pamplona - Por primera vez, tras la ausencia de Camarón de la Isla, José Fernández Torres Tomatito acompaña con su guitarra a un cantaor. Y es a José Mercé. Casi nada. “Nos divertimos y estamos por la música”, explica Tomatito, maestro a las seis cuerdas. Él, que confiesa que le hubiese gustado ser cantaor... pero que toca la guitarra. Y cómo toca.

¿Qué fue aquello tan interesante que le contó José Mercé para convencerle en embarcarse en este proyecto conjunto, tras años sin acompañar a un cantaor?

-Mercé y yo somos como familia... Y de tanto que nos juntamos, Mercé dijo que por qué no sacábamos un disco juntos y lo llevábamos a un escenario. Él tiene su camino, y yo el mío, por supuesto, pero me ha hecho bien esto y creo que a él también. Nos divertimos y estamos por la música.

Algunos hablan de este disco como una reivindicación del flamenco, pero entre las alegrías, tangos, bulerías y otros tantos palos clásicos que recoge De verdad, parece que simplemente José Mercé y Tomatito se han dejado llevar. ¿El motor era regresar a caminos ya recorridos?

-Mira, yo vengo de hacer jazz, fusiones... Pero ya hice La leyenda del tiempo con Camarón con 17 años y sé de dónde vengo y que si me llaman, es porque soy un guitarrista flamenco, y esa entidad no puedo perderla. En el concierto hacemos una parte que Mercé canta por soleá y por chirivillas, que son palos muy del flamenco, y me dedico a tocarle como tocaban los antiguos, porque me sale. No imitando a nadie, sino que vengo de ahí. Nosotros no reivindicamos nada, es que lo llevamos y es como somos, tenemos la suerte de haber nacido entre dos épocas: conocemos lo último de los flamencos antiguos y todo lo nuevo que ha salido, toda la guitarra moderna y los nenes jóvenes que también estamos con ellos. Nada más.

Unas tradición que siempre ha estado ahí y que lo sigue estando.

-Eso es. A lo largo de mi trayectoria me he dado cuenta de que la música flamenca es un lenguaje universal. Voy a los festivales de jazz a Europa y me encuentro con músicos de Estados Unidos que les encanta el flamenco. En su momento, Mile Davis le dedicó un disco, también Chick Korea... incluso Manuel de Falla se fue a Granada a vivir con los gitanos. La música flamenca es importantísima en el mundo y es un género que no puede perder la entidad hecha. Y todo no vale, pero como el flamenco está en movimiento y es una música tan auténtica, entran cosas y salen otras.

¿En ese todo vale se refiere a artistas transgresores como Rosalía?

-Todo se tiene que probar. Rosalía tiene una voz preciosa, para mí la chiquilla canta muy bonito, pero no puedo decir que no vale, ¿quién soy yo para decir eso? Al revés, tiene cosas muy bonitas. Pero el flamenco siempre tiene sus cánones y palos, no sé yo hasta dónde puede llegar. Es tan sabio que entran cosas, pero luego salen también. Por ejemplo, Paco de Lucía trajo el cajón peruano y se ha quedado, porque antes eran palmas y como mucho bongos, que me acuerdo... Pero Paco trajo el cajón peruano y se ha quedado para toda la vida. Por eso yo estoy a favor de todo lo que se haga, no estoy en contra de nada.

De hecho, con motivo de las críticas que recibió la artistas catalana, usted recordó que Sabicas era de Pamplona...

-Y Carmen Amaya, que fue la mejor bailaora, era catalana. Es verdad que en Andalucía hay una escuela y una tradición musical, pero eso no quiere decir haga falta ser andaluz para hacer flamenco... Mira Sabicas, Carmen Amaya, todo el mundo se los encuentra y encontrará en la documentación antigua de los siglos de los siglos flamencos. Me acuerdo cuando Camarón me cogió a mí, que yo era un niño de 15 años, y decían “va a ir uno de Almería, habiendo en Sevilla, en Cádiz, en Málaga”... Y pues Tomatito y de Almería, no pasa nada. Hasta que se da cuenta la gente que el flamenco puede nacer en cualquier lado... Aunque no es habitual, por supuesto, si mis niños y mis nietos están escuchando flamenco, lo lógico es que en lugar de jugar con el rock jueguen con el flamenco, si les gusta.

El título de este disco podría haber sido De raíces, pero ¿el flamenco es De verdad?

-El título es bonito y lo elegimos porque en todas las canciones suena la palabra verdad, se dice en sus letras. Tampoco es que esta es la verdad, porque uno nunca la tiene, inclusive si haces las cosas bien, dices que es de verdad y empiezas a jugar y eres capaz de decirte que no lo es (risas).

La verdad, eso sí, late en cuanto a la pura sinceridad del flamenco.

-Nace de dentro, son las raíces de un pueblo y es el dolor de un pueblo, igual que el jazz. El flamenco es un dolor del pueblo gitano que no tenía otro remedio que pegar martillazos en la fragua y se liaban a cantar, como los negros cantaban el gospel ese tan bonito que luego se hizo mundial...

Ahora es José Mercé, pero antes también acompañó a la guitarra a algunas de las mejores voces del flamenco como son Enrique Morente, a José Menese, a Camarón... ¿Cómo le influyen artísticamente en estas colaboraciones?

-A mí me encanta tocar para cantar, siempre digo que la voz es el instrumento natural de la vida. Yo, por ejemplo, soy guitarrista e instrumentista y lo que quiero es imitar a la voz. Cuando hago una melodía quiero parecerme mucho a la voz porque es el instrumento natural. Luego desgraciadamente he ido de solista, por lo que pasó con Camarón, que se fue y ya me quedé solo y dije: hostia, ahora qué hago por Dios, que no he venido para tocar solo... Y me hice solista, pero si hubiera tenido el don de la voz, hubiese sido cantaor mejor que guitarrista.

Habrá sido especial acompañar de nuevo, en este caso a Mercé.

-Sí, me gusta porque le toco a Mercé y hay cuatro cosas que hace él de verdad flamenca: la soleá jonda, la seguidilla conforme hacían los antiguos... y yo me traslado ahí y toco, luego toco solo... Pero es importante saber que sales a esperar al cantaor. El guitarrista que aprende eso, es tolerante. No estás tocando para ti, tocas para otra persona pero eso es bonito e importante. Si no, eres siempre tú el capitán, pero hay que ser soldado también.

Regresa al Flamenco On Fire, en esta ocasión junto a José Mercé, pero ¿en qué formato os veremos esta noche en Baluarte?

-Llevamos un grupo, llevamos a violinistas, los hermanos Parrilla; a Antonio Ramos Maca al bajo; luego Israel Suárez Piraña, los coros Kiki Cortiñas y Miguel Toleo; está Chicharito, que es un muchacho de Xerez que es palmero... Y en la puesta en escena, Mercé canta un martinete, un palo antiquísimo del flamenco sin guitarra y sin nada, luego hago un solo, se hace cuatro cantes de los de soleá y chirivillas, hago tres o cuatro solos de mi música y ya hacemos el disco De verdad. La gente se lo pasa muy bien, nosotros también y queremos llevar eso al público de Pamplona, que es maravilloso. He estado en muchos festivales del mundo y el Flamenco On Fire es uno de los que más se está preocupando por que el flamenco esté en lo más alto que se pueda.

¿Cree que el flamenco no está en el lugar o la posición que se merecería?

-No peleo mucho por eso, porque aquí la cultura musical es un poco más baja... Yo que ando tanto por Europa y por el mundo, doy un concierto en Berlín, en Alemania, y hagas lo que hagas acuden siempre. Para los nenes pequeños, en el colegio ya la asignatura de la música es importantísima... Y la música es importante para la vida, porque un tío al que no le gusta la música, tiene que ser una persona muy aburrida... La música está para enamorarte, para llorar... para la vida en general. Y aquí esa cultura casi casi no existe, necesitamos culturizar a los nenes desde el sistema educativo... Porque la música es algo importantísimo que vas a llevar ahí y en España somos como somos, y parece que a lo mejor el flamenco sólo es fiesta, beber y comer...

“El flamenco está en movimiento y es una música tan auténtica que entran cosas y también salen otras”

“He estado en muchos festivales y el FOF es uno de los que más se preocupa por que el flamenco esté en lo alto”