pamplona - El 29 de diciembre de 2017 fallecía en Madrid el actor navarro Pedro Osinaga. Desde entonces, varios han sido los actos de homenaje y recuerdo que se han sucedido. Pero hoy, sin duda, tendrá lugar uno de los más especiales, el que le brindará su querido Teatro Gayarre.

A partir de las 19.00 horas, y con entrada libre, la periodista Amaia Madinabeitia mantendrá un encuentro-entrevista con el actor Arturo Fernández, en el escenario del teatro, en el que repasarán la vida de Pedro Osinaga. A esta cita asistirán también la hija y la esposa de Osinaga. En el acto se proyectarán grabaciones de conocidos actores y actrices que convivieron con el actor pamplonés, desde José sacristán a Jaime Blanch, Ana María Vidal, Josema Yuste o Raúl Sender.

Antes de este encuentro, Arturo Fernández aceptó, con la amabilidad que le caracteriza, recordar a su amigo y compañero Pedro Osinaga.

-A mí... hablar de Pedro Osinaga me emociona. Cuando a uno se le va un gran amigo, compañero y, sobre todo, un gran profesional... es algo que me cuesta porque nuestra relación ha sido muy cercana. Aunque le llevo como siete u ocho años, hemos coincidido en muchísimas cosas. Él vino a Madrid en 1950, exactamente igual que yo. Y recuerdo perfectamente que, cuando nos conocimos, me dijo que había estudiado canto, y a mí, como me gustaban mucho los boleros, siempre le decía: “Pedro, por qué no me cantas algo de Machín”. He seguido su trayectoria en todo momento. Empezó muy abajo, como lo hicimos todos en aquella época; hizo zarzuela, revista, con Tony Leblanc... Era muy guapo, y cuando salíamos juntos, me fastidiaba bastante, porque le miraban mucho a él (risas). Recuerdo también que presentó un concurso en televisión, Todo queda en familia, lo que provocó que su popularidad creciera. Pero, qué duda cabe, su carrera estuvo marcada por la comedia. Yo coincidí con él en Estudio 1, en Dulce pájaro de juventud, de Tennessee Williams, y, posteriormente, en el cine, en la película Regreso a lo desconocido, en el año 1961 en Barcelona. Aunque, el gran éxito de Pedro fue, sin duda, Sé infiel y no mires con quién, ¡doce años estuvo representando esa comedia! Un récord que nadie ha conseguido superar y creo que pasará mucho tiempo hasta que en la historia del teatro, un actor alcance esa cifra. Yo recuerdo que lo seguía, con Pato a la naranja, pero que solo me duró cinco años. Ese es un galardón que siempre llevará consigo Pedro y que ningún actor podrá alcanzar en España. Como digo, hablar de Pedro me conmueve porque fue tan injusto lo que ocurrió... Recuerdo que cuando se enteró de la muerte de su hijo... no suspendió la función. A mí me pasó igual, mi madre murió en mis brazos a las cinco de la tarde y a las siete hice la función. Esto hoy lo cuentas en nuestra profesión y nadie lo cree; éramos personas de una gran responsabilidad, era otra época. También me viene a la memoria como en la última obra que hizo Pedro, La extraña familia, le dio un ictus, pero no suspendió la representación... Eso es algo de admirar, es decirle: Pedro, espérame en el cielo pero tampoco tengas mucha prisa en reclamarme.