pamplona - Iván Argote (Bogotá, 1983) no llega a los 40 años pero su discurso, y su obra, cautivan como si sus espaldas hubieran sobrellevado varias décadas más de vida y de experiencia.

Directamente, para Iván Argote, ¿qué somos?

-Tiernos. Esta es una pregunta que yo utilizo para hablar de muchos temas, porque uno es muchas cosas al mismo tiempo... Uno es una tradición cultural, uno es un género, tiene sensibilidad, le gustan unas cosas y otras no, habla una lengua... Por lo tanto, uno es un montón de información, es una muestra arqueológica de la humanidad, por que todos llevamos a la espalda siglos y siglos de historia, de relaciones de poderes, económicos, culturales, lingüísticas... Entonces, esa pregunta de quién es uno o quién es alguien yo la utilizo para hablar de contextos precisos, de cosas históricas y para hablar de esa cualidad común que tenemos, que es la de ser conscientes de ser algo.

La siguiente pregunta es una consecuencia lógica de la primera, ¿qué es tu cine?

-Yo diría que la mayoría que mis filmes son ensayos en los que se presentan preguntas sobre qué somos o cómo entendemos ciertas cosas. Cada filme trata un tema distinto... yo me agarro a un tema que considero interesante y empiezo a bombardearlo con un montón de preguntas. Hay un filme, por ejemplo, que habla de nuestra relación con el conocimiento científico, de cómo este conocimiento está ideologizado y siempre fue de la mano de la mano de la industria y el poder. Para hacer esta película, que no vamos a mostrar en Pamplona, fui a buscar el árbol del cual cayó la manzana de Newton, que lo conservan en Inglaterra. Otra de mis películas hace referencia a cómo posicionarse hoy ideológica o coherentemente, algo que me parece imposible.

¿Sientes por lo tanto que tu cine es activista, o crees necesario que lo sea?

-No, yo no creo que uno tenga que obligar a que la gente direccione su mirada hacia un cierto tipo de cosas. A mí me interesa la historia política y creo que todos somos herederos de muchas historias políticas. Me gusta hablar de eso, de cómo se construye el patrimonio, de cómo se construye la historicidad, de quién escribe la historia y para quién. De eso hablan los filmes.

En uno de estos cortos, Reddishblue Memories, es curioso porque se hace mención a cómo Kodak cambió su método de revelado ya que se dio cuenta de que con los años las fotografías tornaban hacia el color rojo, que era el color del enemigo, por otro que las evolucionaba con el tiempo hacia el azul. Han pasado décadas, y al menos en España, parece que esto no ha cambiado ya que el rojo sigue siendo el color del enemigo del poder...

-Eso es una de las olas de polarización que utilizan algunas fuerzas del poder político y económico para dividir y para meter miedo. En Colombia, particularmente, no salimos de esta situación desde que en los 50 estallará esa gran violencia. Supuestamente en Colombia no hubo dictadura pero se da esa especie de democracia autoritaria, que es muy fuerte y presente, y que hoy también está haciendo peligrar el proceso de paz que se consiguió. Es curioso cómo esas historias que parecen superadas están realmente vivas. Y, por ejemplo, este filme deja abierta la pregunta de si el cambio de revelado fue hecho por causas ideológicas o no. Pero es algo que puede ser verdad, ya que uno no tiene más que ver lo que está sucediendo en Europa, con el brexit a las puertas, o esa ola de ultraderecha que está invadiendo América Latina. Este corto habla precisamente de cómo la industria de la imagen ha estado relacionada con el poder, algo que no deja de ser cierto y vigente.

¿Por que Iván Argote está, de alguna manera, obsesionado con la ternura del ser humano?

-Más que la ternura es la afectividad, algo que se utiliza poco en el mundo académico y en el de las artes, y quizá un poco más en el mundo del cine y de la música para tocar ciertos temas. La diferencia entre lo racional y lo afectivo es un poco artificial porque uno siente y piensa con el mismo cuerpo y cerebro. Por lo tanto, creo que uno debe utilizar la inteligencia afectiva que tiene para solucionar los problemas de índole económica, política, social o incluso de comunicación. De esta forma, citar la afectividad o la ternura es para mí una estrategia de provocación para hacer una llamada a que existen otras formas de criticar que no son polarizantes, que no dejan a unos como buenos y a otros como malos sino que nos meten en un canal de diálogo que nos permite ponernos de acuerdo en algo que tiene sentido para todos. A mí me interesa, en mi trabajo como artista, salir de ese sistema de polarización entre buenos y malos, y contar la complejidad de las cosas utilizando herramientas afectivas.

Entiendo, por lo tanto, que para Argote la confrontación racional directa es la que no produce resultados... positivos.

-Lo que creo es que no se ha ensayado mucho el uso del cariño para solucionar problemas. Colombia es un país de confrontaciones. Yo crecí en una familia de militantes y con el tiempo han visto que antes era más radicales pero ahora deben ser más responsables. Eso me ha llevado a mí a ser consciente de que lo más importante es llevar a las personas hacia el diálogo, y por eso yo sigo haciendo talleres allá donde voy.

Pero, poniendo los pies en la tierra, ¿es utópico o realista este planteamiento?

-Es experimental. Pero, para mí, hay que ensayar ésta y otras muchas opciones.

Otras opciones que, ¿parten de la base del compartir como concepto clave en tus obras?

-Tengo varios proyectos bajo este concepto, bien una acción que yo haga en el transporte público o una acción que sucede dentro de un filme. Nosotros somos seres sociales y por eso me parece que está bueno que las construcciones las hagamos juntos; de hecho, existimos y tenemos una vida determinada porque un grupo de personas hace posible, de buena o mala forma, que esto exista. Así, esa idea de comunidad siempre está presente porque considero que somos como una especie de fluido... La educación nos ha enseñado que nosotros somos unas burbujas individuales que forman un grupo y de esta manera somos un conjunto de conjuntitos, pero yo creo que si alguien nos viera de lejos seríamos más como una marea de peces, que en sí sola no tiene sentido, solo consigue el sentido por la actividad que uno tiene con los demás. Así, a mí me gusta deshacer esas barreras que pones frente a una persona ajena, utilizando también el humor.

Cierto, porque utiliza el humor como esa fórmula eficaz para hacer llegar al público temas que no son precisamente bromas...

-En Colombia esta fue la regla durante muchos años porque la crítica está muy perseguida, por eso se utiliza el humor, y creo que es una buena manera de lidiar con el conflicto histórico que ha habido. Como la afectividad y el cariño, el humor también es otra herramienta que sirve para romper esa barrera mental, que uno cree que tiene con el otro pero que no existe; el humor hace que uno sea permeable a la hora de hablar de determinados temas, además de generar empatía. En el fondo yo diría que ese momento en el que uno se ríe es algo muy humano, y eso hace que las personas se liguen.

Vídeo, fotografía, performance... Iván Argote no se ciñe solo a una disciplina, ¿a qué se debe esa actividad artística polifacética?

-Yo estudié diseño gráfico y luego cine, y al acabar quise estudiar filosofía porque me interesaba la idea de por qué piensa uno lo que piensa o por qué siente uno lo que siente. Pero al acercarme a la filosofía tuve la sensación de que todo pasaba por el lenguaje, por leer y escribir, traducir... Eso me llevó al arte, que para mí es la misma herramienta que la filosofía solo que te permite pensar con objetos o imágenes. Hay cosas que son más fáciles de hacer sentir o entender con un gesto que con un texto, por decirlo de alguna forma. Por eso me doy la libertad de variar, también como una forma de liberarme y así no tener que encerrarme en una sola manera de hacer o de un estilo. He tenido la suerte de estar en este mundo del arte contemporáneo, lo que me permite crear exposiciones y hacer filmes, alimentando ambas facetas. Muchas esculturas, por ejemplo, surgen a raíz de películas que he realizado. Digamos que los filmes son la punta de la investigación que yo hago, es lo que me empuja a indagar más cosas, a buscar libros, a viajar... Y eso viajes, a su vez, nutren un montón de investigaciones que posteriormente se desarrollan en investigaciones.

“El arte es la misma herramienta que la filosofía solo que te permite pensar con objetos o imágenes”

“El humor, como la afectividad, sirve para romper esa barrera mental que nos separa del ‘otro”

“La ternura es una provocación para hacer ver que existen formas de criticar no polarizantes”

10.00 horas. Sala Luneta. Baluarte. Proyección de las películas de X Films. Solo acreditados.

11.30 horas. Sala de la Muralla. Baluarte. Focos, sección centra principalmente en la exhibición de filmes de Guy Sherwinl (con invitados).

12.00 horas. Planetario. Programa educativo bajo el título Ser animal, con la proyección de 8 cortos.

17.00 horas. Lost Landscapes Pamplona. Rick Prelinger.

20.30 horas. Sesión especial de clausura. En la misma tendrá lugar la entrega de premios del festival Punto de Vista 2019. También se proyectará el filme rodado ayer Activísimo Pamplona!, de Iván Argote; así como la película Enceindre, dirigida por Luke Fowler.