madrid - Todo empezó hace diez años en Menorca. Los navarros Raúl de la Fuente y Amaia Remírez leían a Ryszard Kapucinski y se propusieron llevar al cine su primer libro, Un día más con vida, que narraba su viaje como reportero de guerra a Angola en 1975. Ambos, director y productora, venían del documental, pero esta vez querían hacer una película que combinara animación y realidad. Aquel sueño se ha convertido en una producción de 7,7 millones de euros, nominada a los Premios de Cine Europeo, ha implicado a cinco países y a un equipo de más de 500 personas y mañana llega por fin a las salas de cine del Estado de la mano de Golem.

“Queríamos hacer una película de acción y la animación te permite tiros de cámara increíbles, recrear invasiones, bombardeos, nos daba una libertad creativa que de otro modo solo habría sido posible en una superproducción de cien millones”, cuenta de la Fuente, ganador del Goya a mejor corto documental por Minerita (2015). La película, codirigida junto al polaco Damian Nenow, opta por un estilo visual de novela gráfica y utiliza la técnica de captura de movimientos, es decir, que han grabado con actores reales los movimientos que luego pasan a animación. “En proyecciones previas me venían señoras emocionadas, me decían que se les olvidaba que estaban viendo una animación; la película toca el corazón de la gente”, señala el director.

Un día más con vida, la primera película española que ha ganado el Premio del Público en el Zinemaldia, rebosa romanticismo, por el proyecto en sí y sus circunstancias, pero también por la mirada hacia el trabajo de Kapuscinski (1932-2007), uno de los reporteros de guerra más famosos del mundo y autor de numerosos libros sobre conflictos del planeta, desde Irán a Etiopía y de Rusia a Angola. “Hay un afán romántico de recuperar una época perdida, una forma de vivir irrepetible”, explica de la Fuente. “No puedes hacer muchas películas como esta en tu vida, y la hemos hecho para inspirar no solo a los periodistas, sino a cualquiera a seguir sus sueños, a ser libre, a luchar por lo que crees y darlo todo por una causa”.

una bofetada de realidad Un día más con vida es el primer libro que escribió Kapuscinski, la obra que le convirtió en escritor y en la que narró con tono poético, y a veces alucinógeno, su experiencia en la descolonización de Angola, uno de los últimos campos de batalla de la Guerra Fría. Aunque un 75% del filme es animación, hay un 25% de documental. El comandante Farrusco, “una especie de Che Guevara”, según lo define el realizador, que luchó con el MPLA en el sur de Angola, o el periodista angoleño Artur Queiroz, entre otros, ofrecen con sus testimonios el contrapunto de veracidad. “La idea era dar un toque de atención al espectador, frente a la animación, la acción y el entretenimiento, una bofetada de realidad, recordar que esto sucedió de verdad”, explica Remírez.

Ambos consideran a Kapuscinski no solo “uno de los mejores periodistas y reporteros de guerra”, sino, además, un artista y un poeta. “Como periodista tenía la capacidad de estar donde había que estar, esa pasión por el trabajo me ganó”, dice el realizador, “pero sobre todo su literatura, su capacidad de encontrarse con el otro, de ser uno más”, añade.