mérida - Entre la zarzuela y la revista, con toques de vodevil, se mueve la adaptación de La Corte del Faraón que esta semana llega al Festival de Mérida de la mano de Ricard Reguant y Juana Escabias, que han actualizado el libreto, uno de los más conocidos de este género musical escénico.

La obra llega bajo el título La corte del faraón, muy similar al texto original y muy posiblemente como popularmente se conoce, pues Reguant y Escabias la han desempolvado para darle un aire más nuevo, según explicaron en la presentación de este espectáculo, el penúltimo del festival. A ello se suma también la adaptación musical de las piezas que ha realizado Ferrán González, que ha introducido La alegre trompetaria, obra de Vicente Lleó. Itziar Castro, Celia Freijeiro, Paco Arrojo, Inés León, Joan Carles Bestard y Javier Enguix, entre otros actores y actrices, forman el elenco de este espectáculo, que pone en escena Rodetacón Teatro bajo la producción del propio festival y El Negrito Producciones.

La obra, que se aleja del espacio temporal de los años 40 en el que se situó la película que protagonizaron Ana Belén y Antonio Banderas, regresa al viejo Egipto, con Itziar Castro como faraón/faraona; Celia Frejeiro como Lota, la esposa de Putifar (Javier Enguix), y Paco Arrojo como el casto José. No obstante, propone una nueva versión en donde la representación de la trama se ve alterada por distintos accidentes y acontecimientos ajenos al argumento del libreto, y llevándolo a un terreno algo más actual. “Actualizamos pero mantenemos la esencia picarona y políticamente incorrecta”, aseveró Reguant. De hecho, y a modo de ejemplo, el espectáculo mantiene el famoso ¡Ay Ba, ay Ba, ay Babilonio qué mareo!. Se trata de un giro hacia el musical y la revista más moderna, con vestuario y coreografía afines a las intenciones de una adaptación que intenta “sacar el polvo a una obra”, ya de por sí inmortal, para reconvertirla en un nuevo éxito, “si es posible, siempre que el tiempo y las autoridades no lo impidan”, en referencia a que la obra estuvo prohibida durante el franquismo. - Efe