Escuchar a Carmelo Gómez es siempre un placer. Si encima habla de Lorca, con la pasión y el conocimiento que lo hace, es una maravilla. Y oírlo recitar sus poemas se presenta como algo sublime. Más si lo hace acompañado por la música de Gorka Pastor. Entre los dos, conforman un espectáculo en el que Lorca se convierte en voz y música a partes iguales, donde se permiten jugar con su dramaturgia y tocar temas tan claves en la poesía y prosa del granadino como el amor, la frustración o la muerte. El estreno de este recital tendrá lugar el próximo día 27 de este mes en Santander, aunque este dúo ya se plantea presentarlo en Pamplona en un futuro próximo. “Es un canto a la vida de Lorca, a su faceta como poeta y como músico, una forma de sacar al ave Fénix de sus cenizas y hacerlo de una manera diferente, fresca”, dicen Gómez y Pastor, quienes estos días ultiman los detalles de lo que será una danza verbal y musical que se moverá desde el amor hasta la muerte de Lorca.

Carmelo Gómez coge textos de sobra conocidos como La Casa de Bernarda Alba, Yerma, Romancero Gitano o Bodas de Sangre, “la tragedia por excelencia de Federico”, y recupera fragmentos, los mezcla y los ordena de tal manera que el público puede dar buena cuenta de quién fue Federico García Lorca a través de su obra. Gorka Pastor, al piano, se encarga de vestir el texto con la música de autores de la talla de Halffter, Turina o Granados, la cual también adapta y modifica según lo pida el recital, cuya dirección corre a cargo de Emi Ekai. “Es una de las cosas que más nos gusta de este espectáculo, por denominarlo de alguna manera, que estamos montando; y es que nos sentimos libres de hacer lo que nos plazca, de desarrollar una idea narrativa a nuestro antojo”, sostiene Gómez, para añadir que “aunque en un primer momento pueda parecer algo chocante, la gente lo disfrutará porque está ya muy cansada del convencionalismo, de la idea convencional de lo que es una lectura o un recital”.

Aunque no consideran que se trate de un montaje didáctico, sí tiene el propósito de contar quién fue Lorca, cuando el actor, entre pieza y pieza, habla al público y lo hace cómplice del viaje que realiza el texto a lo largo de los 50 minutos, aproximadamente, que dura el espectáculo. “En este recital explicamos los cambios y saltos que hacemos, y contamos al público, de forma muy breve, cómo el amor es absolutamente definitorio en la poesía de Federico y cómo se va frustrando por un entorno que tiene el autor; y la frustración del amor termina en tragedia”, dice Gómez, para añadir que el espectáculo tiene momentos para todo: para la voz, para la música e incluso para el silencio. “Hay un momento en el que los dos nos quedamos mirando las estrellas, nada más”, apunta.

El Lorca musical

Un guiño a su faceta menos conocida

“Lorca era pianista y un amante de la música”, afirma Pastor, quien asegura que el poeta tenía una “grandísima relación” con este instrumento. “De hecho, hay grabaciones suyas tocando”, sostiene. Por eso, el músico considera “poético realizar un guiño a esa esencia de Lorca” y unir así dos facetas que tanto marcaron su vida. Pastor se ha alejado de la interpretación de obras al uso para adaptarse y “musicalizar y ambientar” un texto tan singular. Su intención, en todo momento, ha sido la de incorporar la música de tal manera que no avasalle ni quite protagonismo a la voz, aunque sin dejarla en un segundo plano. El pianista ha realizado una selección de piezas contemporáneas a Lorca y las ha hecho suyas, adaptando e incluso acortando las composiciones con el fin primero de que sirvan para “vestir musicalmente una estructura ya montada”. Pastor desvela que durante el recital tendrá un par de momentos donde el piano se oirá en solitario. “Al igual que habrá espacios en los que solo se escuchará a Carmelo, también él descansará y podremos escuchar pequeños fragmentos de obras como La Andaluza Sentimental de Turina o La tarde en Granada, de Debussy”, añade el músico. Sin duda, el repertorio seleccionado por Pastor “está muy relacionado con la poesía y la prosa de Lorca, está buscado a propósito”, con el fin de transportar al público a aquella época de la que hablan los textos del granadino.

Gómez tenía muy claro que esta lectura, cuyo texto tenía ya preparado, debía ir acompañada de música. “Siempre pensé en música -dice-. El propio Federico era músico, era un pianista estupendo que amenizaba todas las fiestas, se podía sentar al piano y recitar versos horas y horas; entonces, no sé por qué ahora nos ponemos muy serios cuando hacemos una lectura de sus textos cuando realmente él era un tipo muy divertido”. También sabía desde un primer momento que quería contar con Gorka Pastor para este proyecto, de quien considera que es “un músico dinámico, joven, con ganas y con gracia, al que no le daría miedo en un momento determinado recitar” junto a él. Por ello, se pusieron manos a la obra hace ahora un mes y medio -”cualquiera que nos oiga que hemos estado un mes y pico para hacer una lecturita...”, bromea Gómez- y lo que comenzó como un proyecto muy sencillo se ha ido haciendo más y más grande, hasta el punto de que los dos artistas se plantean incluir la danza en representaciones futuras.

Reflejar la leyenda

Un texto “delicado, bonito y sutil”

“Ahí está el público. ¿Ah, si? Pasad, pasad”. Así será cómo comience este recital musicalizado que, aunque tenga un inicio cómico, no tiene como fin hacer reír a carcajadas a quienes se acerquen a escuchar. “Lorca era un hombre muy tocado por sus experiencias y eso se refleja en sus textos e, inevitablemente, en el tono del espectáculo”, explica Gómez, a lo que Pastor añade: “Tiene puntos muy delicados, muy bonitos y sutiles”. Con ellos, consiguen reflejar la leyenda que era y es Lorca, “quien, como todas o casi todas las leyendas, acabó como sus personajes, en la tragedia”, sostiene el actor, para quien esta es la máxima expresión de cualquier dramaturgia. “La comedia se queda en un dibujo sobre la realidad y nos vincula a ella de una manera demasiado optimista, mientras que la tragedia se distancia del problema concreto pero nunca se separa de la realidad”, dice, mientras considera poético cómo Lorca, al igual que sus personajes, “estaba destinado a la tragedia”. “Y esa vida que le condujo a aquel final es la que vamos a narrar, en un espectáculo donde daremos cuenta de que la poesía no solo debe ser leída, sino también escuchada”.