pamplona - Enmarcada en el primer Congreso Internacional sobre la Reputación de los Museos, el Museo Universidad de Navarra acogió ayer la mesa redonda ¿Están los museos preparados para enamorar al público?, a cargo de Mikhail Piotrovsky, director del Museo del Hermitage de San Petesburgo; Penelope Curtis, directora del Museo Calouste Gulbenkian de Lisboa, y Miguel Falomir, director del Museo del Prado.

En este encuentro, Piotrovsky apuntó la necesidad de preguntar por el museo tanto a las personas que lo visitan como a los que no y preguntarse por qué no lo hacen. “Es difícil hablar de los museos en abstracto porque cada uno es diferente, único. Por eso, la modernización y la actualización no deberían cambiar sus características”, subrayó. En este sentido Curtis, exdirectora de la Tate Britain de Londres, incidió en que los museos “no deben mostrar solo cosas bellas. Deben ser espacios para la discusión y el entendimiento. El arte puede ser disruptivo y debemos pensar en el público de ahora y en el del futuro”. En esta línea, expresó su interés por “atraer a gente para que el museo sea su hogar, un lugar seguro donde puedan expresar sus opiniones como no harían en otros sitios”.

Por su parte, Falomir recordó la “obligación adicional” de los museos de “educar al público sobre cómo apreciar lo que desconocen, incuso asumiendo ciertos riesgos”, un público que “evoluciona constantemente”.

La jornada finalizó con la conferencia del filósofo y sociólogo francés Guilles Lipovetsky, quien reflexionó sobre el arte y el consumo en las sociedades hipermodernas. Karina Marotta, coordinadora general del Museo del Prado, condujo el encuentro. Lipovetsky defendió que “nos encontramos en una época marcada por el pasado, una segunda modernidad, regida por el mercado, el individualismo y la tecnología”. Asimismo, se preguntó si “lo virtual, la digitalización del mundo no podría alejar al público de los museos” y aseveró que “no, ya que un museo puede estar accesible en la red pero los individuos quieren sentir la experiencia de lo auténtico y no a través de una pantalla”. - D.N.