha colaborado en todo con nosotros, nos ha enseñado su obra y nos ha acercado a él. Por otra parte, también hemos querido que participaran en la muestra artistas, comisarios o maestros de taller que durante estos años han colaborado con nosotros o que conocieron personalmente a Sada y han querido acompañarnos”. La muestra, según apuntó Boj, se ha gestado durante todo un año “en el que hemos estudiado la obra y la persona de Alfredo Sada, esa armonía y belleza que transmite. Y con todo lo aprendido, hemos hecho esta exposición”; un muestra que, si tuviera que definirse en una palabra, sería “emoción. Se trata de un homenaje para que su persona y su obra perdure”.

Aunque llevan su nombre, Boj resaltó que la mayoría de los miembros de la asociación no lo conocían particularmente, “pero al estudiarlo nos hemos dado cuenta de que todo el mundo que lo conoció no solo destacaba su obra si no su persona. Y como artista, además, sucedió que cuando empezó a destacar, falleció, por lo que nos quedamos con las ganas de saber cómo iba a continuar su obra”. La asociación participa con 32 obras pero en la muestras se unen casi otras 70, muchas en homenaje pero otras solo son aportaciones de artistas invitados.

Esculturas con alma. Pedro Salaberri apuntaba ayer que Sada plasmaba “almas en sus esculturas, almas que luego cubría con plomo y, a su vez, trataba con ácidos hasta darles un aspecto mineral, algo que remite a tiempos pasados pero con una vocación de modernidad, con unas texturas misteriosas y sugerentes”. Salaberri también destacó sus figuras de “animales o mujeres, pero siempre sintetizando; es decir, el elemento vivo lo llevaba a un lenguaje personal, hermoso, en el que vemos con claridad que, piezas creadas hace 25 años, podrían haber sido hechas hoy. Es decir, son ese tipo de obras que atraviesan el tiempo porque son muy buenas, para qué le vamos a dar más vueltas. A mí me parece un escultor extraordinario”.