pamplona - “La fórmula Morbolière funciona”. Lo tiene claro Eva del Palacio, traductora, responsable de la adaptación, directora e intérprete de El enfermo imaginario, de Jean Baptiste Poquelin, Molière, que Morboria Teatro representará esta noche en La Cava. Texto, música, danza y mucha comedia, aunque también reflexión, de la mano de la historia de un hombre, Argán, con miedo a vivir.

Hace once años hicieron ‘El burgués gentilhombre’ y en 2006 estrenaron la primera versión de ‘El enfermo imaginario’, que ahora retoman. Se nota que les atrae Molière.

-Es que con este autor nos sentimos como en casa. Hemos encontrado la fórmula Morbolière y nos va perfecta. Es un autor maravilloso. Disfrutamos del proceso de creación del espectáculo, de la música, de las partes de danza, de la pantomima...

¿Qué tiene de diferente esta propuesta de la que presentaron hace 13 años?

-El paso del tiempo siempre se nota en los creadores, en nuestras vivencias. Eres más consciente de algunas cosas y las plasmas en el espectáculo. Aquí nos vamos a encontrar con pesadillas y ensoñaciones y llevamos tres músicos en directo -laúd, clavicordio y violín-, que interpretarán temas de Charpentier y de otros. Sin olvidar a los diez intérpretes en escena, cosa que no es nada habitual.

¿Por qué han decidido reencontrarse con esta obra en este momento?

-Aparte de que Molière siempre estará de moda y pervivirá a lo largo del tiempo, el mensaje de esta obra está totalmente vigente, ya que, si trasladamos la historia a la actualidad, podríamos hablar del mal uso de la medicina o de los abusos de las grandes farmacéuticas, por ejemplo. Hoy en día hay algunos que nos quieren hacer creer que envejecer es una enfermedad, por no hablar de todos los personajes, crápulas y demás, que muchas veces rodean a un enfermo y que intentan aprovecharse de él. En este caso, el protagonista es una persona que tiene miedo a vivir y reclama atención constante por parte de todos los que le rodean. Es hipocondríaco, sí, pero en realidad tiene miedo a la soledad, al abandono y a la muerte, y cuántas personas hay así en nuestra sociedad. Y cada vez más. Se me cae el alma a los pies cuando veo a familiares mayores que vuelven del médico con unas bolsas llenas del medicinas. Esto se ha convertido en algo habitual y no sé si es lo más conveniente o hay otras posibilidades.

Es un tema dramático que Molière sabe tratar desde la comedia.

-Es que es un maestro. Sabe hacerte ver las tragedias más tremendas desde la comedia. Si no fuera por el humor, habría momentos insoportables en la vida. No hay otra, regodearse en la miseria y en el horror no es nada bueno. Se puede hacer crítica de muchas formas y creo que la comedia es la mejor para poder respirar ampliamente y a pulmón abierto. Luego, evidentemente, te queda el poso, el público no es tonto y cada persona hace su propio análisis de lo visto.

¿Cómo ha logrado el equilibrio entre el tema trágico que aborda la obra y el tono cómico con el que lo cuenta?

-Pues con total naturalidad, dejándome guiar por el texto de Molière, que sabía escribir muy bien, y también por la inspiración y por la intuición propias.

Ya es una ventaja partir de un texto clásico que nunca caduca.

-Claro, por eso estos textos son clásicos, porque han traspasado el tiempo y siguen en plena forma. El hombre contemporáneo se siente reflejado en ellos. Además, nosotros no hemos trasladado esta obra a un contexto más actual. Nos encanta el barroco francés, su música, la caracterización, el vestuario... El montaje de El lindo Don Diego, que hicimos este año en el Teatro de la Comedia de Madrid, sí lo llevamos a los años 20 del siglo pasado, pero El enfermo imaginario está ambientada en su época, así que también es una gozada para los ojos y para todos los sentidos en general.

Morboria se caracteriza, precisamente, por cuidar hasta el último detalle, desde la música hasta la danza, pasando por el vestuario, los postizos...

-Y parece una tontería, pero lleva muchísimo trabajo. Fernando Aguado, que es quien interpreta a Argán, es el que ha elaborado toda la zapatería y todos los sombreros. Artesanía y arte al servicio del espectáculo. Te puedes fijar en cualquier personaje y verás que todos los detalles están muy cuidados.

Y se nota que uno de los aspectos por los que se conoce a la compañía son sus espectáculos de calle.

-Claro, hay momentos en que siempre rompemos la cuarta pared y planteamos un juego con el espectador. Molière tenía esos momentos, porque aunque muchas de sus obras se representaban para el rey y la corte, durante trece años hizo teatro popular, lo que le aportó mucha frescura. Frescura que también tiene Morboria, porque hemos hecho mucha calle. Y seguimos, de hecho, a finales de mes nos vamos a un festival a Montpellier. En Olite nos habéis podido ver con Barrocos y con Espíritus del bosque, por ejemplo, y para nosotros es maravilloso poder volver. Mantenemos esa energía y también esa rebeldía y un espíritu temerario que siempre aflora.

La música y la danza también ocupan un lugar especial en este y en otros de sus montajes.

-Sí. Yo he sido bailarina y amo la danza y el teatro y todo va unido. Como la misma compañía, que está formada por la familia. Morboria es nuestra manera de entender la vida y en ella se funden todas las artes: la pintura, la escultura, la danza, la música, el teatro... Para mí es natural estar rodeada de arte por todos los lados.

Y los intérpretes tienen que ser todoterreno.

-Lo son. Tienen una formación fabulosa. En Morboria hay profesores de escuelas de arte dramático, de danza, de música. Son artistas de primera con una formación como debe ser. Aquí no vale que cualquiera pase y se ponga sobre las tablas. La gente que hay en Morboria tiene muchos años de estudios y defiende esta profesión con dignidad.

Hace unos días criticaba en el Festival de Olmedo la cantidad de intrusismo que hay, por ejemplo, en el teatro de calle.

-Sí, es que si en teatro de sala quieres estrenar una obra de verso y no lo has hecho nunca, haces aguas por todos los lados. Pero es que hoy por hoy hay intrusismo en todas las profesiones. Hay directores que ponen a sus señoras de protagonistas y supongo que seguirá pasando.

No es el caso de lo que pasará hoy en La Cava, donde han agotado entradas.

-Y estamos encantados. La gente va a gozar con la fórmula Morbolière de verdad.

“Nos encanta el barroco francés; la obra está ubicada en su época y es un disfrute para todos los sentidos”

“Se puede hacer crítica de muchas formas y la comedia es la mejor para poder respirar a pulmón abierto”

La obra. El enfermo imaginario.

Autor. Jean Baptiste Poquelin, Molière.

Compañía. Morboria Teatro.

Función. Hoy, 22.00 horas, escenario de La Cava, Olite.

Traducción, adaptación, dirección. Eva del Palacio.

Intérpretes. Fernando Aguado, Eva del Palacio, Virginia Sánchez, Alejandra Lorente, Eduardo Tovar, Jorge Corrales, Vicente Aguado, Trajano del Palacio, Luna Aguado. Músicos: Milena Fuentes (violín), Miguel Barón (clavicordio), Javier Monteagudo (laúd, mandola y percusiones).

Equipo artístico. Diseño de vestuario: Ana del Palacio, Fernando Aguado y Eva del Palacio; Mónica Flores, sastra. Caracterización y máscaras: Fernando Aguado, Ana del Palacio y Eva del Palacio.

Duración. 120 minutos (con intermedio).

Más información. www.morboria.com.