pamplona - Aunque en las redes sociales sea más conocida como Beta Coqueta, su nombre real es Elísabet Benavent. Tiene 34 años y ya lleva 19 novelas publicadas. Hablar con ella es como leer uno de sus libros. Es amable, sencilla y directa. Después del éxito sembrado con la saga Valeria, Benavent llega a Pamplona hoy para presentar su último trabajo, Toda la verdad de mis mentiras.
Con la saga Valeria nos adentramos de lleno en la vida de un grupo de amigas. ¿Qué nos encontraremos en este nuevo libro?
-También nos introducimos en un grupo de amigos, que en este caso es mixto, cuyo leitmotiv es que todos los personajes guardan un secreto que implica a otro del grupo. Están organizando la despedida de soltera de una de ellas en una autocaravana, un espacio reducido en el que pasan 24 horas al día y es cuestión de tiempo que todo acabe explotando.
Como bien dice, los personajes llevan encima una mochila llena de secretos. ¿Es un peso que todos tenemos que soportar?
-Creo que sí. Hay diferentes tipos de secretos y mentiras. Unas son las que nos decimos a nosotros mismos, otras son las que guardamos para salvarnos las espaldas y otras son las que ocultamos para salvar las espaldas a los demás. Los personajes se mueven ahí, cada uno con sus secretos y mentiras y la vedad que se esconde detrás de todo ello.
Por primera vez se atreve con la poesía a través de Gus, uno de los protagonistas. ¿Cómo ha sido la experiencia?
-Me ha servido para valorar muchísimo más el trabajo de mis compañeros poetas, porque me parece dificilísimo. Ha sido divertido porque he salido de mi zona de confort y atreverme con otros géneros ha sido emocionante, pero me he dado cuenta de que no es lo mío, que me viene enorme y mejor se lo dejo a los profesionales.
Dice que no son lo suyo pero estos pequeños poemas son prácticamente la espina dorsal de la novela.
-Desde el principio los planteé como parte fundamental de la historia porque sirven de catalizador para algunas acciones, llevan al lector de la mano y le dan pistas sobre los secretos de unos y otros y van empujando a los personajes a las situaciones que la historia necesita para explotar.
Hace, con esta nueva entrega, algún guiño a los personajes de otras novelas. ¿Nostalgia?
-Siempre se siente cierta nostalgia por los proyectos que has dejado atrás. Para mí es un guiño cómplice a otras protagonistas, es como decirles: “Estoy con alguien nuevo pero no te olvidado”. Para mí, ellas serán siempre importantes aunque esté con otros personajes. También se ha convertido en un juego con las lectoras para ver si localizan el guiño.
Las historias que narra en prácticamente todas sus novelas son anécdotas cotidianas que podrían pasarle a cualquiera. ¿Hasta qué punto son ficción?
-Las historias son ficción pero siempre bebo de una inspiración real. Uno de los rasgos más importantes que tiene este género es que la persona que se acerque a él se va a sentir identificada porque habla de rutinas, de lo que nos preocupa a todo el mundo y también tiene una parte aspiracional que nos hace soñar. Yo siempre pico de aquí y de allí y escucho mucho a mis amigas cuando cuentan cosas y creo que es esencial que los personajes beban de algo real porque la historia tiene que sentirse como real. Si se lee siempre desde la distancia es muy complicado robar una carcajada, que para mí es fundamental.
Con 34 años ha parido, como diría Lola Vendetta (alter ego de la autora Raquel Riba), 19 hijos. ¿De dónde saca tiempo?
-(Ríe) Partí de la ventaja de que cuando publiqué el primer libro de Valeria ya tenía otros siete escritos, y no es lo mismo enfrentarse al proceso de edición que escribirlos de nuevo. Soy una persona que duerme poco, eso sí (ríe), y han sido años intensos, pero sí que es verdad que soy muy inquieta y me tranquiliza tener una historia en el ordenador gestándose. A mí me ha dado tiempo a esos 19 libros porque ya tenía esos siete primeros escritos.
Y porque dormir está sobrevalorado.
-¡Totalmente!
Hoy en día es realmente difícil que una persona viva exclusivamente de sus novelas. ¿Cuál es el secreto?
-No sabría decírtelo porque yo soy la primera sorprendida. Cuando decidí dejar el trabajo, con el octavo libro, sentía que me tiraba a la piscina sin saber si tenía agua o no, pero tenía 30 años y no tenía hijos. Es decir, si me equivocaba, que me equivocase entonces. A mí me ha salido bien pero es cierto que me parece muy complicado. Yo le diría a la persona que se quiere dedicar a esto que es difícil pero no imposible y, aunque quede muy Mr. Wonderful, si uno no pelea por intentarlo seguro que no lo conseguirá.
A usted no le ha salido bien, le ha salido muy bien porque, además del éxito en ventas de sus novelas, la saga Valeria va a saltar a la pequeña pantalla. ¿Cómo está siendo la adaptación televisiva?
-Ahora mismo estamos en una fase de preproducción en la que todo está un poco en el aire. Pero está siendo muy emocionante desde el primer encuentro con el señor Netflix. Se vive un proceso parecido a cuando sacas un libro y tus personajes ya no son tuyos sino de quien los vaya a leer. Es el mismo proceso de desprendimiento, aunque estoy muy emocionada.
Cuenta, bajo el seudónimo de Beta Coqueta, con más de 160 mil seguidores en Instagram, más de 79 mil en Facebook y es, además, una súper ventas. ¿Qué fue antes? ¿El huevo o la gallina?
-Soy una escritora nacida en redes, desde luego, y no me cuesta nada decirlo, no creo que sea nada negativo ni peyorativo. Yo lo llevo por bandera, me di a conocer por ahí y los libros y yo fuimos creciendo a través de esta gran familia que se fue incorporando a mis redes sociales. Han sido mi trampolín.
Sobra decir que las redes sociales, sin duda, han revolucionado la forma de relacionarse con el público.
-Son una ventana abierta al mundo donde la comunicación es bidireccional. Es muy enriquecedor, pero sí es verdad que hay que tener en cuenta que la vida es lo que sucede fuera de las redes sociales, que estas no dejan de ser una pantalla donde se ven cosas y la vida tiene cosas buenas y malas y no es tan bonita como una cuenta de Instagram, pero es real.
Su próxima novela está ya en camino. ¿Qué puede adelantar?
-Aún no puedo adelantar nada porque hasta que no termine la gira de firmas no me siento a escribir. En la cabeza la tengo muy avanzada y tengo una idea de qué quiero que sea pero sé que cuando me siente será otra cosa. Lo que sí puedo decir es que habrá un viaje.