Una gran instalación se sitúa en el centro de la sala. Gira sin parar y refleja sobre la pared aquellas imágenes que ha escaneado previamente, solo que con un minuto de diferencia. Es una forma de conectar el presente con el pasado y puede que la mejor manera de describir la exposición que ya se encuentra en el Horno de la Ciudadela, donde las piezas que Josu Rekalde ha elaborado expecíficamente para este lugar permanecerán hasta el 8 de septiembre. ¿Dónde está el ahora? es el título de esta muestra en la que el artista se sirve de la tecnología para realizar una reflexión sobre el tiempo y, también, sobre el tiempo social.

La exposición consta de cinco elementos que funcionan como una órbita de esculturas-instalaciones sobre el suelo circular de la sala. La pieza central se basa en la propiedad espacial y acústica del lugar y añade las posibilidades tecnológicas que la programación informática actual proporciona. “Esta pieza es un escáner y va dando vueltas constantemente; primero recoge la imagen y después, sesenta segundos más tarde, la proyecta sobre la pared, por lo que todo lo que veremos, que ha sido hace unos segundos, lo vemos ya siempre en el pasado”, dice Rekalde (Amorebieta, 1959). La instalación permite que entre las paredes del Horno se produzca una extraña percepción del tiempo presente y el pasado reciente, ya que las imágenes se proyectan en el mismo preciso lugar donde han ocurrido hace un minuto exacto.

Las otras cuatro piezas, explica el artista, conforman una constelación escultórica y videográfica, entre las cuales se encuentra La bañera de Marat o el vídeo que el artista grabó en 1996 Contando con los dedos de una mano. “Todas las piezas juegan con la inestabilidad de los objetos y de los muebles, que por una parte parece que están enterrados y, por otro lado, vemos que el agua mantiene su nivel, como si fuera lo único estable del conjunto”, apunta. Respecto a este último elemento, el agua, el artista sostiene que, junto al fuego, “es el primer audiovisual del ser humano, es aquello que se mueve y tiene sonido”, y estos sonidos “llaman a nuestro pasado, incluso a nuestro pasado animal”.

Rekalde afirma que el tiempo es algo que siempre le ha interesado y cuenta que desde que empezó a trabajar con los medios vio que “había una posibilidad de trabajar con el tiempo”. “Igual que trabajo la madera, puedo trabajar el tiempo; por primera vez los artistas podemos manipularlo a través de las nuevas tecnologías y esto es algo que siempre me ha mantenido en vilo”, añade. Asimismo, Rekalde destaca que “esta exposición hace referencia a esa reflexión de que el ahora no existe”. “No podemos saber qué es lo que es, puede existir pero no sabemos qué es, y por eso siempre utilizamos el pasado como si fuera el presente”.