méxico - El pintor mexicano Francisco Toledo, uno de los artistas más reconocidos de México y con una obra que puso a su estado natal, Oaxaca, en el centro de la cultura nacional de su país, falleció el pasado jueves a los 79 años de edad. Se le reconoce como un artista polifacético por sus trabajos en acuarela, al óleo, el gouché y el fresco, además de sus incursiones o en la litografía, la cerámica y la escultura en piedra, madera y cera.

Famoso por un gran activismo social -una denuncia suya permitió recuperar obras de arte que se exponen en la residencia presidencial de México-, Toledo desarrolló una vasta obra arraigada en lo zapoteca y la herencia prehispánicas de Oaxaca, estado que es un crisol de culturas indígenas.

perfil Francisco Benjamín López Toledo nació el 17 de julio de 1940 en Juchitán y dio muestras de genialidad artística desde su primera infancia. Al constatar sus habilidades artísticas, su padre las alentó al permitirle pintar las paredes de su casa para saciar la ola creativa de su hijo.

Después de estudiar la educación en Oaxaca, Toledo llegó a los 17 años a la Ciudad de México a tomar clases en el taller de grabado en la Escuela de Diseños y Artesanías del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). Ya con 19 años, expuso sus obras en México y en Fort Worth, Texas y en 1960 obtuvo una beca (1960-1965) para estudiar en París, donde consolidó su carrera al trabajar con el pintor británico Stanley Hayter.

Al volver a México, se dedicó a desplegar en Oaxaca todo su arte y cumplió largas estadías en ciudades como Nueva York (EEUU), Barcelona y también vivió algunos periodos en la capital mexicana, en Minatitlán (Veracruz) y en Cuernavaca (Morelos).

Su obra ha sido expuesta en museos de México y otros países de América Latina, además de EEUU, Europa y Asia. En ella lo mismo HAY colecciones como Zoología fantástica. Homenaje a Jorge Luis Borges que portadas para cuadernillos que regala a estudiantes oaxaqueños. - Efe