Todo el mundo podía pensar que con Kutxi harías Pan Duro, y con El Drogas elegirías entre Nada sin ti o Pan DuroNada sin tiCallejón sin salida,
-Le vamos a dar la vuelta, sí. Estuve hace poco con Enrique, de invitados en un concierto de Rulo en Santander, y allí me dijo que quería Medalla de cartón; y el otro día hablé con Kutxi y quedamos en Abrazado a la tristeza; en lugar de una de Marea, una de Fitipaldis. Es que los dos son un amor, seguro que venimos aquí y nos hacen hasta los bocadillos. Todo el mundo que conoce a Enrique y a Kutxi sabe que son las personas más majas, es un maravilla ir a tocar y que encima tengas la suerte de tener amigos como estos.
¿Por qué un artista decide salir de gira sin tener canciones nuevas? ¿No es placer, es necesidad?
- O terapia (risas). La excusa real son los 20 años, porque es verdad que no tocaba salir, tocaba estar intentando haciendo canciones, pero no me salían... Y en esas, hace un año o más, me llamó Polako (su mánager) para comentarme que se cumplían 20 años de la edición de A puerta cerrada; no me dijo nada más y yo no le di mayor importancia. Pero, en sucesivas conversaciones, hablando Carlos (Raya), surgió la idea de hacer una gira, y aunque yo seguía centrado en intentar hacer un disco nuevo, cada vez me fue pareciendo más divertido evadirme del loop en el que estaba metido sin hacer nada. Y, además, para los músicos, siempre es atractivo salir de gira. Pero es verdad que no estaba planeado y, de repente, se ha convertido en la gira más divertida o de las más divertidas que yo recuerde. Es un regalo, porque he pasado de estar todo rayado intentado hacer canciones a estar encima de un escenario disfrutando con las que ya hicimos hace años.
Hablando de aquellas canciones, ¿te acuerdas de Rojitas las orejas,
-Casi no, casi no me acuerdo de Rojitas las orejas porque a esa canción casi le cogí manía; pero ahora ya no, y de hecho me encanta y la estoy recuperando. Tampoco fue manía, simplemente que no encontraba la forma de ponerla en un concierto. Pero lo que sí recuerdo es hacerla con Gari, y, además, fue la primera canción que hicimos con los Fitipaldis, cuando tocaba con Txus, de Flying Rebollos, y con una pandereta en el pie... Estamos hablando de hace mucho tiempo. Y luego empezó Polako a la batería, de una manera muy sencilla. Un día fui al local, en el que ensayábamos los Platero y los Flying, a preparar canciones, cuando todavía no existían los Fitipaldis, y no tenía las llaves, así que le llamé al Polako (que tocaba con los Flying Rebollos); vino a abrirnos y se quedó a tocar... porque tenía llaves, y ahora es el que tiene la llave (risas).
Este disco, aunque actual, tiene mucho de nostalgia, trayendo de nuevo hasta el presente, entre otras, aquella joya que fue el disco Extrechinato y tú
-No, no estamos incluyéndola en directo. Cuando se empezó a hacer el recopilatorio, me mandaban muchas canciones en bruto que había elegido Warner; aquello fue una labor muy complicada porque restar es sumar. Pero sí recuerdo que no estaba Extrechinato y les dije que había que incluir una de esas canciones; podía haber ido cualquiera, pero elegí Si el cielo está gris. Ese disco fue obra y gracia de Roberto Iniesta, porque se le ocurrió a él en una gira que hicimos juntos los Platero y Extremoduro, pero nos costó años grabarlo; o estaba liao él o nosotros. Se trataba simplemente de dar a conocer la figura de Manolo Chinato, nada más; pero sabíamos que no íbamos a hacer nunca gira, era un proyecto de estudio.
Hablando de proyectos alternativos, también montasteis Los Piratas del Nervión...
-Síiii, con Francis, Uoho y Robe, mecagüendiola... Joder, fíjate... Precisamente, lo que más ilusión me hizo de este disco fueron los duetos, las colaboraciones... En este sentido, había tantas que también tuvimos que elegir, porque si no tendríamos que haber incluido un CD más. Algunas las quitamos porque la banda ya no existía, porque aquello no acabó bien o porque las mezclas no se podían tocar. Ha habido muchas que no han entrado pero que yo me he quedado y me ha servido para tenerlas guardadas en mi casa.
Tocaste hace dos semanas en Bilbao, y la peña se volvió más que loca con los dos temas de Platero, hasta el punto de que has tenido que colgar el vídeo oficial de oficialEl roce de tu cuerpo.
-Eso es maravilloso. Como cuando le llamé a Iñaki para ver si quería tocar, Y además en Bilbao... Hace poco grabé una canción con él para Inconscientes, es decir, que nos habíamos visto. Pero revisitar otra vez Platero, sobre un escenario, con tanta gente... La sensación, tanto para él, como para nosotros, como para el público, en Bilbao, con el BEC lleno... es impagable. Igual que con Gatibu. Se te juntan millones de cosas en la cabeza cuanto tocas Hay poco rock and roll o El roce de cuerpo, es que ni podíamos oíamos porque estaba todo el mundo cantando. Esa es la magia, la banda, las canciones... Muchas veces te dicen por qué no juntamos Platero de nuevo, pero es que no hace falta, la gente lo tiene ahí; yo siempre digo que los músicos se mueren pero las bandas, no. La gente sigue teniendo discos, los pone, los escucha y sigue trasladando las canciones a su vida, les transmiten cosas... Tú puedes escuchar un disco de Jimmy Hendrix y no estás pensando en que se murió. Y eso, a otra escala, es lo que pasó en Bilbao, con todo el mundo cantando dos canciones de Platero como si fueran actuales y estuviéramos en 1992.
Hablamos de historias muy bonitas, de una gira que está siendo un éxito, pero no podemos olvidar la situación en la que vivimos, en la que un rapero, Valtonyc, va a entrar a la cárcel por meterse con los Borbones. Tú que vienes de los 80, si nos paramos a pensar, casi todos aquellos grupos tendrían que estar en el talego.
-¡Todos!, unos por defecto y otros por exceso. Es como una puta pesadilla, algo de lo que hablamos todos los músicos, y todos los ciudadanos. No sé cómo hemos llegado a esta situación en la que se va recortando y aceptando a la vez, porque al mismo tiempo se da esa situación de que no está tan mal. ¿Por qué no hay una revolución? ¿Cómo es posible que por cantar, escribir o pintar se pueda privar de libertad a una persona? ¡No es una multa, es una cárcel! Eso es algo que viene, se va filtrando y la gente no reacciona, es inexplicable... Ya he dicho mil veces que la libertad de expresión no se puede medir, o estás con ella o no estás. No puedes decir libertad de expresión a esto, sí, pero a esto, no; la libertad de expresión es libertad de expresión, y ya está. La única vara de medir es que si existe, existe. Otra cosa es que yo vaya a tu casa y me meta contigo personalmente, pero una obra que explica conceptos o ideas... puede ser incómoda, pero es que es que en muchos casos se hacen para ser incómodas. Muchas veces nos ponemos a cantar canciones en los camerinos y alguien dice enseguida: “¡Eso ya no se podía cantar!”. El otro día estábamos con canciones de la Mondragón y, ya no por cuestiones políticas, pero seguro que nos saldrían asociaciones de afectados de no sé qué diciendo que incitan a la violencia, por ejemplo. ¿Cómo se ha llegado hasta aquí? No lo sé. De repente estábamos cantando canciones y... no es que ha llegado la censura, ha llegado la cárcel, que es peor. Yo, realmente, no tengo ni puta idea de cómo hemos llegado hasta aquí, pero lo digo entre lágrimas.
No te voy a pedir que opines sobre Eurovisión o Amaia Romero, pero sí sobre los ataques mediáticos que han sufrido dos chavales por regalarse un libro del Albert Pla.
-No sé lo que ha pasado, Fer, explícamelo. El libro lo tengo. (Tras la correspondiente explicación). Es otra movida más. Cuando uno no tiene libertad, o aunque la tenga, luego está el relato de los medios. Y lo que ha pasado dice mucho de la salud democrática. Que tú no puedas poner a parir a tu propio país sin que pase nada es un síntoma de mirarnos al ombligo muy mal. Como lo de “a la mierda el País Vasco”, que cantaba Eskorbuto. A mí me dan envidia, a veces, otros países en los que se puede criticar sin que afecte a tu carrera profesional. Pensar siempre que tu país es genial o que eres lo mejor es un poco como de supremacía blanca, es horrible. Decir que es una mierda, a veces, es higiénico. Además, joder, es un libro. Ahora, es muy fácil para los medios o a través de la redes, liarla. Pero, fíjate, estamos hablando tú y yo simplemente de regalar un libro. Es que ese libro no me gusta, ¡ah!, ese es el problema; pero es que hay millones de libros que no te gustan. Sencillamente estamos hablando de un chavalillo que ha regalado un libro, metidos en esa vorágine de Cataluña, se mezcla todo. Son croquetas todo el rato (risas).
Si ponemos a Muchachito Bombo Infierno y a Fito en un mismo tapete, casi nadie diría que tienen algo en común más allá de ser músicos, y, sin embargo, la gente sale flipada de la combinación.
-Nosotros, desde luego que estamos encantadísimos. El momento que compartimos Javier Alzola (saxo), Muchachito y yo es genial, porque te sirve para descargar, es como si estuviéramos tocando en un txoko, es como si le quitáramos peso o trascendencia a un concierto grande, es como si estuviéramos tocando en un bar. Pero lo que dices es verdad, digamos que hay gente que nunca nos hubiera imaginado juntos, pero, en cambio, llevamos juntos mucho tiempo. Yo he sido admirador de la música de Jairo, aunque nunca habíamos compartido canciones. Pero cuando preparamos la gira, por un lado trabajaba con los Fitipaldis, y por otro, quedaba con Jairo y en casa y preparamos hasta 15 canciones, aunque finalmente solo tocamos dos, pero estábamos tan a gusto... Y todas de él. Siempre le digo que es una mezcla entre James Brown y de Peret, porque tiene rumba pero también mucho de rock, soul y funk. Y es una especie única porque toca todo el solo; conocerle es quererle.