vALLADOLID - Un cine valiente, sin cortapisas, que refleje la realidad y denuncie perversiones, reivindicó ayer el veterano director argentino José Celestino Campusano con un filme, Hombres de piel dura, que compitió en la 64ª Seminci.

“Nunca hicimos películas ni para complacer, ni para ganar premios o dinero porque tenemos otro tipo de principios”, declaró Campusano (Quilmes, 1963), que concursó con los del islandés Grímur Hákonarson (The county) y de la marroquí Maryam Touzani (Adama). Los abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes católicos gravitan a lo largo del metraje, todo lo cual mostrado a través de escenas explícitas y en su mayoría en ambientes sórdidos dentro de la campiña argentina. “Es para lo que estamos, un cine que no pida permiso. Si no, no estaríamos a la altura de lo que realmente sucedió. No nos ha temblado el pulso”, insistió Campusano. - D.N.