“Hay algo en esos instantes que me hacen entender la Naturaleza y hay algo en la Naturaleza que me ayuda a conocerme”. Es la frase que da la bienvenida al visitante de la Galería Artea2 de Zizur Mayor y que mejor define la cuidada muestra que acoge durante estos días y hasta el próximo sábado. Una exposición donde la naturaleza y las artes plásticas se dan la mano y permiten al espectador trasladarse a lugares, concretos o no, donde sin duda reina la paz. Instantes es el nombre que Ainhoa Sánchez ha escogido para la primera exhibición al público de algunas de sus piezas, en las que lleva trabajando un año y donde combina pintura, escultura en barro y dibujos de grafito.

La muestra está formada por un total de 28 obras en las que destaca la pasión de la artista por la naturaleza y a la cultura oriental. Las piezas de cerámica se comunican con unas pinturas sumi-e, grandes figuras de barro o pinturas al óleo. “Era ahora o nunca”, dice Sánchez, quien desde hace 14 años da clases a distintos alumnos en la red Civivox, en colegios y en su propio estudio-taller Gero Arte, en el barrio pamplonés de La Milagrosa. “Realmente, he estado creando toda mi vida, desde que era una niña, pero nunca me había lanzado a dar el paso de exponer; sentía que ahora era el momento y he de reconocer que estoy muy satisfecha con el resultado; estoy feliz”, cuenta.

La artista, residente de Irurtzun, deja bien clara su atracción por los bosques, campos o pájaros, elementos de los que se ha rodeado durante toda su vida y que han marcado profundamente su trabajo artístico. “Me siento en paz cuando estoy en la naturaleza, me gusta fijarme en los pequeños detalles y las sensaciones que me transmiten las formas que se dibujan en los árboles o los sonidos de los animales son las que he querido transmitir en mi trabajo”, sostiene, para puntualizar: “No sé si realmente transmitir todo esto es una elección o es algo que me surge de forma natural, ya que haberme criado tan cerca de la Selva de Irati me ha marcado como persona y ha forjado mi forma de ser; algo queda de todo aquello e inevitablemente se plasma en mi trabajo”.

el barro, su material La vinculación de Sánchez con la naturaleza no solo se plasma en los dibujos que moldea o pinta; también se traslada a los materiales que utiliza. Concretamente, el barro es el elemento del que surgen figuras tales como un Buda, la diosa hindú Saraswati o una mujer africana. Pese a ser un material muy frágil, la artista no tiene ninguna intención de cambiar. “Es mi elemento, mi fijación; como cada artista tiene la suya, yo siempre he trabajado con barro”, destaca, y recuerda que cuando era pequeña e iba al campo con sus padres siempre cogía barro, con el que hacía pequeñas figuras que después su madre cocía en el horno de leña. “Sé que es delicado y que el trabajo con el barro es una labor que requiere de mucha paciencia -admite-, pero considero que es muy especial y con el que se pueden crear esculturas bien bonitas”.

Cuidar al máximo cada detalle es una de las premisas del trabajo de Sánchez, y esto se aprecia en cada pieza expuesta en la galería de Zizur Mayor. Se aprecia en las ramas de los árboles, en los cuervos que se posan sobre unas ramas o en algunas flores. Y están cuidados con mimo, con esmero y con paciencia, con el propósito de reflejar exactamente ese instante que a la artista le hace sentir bien. “Me fijo en detalles, como un niño que se emociona cuando encuentra un tesoro; a mí me ocurre lo mismo, ese instante es perfecto y por eso mi obra se basa en esos pequeños fragmentos de tiempo en los que siento que lo que veo es perfecto”, concluye.