bilbao - El humo de industrias con los días contados, fotografías de la época de acero de Bilbao... Un paisaje que ha desaparecido, pero que el fotógrafo navarro Carlos Cánovas inmortalizó con sus cámaras en la década de los noventa, eso sí, no exento de poesía. “Yo no entendería la fotografía sin, aunque sea, un gramo de poesía”, confiesa.

Son fotografías que, por encargo de BBK y Bilbao Metrópoli, llevó a cabo para documentar el urbanismo bilbaíno antes de los profundos cambios que iba a experimentar la ciudad coincidiendo con la inauguración del Guggenheim. Retazos de Paisajes sin retorno, como ha nominado la serie, que el público puede contemplar en la Sala Rekalde de la Diputación de Bizkaia y que forma parte de la exposición En el tiempo que recoge más de un centenar de imágenes en torno al paisaje urbano.

La muestra se puede contemplar como una retrospectiva de las últimas cuatro décadas de miradas al espacio urbano, sobre todo a las periferias de las ciudades, que siempre han cautivado a Cánovas más que sus centros. En ninguna de las imágenes hay figuras humanas “porque su presencia desviaría la atención del espectador”.

La diputada de Euskera y Cultura de la Diputación foral de Bizkaia, Lorea Bilbao, fue la encargada de presentar la muestra, junto al autor, y la comisaria Juana Arlegui. Una muestra que fue producida por el Museo Universidad de Navarra, con la colaboración del Museo ICO, y que viene avalada por el premio del público a la mejor exposición que recibió en la pasada edición en Madrid de Photoespaña.

memoria visual Como dice la canción, 40 años no es nada. Pero sí lo son si se refieren al trabajo de un fotógrafo, que ha visto como se transforma la arquitectura urbanas y las tecnologías. Una transformación que se refleja en la muestra, en la que se pasa del blanco y negro al color y de lo analógico a la incorporación de tecnología digital. Según recordó la diputada de Cultura y Euskera, “hace referencia a nuestra memoria visual, en muchos casos nos enseña lugares que hoy en día no existen pero que recordamos y reconocemos como propios y cercanos”.

En el tiempo constituye, a juicio de Bilbao, “un buen repaso por el trabajo de Carlos Cánovas”, en relación con lo urbano. En la serie Tapias (1980) muestra su interés por el tratamiento de los muros y los espacios indefinidos; mientras que en la de Extramuros (1983-1990) se centró en el espacio urbano propiamente dicho, en este caso, en torno a la ciudad de Pamplona. Le siguen Vallès Oriental (1990), una relectura de su anterior trabajo en un espacio desconocido; Paisaje sin retorno (1993-1994), imágenes que representan el momento más intenso de su itinerario creativo. Simultáneamente a ésta, Cánovas inició Paisaje anónimo (1992-2005), donde el fotógrafo trabajó de nuevo en torno a la periferia que rodea a las ciudades. Por último, Séptimo Cielo (2007-2017), que recoge paisajes del entorno de su casa en Pamplona, lo que supuso un salto por la utilización del color.

Cánovas es uno de los fotógrafos de paisajes más importantes del Estado. Su obra se ha mostrado en numerosas exposiciones, individuales como las realizadas en el Museo de Bellas Artes de Bilbao (1994) o el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM, Valencia, 1997), y colectivas, entre las que destacan las realizadas en el Instituto Cervantes en diversos países, en el Centro de Arte Reina Sofía (Madrid), en el Museum of Contemporary Photography (Chicago) o en el Instituto Cultural de México (Washington).

Es autor de varios libros que recogen su obra personal, como Deriva de la ría: paisaje sin retorno, Paisajes Fugaces, Paisaje Anónimo y Por las mismas calles y Séptimo cielo, fotografías de un paisaje cercano.

Récord de público Por otro lado, la diputada de Cultura anunció que durante 2018 la Sala Rekalde ha batido el récord de asistencia, con más de 36.350 espectadores. E indicó que la próxima exposición será Ertibil Bizkaia, que tendrá lugar del 30 mayo al 7 julio.

Lorea Bilbao aludió también al programa educativo de la Sala Rekalde de la Diputación, que ofrece un “amplio programa” de actividades didácticas y talleres para la formación y el conocimiento del público, todas ellas gratuitas, aunque algunas con inscripción previa.

Cien fotografías. La muestra acoge un centenar de las mejores fotografías del artista a través de un recorrido desde los primeros años 80 hasta la actualidad.

Series. La exposición está organizado en las series ‘Tapias’ (1980), ‘Extramuros’ (1983-1990), ‘Vallès Oriental’ (1990), ‘Paisaje sin retorno’ (1993-1994), ‘Paisaje anónimo’ (1992-2005) y ‘Séptimo Cielo’ (2007-2018).

Hasta el 19 de mayo. La muestra, que fue producida por la Universidad de Navarra, con la colaboración del Museo ICO, se podrá ver en la Sala Rekalde hasta el próximo 19 de mayo.