“una imagen no vale más que mil palabras. Es una mentira. La mayoría no tenemos tantas para describirlas y otros tienen muchas más. La fotografía no es una ventana o un relato, es un pulso interior”. A esta conclusión ha llegado Lola Garrido tras desengancharse de “un trastorno obsesivo-compulsivo” por coleccionar fotografías que comenzó en la década de los 80. Al dejar de comprar imágenes, la alsasuarra, aunque donostiarra de adopción, se dio cuenta que tenía una buena colección de los principales autores de entre las décadas de los 20 y los 60. Ahora, la sala Artegunea de Tabakalera recoge 120 de esas fotografías en la exposición Historia portátil de la fotografía, abierta hasta el próximo 17 de febrero.

Garrido comenzó a coleccionar cromos, de ahí pasó a las piedras y finalmente a las fotografías. Gracias a su labor a lo largo de varias décadas, la donostiarra reunió cerca de 900, hasta que decidió parar y centrarse en la exposición. “Exponer es como exponerse a uno mismo. Siempre digo que yo, como no tengo familia, la ha podido elegir. Yo no tengo fotos personales. Las fotografías que he ido comprando son mi familia, son mis padres y son mis hermanos, algo que nunca he tenido”, desveló ayer en la inauguración de la muestra.

Las 120 imágenes reunidas en Historia portátil de la fotografía dan cuenta de las diversas sociedades de cada época, de sus actitudes y de sus formas de vestir. “Las fotografías de moda son las que mejor describen cómo fueron cada una de las épocas. Por eso hay muchas de ellas”, apuntó Garrido.

La muestra no se guía por ningún patrón general o de tiempo, sino que responde a los deseos personales de la autora. “Todo coleccionista tiene más errores que aciertos. Esta está hecha como creo que deben hacerse”, afirmó sobre una colección que cuenta con nombres de la talla de Robert Capa, Dorothea Lange, Berenice Abott y Lillian Bassman. “Es una exposición repleta de mujeres y que pasa de la vanguardia americana a la italiana”, relató.

Pero no solo hay nombres reconocidos, también fotografías anónimas. “Hay cosas extrañas, porque me di cuenta que no hay que comprar solo lo que te gusta. En el arte se pasa de lo realista a lo abstracto y, con el tiempo, lo que no te gustaba te acaba por gustar y lo que sí, deja de hacerlo”, reveló sobre una colección que ve “como un fondo de pensiones”. “Vendí dos casas de Donostia para comprar fotografías. Mis amigas me decían que estaba loca, pero yo no lo veía así. Aunque ahora me vendría bien tener una casa en Miracoconcha”, bromeó.

Cuatro favoritas

Capa, Kértész, Lange y Lisette

“Animo a investigar qué hay detrás de cada foto”

Garrido cree que la colección cuenta con cuatro fotografías “muy especiales”. “Cuando haces una muestra siempre dejas cosas fuera, pero responde a una idea de estética”, aseguró.

“La primera fotografía es como el primer amor. Sin lugar a dudas es mi favorita”, reveló sobre una imagen de 1929 del húngaro André Kertész. “Es un encuadre arriesgado para la época y que cada vez que lo veo más moderno me parece”, añadió.

Otra de las instantáneas favoritas de la coleccionista es La madre migrante, de Dorothea Lange, que recoge la depresión americana en los años 30. “He tratado además de hacer justicia con ella en la exposición, porque la mujer que sale en la foto dijo durante años que Dorothea jamás se interesó por ella y ni siquiera le preguntó su nombre. Pues bien, se llamaba Florence Owens y he añadido su nombre a la exposición”, contó Garrido.

La coleccionista también reveló que las cuatro fotografías de Lisette Model están entre sus preferidas, así como la fotografía más conocida de la exposición: Muerte de un miliciano, de Robert Capa. “Se ha hablado mucho sobre si es falsa o no. Yo personalmente creo que lo es. Pero eso, en vez de restarle valor, lo suma. Capa consiguió con una foto falsa que se hablara en todo el mundo de la tragedia que estaba sucediendo en España y eso demuestra su inteligencia”, apuntó. Para Garrido, Historia portátil de la fotografía es una colección “autobiográfica” recogida a través de la lente de varios artistas. “Animo a todo visitante a que investigue a los autores. Que se interesen por descubrir que hay detrás de cada una de las fotografías”, concluyó.

La muestra permanecerá abierta hasta el próximo 17 de febrero y cuenta con visitas guiadas todos los domingos a las 18.30 y 19.30 horas.