Toruk ya sobrevuela el Arena. El nuevo espectáculo de El Circo de Sol se estrenó ayer en el Navarra Arena con la película de Avatar con premisa y base argumental. Un espectáculo que convocará a 6.500 personas cada día, lo que significa que en nueva funciones serán casi 58.500 espectadores los que acudan a ver el show; es decir, más de 37 Baluartes. Eso supone cerca de 3,5 millones de recaudación teórica máxima, lo que dejaría solo en aporte de IVA unos 350.000 euros.

Antes de comenzar la primera función, los medios de comunicación navarros tuvieron acceso ayer a los entresijos y bambalinas de un espectáculo que consigue que la realidad supere la imaginación. Sobre el escenario se darán cita 43 artistas, con seis marionetas manejadas por otras tantas personas. Basta apuntar que hay mas de 1.000 piezas que se intercambian y colocan en cada sesión del espectáculo. “Son cambios rápidos en los que se sustituyen pelucas, elementos corporales, detalles, y todo a una velocidad de vértigo”, apuntan desde la organización. Todos esos elementos están inspirados en la naturaleza y van desde flores hasta figuras, pelucas, maquetas, que nacen de la particular idiosincrasia de Pandora, la tierra en la que nace, crea y se desarrolla el espectáculo.

Proyecciones El total de la superficie de proyección, excluyendo proyecciones que alcanzan al propio público, es aproximadamente de 6.000 metros cuadrados, más de cinco veces el tamaño estándar de una pantalla IMAX: 3.887 m² para el escenario, 1.098 m² para las dos pantallas laterales y otra de 1.098 m² para las columnas de la Casa del árbol.

Hay 40 proyectores de vídeo en total. La mitad son de 30.000 lumen cada uno, la otra mitad son de 20.000 lumen; 22 proyectores de vídeo son usados para proyecciones en el suelo; seis envían imágenes a la Casa del árbol; dos proyectores están dedicados a las dos pantallas laterales y ocho proyectores son usados para las proyecciones entre el público..

Argumento y creación Toruk es una precuela que sucede 3.000 años antes que la película Avatar. A través de una fascinante fusión de efectos visuales de vanguardia, espectáculos de títeres y puesta en escena, el mundo creado por James Cameron cobra vida bajo el sello del Cirque du Soleil que aplica su singular sello y logra un vínculo entre dos versiones artísticas para hacer de este un excelente espectáculo.

El show también lleva la firma de los distinguidos directores Michel Lemieux y Victor Pilon. Se trata de una oda a la vida de los Na’vi en su coexistencia con la naturaleza simbiótica y su creencia en la interconexión de todas las cosas vivientes.

Narrado por un Na’vi cuentacuentos y poblada por personajes inolvidables, Toruk-El primer vuelo es un cuento mítico de hace miles de años, antes de que los acontecimientos se suscribieran en la película Avatar, y antes de cualquier hombre pisara Pandora. Cuando una catástrofe natural amenaza con destruir el árbol sagrado de las almas, Ralu y Entu Omaticaya, dos muchachos al borde de la adultez, sin temor, deciden tomar el asunto en sus propias manos. Al enterarse de que Toruk puede ayudarles a guardar el árbol de las almas, partirán juntos con su nuevo amigo Tsyal, en una búsqueda en lo alto de las montañas flotantes para encontrar el poderoso depredador rojo y naranja que gobierna el cielo de Pandora. La profecía se cumple cuando un alma pura se eleva entre las alas de Toruk por primera vez evitando el terrible destino de los Na’vi.

Personajes principales Ralu, Entu y Tsyal son los protagonistas. Están acompañados por Shaman, el líder del clan de los Omatikaya, así como los miembros de cinco clanes Na’vi: Omatikaya, Tawkami, Anurai, Tipani y Kekunan. Los vestidos de negro como sombras de marionetas personifican el espíritu de Eywa, el guía de la fuerza y divinidad de los Na’vi.

Toruk Sin duda, el gran protagonista del show es Toruk, una marioneta con 12 metros de ancho, que pesa más de 115 kilos y que tiene que ser movido por un equipo de más de seis personas, todas ellas equipadas con micrófonos inalámbricos ya que todos los sonidos que emite el animal son naturales a través de las voces de los marionetistas que los sustentan. Eso sí, todos hablan en la lengua Na’vi, a la que el público puede acceder a través de subtítulos y del narrador.

Entre los récords que acumula este espectáculo, está el de los boomerangs, que llega a lanzar cinco a la vez, y, de hecho, es la primera vez que se realiza en un Circo del Sol.

Los protagonistas Dos de los artistas protagonistas charlaron ayer con los medios: Ethan Lottman, de 24 años, y Lisanna Vázquez, de 35. Lisana Vasquez, una de las jefas del los clanes Nav’i, lleva trabajando en Toruk desde 2015, cuando empezó a desarrollarse el montaje. Respecto al espectáculo, Lisanna apuntó que “la clave es conseguir el alma del na’vi, sus posturas, ya que son personas con amor y pasión”. Por su parte, Ethan recalcó que “llevamos años trabajando en este espectáculo, pero a pesar de los ensayos siempre es complicado conseguir llevar a escena el espíritu del na’vi”. “Pero somos artistas y esa es la razón para llevar una emoción a la pista”, recalcó Lisanna, “representando esa fuerza y pasión que nace de la tierra de Pandora. El objetivo es no perder la emoción en ningún momento ni su pasión. Y para ello es muy importante conseguir los movimiento rápidos, casi como si fuéramos animales”. Para conseguir todo eso, ensayan todos los días, hasta casi conseguir ser una familia de más de 100 personas.

Respecto al espectáculo, ambos apuntaron que entrar al Arena es “casi como introducirse en una película, con más de 40 proyecciones y varios elementos interactivos, además de 47 trampillas y trampolines sobre los que saltan y aparecen los artistas”. Un montaje que viaja a cada cuidad con una flota de 34 camiones y 4 aviones Boeing 747.