barcelona - El poder de las iglesias evangélicas en América "es un problema gravísimo", que "se está cargando la democracia" y es "ya casi un asunto de seguridad nacional", según el escritor colombiano Santiago Gamboa, que aborda este tema en Será larga la noche, una novela negra protagonizada por una periodista. En el marco del festival BCNegra, Gamboa se mostró ayer francamente preocupado por "el poder increíble" que han ido ganando en los últimos años estas iglesias, "no sólo en América, sino también en otros continentes, como África".

El momento específico elegido es la Colombia actual, "la Colombia posterior al conflicto bélico, que está superando viejos problemas y encontrando otros nuevos". "No quería volver a hablar de la vieja Colombia, ese país que tuvo el problema del narcotráfico cuando todavía nadie lo tenía y que después mantuvo el problema de la guerrilla cuando ya nadie lo sufría", aclaró. "Quería centrarme en la Colombia del siglo XXI -añadió-, que sale del conflicto bélico y se encuentra con otros problemas, como el de las iglesias evangélicas".

La novela empieza con una emboscada a una caravana de coches blindados, que resulta ser el medio de transporte de un pastor evangelista que, como muchos otros, "mueve tanto dinero que tiene una seguridad privada que es casi un pequeño ejército". El encargado de investigar este tiroteo es una periodista de clase media y su ayudante, una mujer más joven que durante el conflicto luchó del lado de la guerrilla. "Incluir en la novela el personaje de la exguerrillera desmovilizada es mi manera de contribuir a la reconciliación que necesita el proceso de paz", reveló.

Gamboa, que ha vivido mucho tiempo en Europa, volvió a su Colombia natal hace cinco años y "una de las cosas más maravillosas" que le pasó fue "poder conocer a antiguos guerrilleros de la FARC, grupo guerrillero que hasta entonces habían sido una especie de lobo, que hacía un daño horrible". "El proceso de paz ha permitido ver la cara al lobo y lo que yo he visto es una complejidad humana que incluye asesinos y narcotraficantes, pero también personas con ideales, colombianos como nosotros que ahora están intentado reinsertarse en la sociedad", aseguró. Las dos mujeres protagonistas de la novela "entran en un mundo eminentemente masculino como es el de los pastores evangelistas". - Efe