pamplona - Tras no pocos esfuerzos y negociaciones institucionales que se han alargado varios años, la editorial navarra Mintzoa acaba de editar y poner a la venta un serie exclusiva en facsímil (150 ejemplares) de la bula Exigit Contumacium, es decir, el texto emitido por el Papa Julio II que dio carta de oficialidad moral a la ya consumada conquista de Navarra por parte de Castilla.

El Hotel Maissonave acogerá hoy, a las 19.30 horas, la presentación del histórico documento, un acto en el que el historiador Aitor Pescador impartirá una conferencia en la que contextualizará históricamente el documento.

Aritz Otazu, actual director de la editorial Mintzoa, que este año cumple su 35º aniversario, explica que “el primer intento de realizar un facsímil de este documento lo hizo mi padre, Segundo Otazu, fundador de la editorial, hace 15 años. Realizar una edición de este tipo no es fácil y requiere tratar con tres instituciones diferentes. La primera, el Ministerio de Educación y Cultura, que hasta hace poco no cedía a editoriales privadas lo que consideraban patrimonio nacional. Finalmente, hace dos años conseguimos el permiso, pero nos dijeron que teníamos que ir al Archivo de Simancas para que ellos también nos lo aprobaran; permiso que también nos dieron tras mostrar los trabajos de este calado que previamente había realizado Mintzoa. Finalmente, la dirección general de Bellas Artes fue la que dio el ok definitivo”. En este proceso, Otazu destaca como curiosidad el nombre oficioso por el que se conoce a la bula en el Ministerio de Educación y Cultura: “Bula de Julio II quitando a el reino de Navarra a los reyes Juan y Catalina”, dejando a las claras lo que sucedió. Precisamente, otra de las curiosidades de la bula es que dice textualmente conceder Navarra a aquellos que la tomasen una vez publicado el texto, el 18 de febrero de 1513, cuando realmente la conquista ya se había producido.

El facsímil incluye una traducción del texto y así como su transcripción en latín, acompañadas por un estudio histórico elaborado por Aitor Pescador, quien, además, contextualizaba ayer la importancia de este facsímil. “En 1513, Fernando (el católico) tiene las bulas en su poder, pero se da cuenta de que nadie se las pide, ya que la situación en Europa se ha estabilizado, no se ha excomulgado al Rey de Francia y los únicos que salieron derrotados fueron Juan y Catalina, que perdieron un reino. Esta situación provoca que las bulas se guarden y no aparezcan durante mucho tiempo, provocando que se acuse a Fernando de falsario”. Una discusión histórica que se solventó en los años 20 del pasado siglo tras en el enfrentamiento entre Arturo Campión y Víctor Pradera. “El primero defendía que eran falsas hasta que Pradera se va a Simancas y las encuentra”.