Pamplona - “Si programamos comedias de Molière, ¿por qué vamos a privar al público de Sanzol? Y, si presentamos tragedias de Shakespeare, ¿por qué no hablar de una tragedia nacional como fue el asesinato de Lorca?”. Con estas dos interrogantes surgió, según Jiménez, la programación del festival que, además de tener a Lorca como eje, logró acercar al público a nuevas propuestas y dramaturgos.

Con respecto a la figura de Lorca, el director comentó al cierre del festival que “para él siempre está entre dos orillas, en un puente entre lo clásico y lo contemporáneo. Si el primer año del festival contó con una programación muy conservadora, el año pasado nos acercamos a lo contemporáneo con Luces de Bohemia, de Ramón María del Valle-Inclán, y en esta edición el diálogo entre ambos periodos fue definitivo; era innovar o desaparecer”, apuntó. Por su parte, Jiménez destacó la reacción positiva de un público “fiel y abierto que supo agradecer el riesgo que tomamos los directores siempre que programamos”.

“Hemos quitado la palabra clásico y añadido una más grande: artes escénicas”, expresó Jiménez. - C.B.