Tudela - ¿Qué significa para un actor ser nominado 14 veces?

-Es una experiencia casi alucinógena. Tú y yo éramos compañeros hasta 2007, vivía de ser periodista porque solo un 8% de los actores vivimos de esto. Ahora estoy en ese grupo de privilegiados. Es como un sello de calidad y han sido 13-14 años que soy consciente que ha sido posible porque soy un hombre. Con mi edad, si hubiera sido una mujer, no hubiera tenido tanta suerte en mi carrera. Es difícil despegar profesionalmente alrededor de los 40, lo es en cualquier oficio pero al ser hombre lo tengo más fácil. Tengo un grupo de amigos que nos llamamos los farruquitos y el año que me nominaron por Azuloscurocasinegro dijimos: "Cada vez que me nominen quedamos". Uno es de Málaga, otro de Barcelona... Fue un comentario un poco cuñado y pensé: "Será cada 5 o 10 años como mucho". Es algo muy bonito que sé que pasará más pronto que tarde y estoy muy agradecido de poder vivir de este oficio.

¿Cómo se preparó para la película?

-Hay un par de libros del tema, uno de Roland Fraser, de un alcalde de Mijas que se tiró 33 años escondido. Trató de huir a Málaga por la carretera donde se produjo el ametrallamiento de civiles en La desbandá, volvió y se escondió. Otro libro también muy ilustrativo es de Jesús Torbado y Manuel Leguineche. La gente entró con 30 años y salieron ancianos. El que sobrevivió más salió en los 70. Siempre que tengo un tema así de hechos reales, el periodista que anida en mi intenta documentarse, porque las mejores historias están en la realidad. Como actor te tienes que prestar a tratar de entender el alma humana. Hay aún miles de historias que contar. También hice cierto trabajo físico, tuve que engordar 15 kilos. Psicológicamente al final haces lo que puedes. Mi madre decía: "Que Dios no me mande todas las penurias que sea capaz de soportar", porque es alucinante la capacidad que tiene el hombre de sobrevivir.

¿Qué diría a quienes dicen siempre otra película de la Guerra Civil

-Un informe de Javier Zurro decía que en los últimos 10 años de 1.000 películas, de la Guerra Civil eran 8, no era ni el 1%. Es verdad que algunas son muy llamativas y por eso parece que hay más, pero no se hace tanto cine de la Guerra Civil. Pero es que al final hablamos de lo que sabemos y nos ocupa. Que aquí hagamos películas de la Guerra Civil es normal, fue el prólogo de la Segunda Guerra Mundial, a nivel político y estratégico es lo más importante del siglo XX. Además yo lo he vivido en mi casa, mi madre me contaba historias de hambre. He vivido sus consecuencias y lo que genera en miedos y tabúes.

Como actor, ¿cómo ha evolucionado desde Lleno, por favor hasta Lleno, por favorLa trinchera infinita

-Este oficio lo bueno que tiene, al contrario que otros, es que, a medida que vas cumpliendo años, eres mejor actor, si eres humilde. Porque sabes más de la vida y siempre creces hasta morirte. Algunas veces me doy vergüencilla ajena pero trato de mirarme con cariño. Uno intenta crecer. Una compañera me dijo de El Reino: "Es tu mejor papel". Hombre me sentaría mal que me dijeran: "Tu mejor papel fue hace 20 años". Yo me definiría como un currela que intenta mejorar, básicamente.

¿Echa de menos ser periodista?

-No. Eso de pensar: "Venga el informativo, que no llego, a ver si no se enrolla tanto este Antonio de la Torre que tengo que sacar un corte, luego ir a la rueda de prensa del impuesto del agua, llama a los bomberos, da una vuelta por los alcaldes, pregunta por el coronavirus...". Sé lo que es ser periodista local en Tudela o en otro sitio; esa es la vida del informador local. No. Lo miro con cariño pero no lo echo de menos.

¿Cómo elige los papeles?, parece hacer diana con las películas y es uno de los actores más versátiles

-A veces es tener suerte, hay veces que te caen, Pedro Almodóvar, David Trueba? Con Raúl Arévalo nos conocimos en Azuloscurocasinegro, hicimos una prueba, sabía que iba a ser un buen director de actores. Por compromiso verbal con él, cuando pudo levantar la película, ocho años después, fui con él pero nunca me pareció que iba a ganar el Goya al año siguiente. Fue una cuestión de lealtad. Rodrigo Sorogoyen se empeñó que estuviera, Gerardo Herrero también? Hay muchos elementos que no manejas. No tengo una fórmula.

Puede ser que su presencia impulse la película, Caníbal

-No, no era fácil pero Manuel Martín Cuenca es uno de los mejores directores de actores que hay en España. Yo pienso que puede ser buena, pero nada te garantiza nada. La verdad es que si tu pones pasión tienes mucho ganado, si logras esa cosa de hacer equipo normalmente la peli llega a buen puerto y va bien si haces las cosas con alma. En los últimos años he podido exigir algo más y he aprendido a confiar en mí. En La trinchera infinita muchos diálogos no eran así, los directores son vascos y había cosas que se les escapaban. Grabé acentos de pueblos cercanos y con Belén fuimos añadiendo cositas, con dejes andaluces y otros aspectos. Aunque no se entendiera y hubiera que poner subtítulos... ¡pero si las películas buenas son las que llevan subtítulo! -ríe-. Mi sueño es que tú veas la peli sin ver al actor. Esa es la paradoja, si eres actor, eres reconocido, y me encanta que me reconozcan mi trabajo, pero otra parte que me gusta es que no me conozca ni Dios. Es bueno ponerte una máscara para contar una historia, incluso te diría que para el oficio te viene bien no tener esta exposición pública.

¿Cómo ha visto el trabajo de Belén Cuesta?

-Es una actriz muy atrevida, desenvuelta, lanzada, valiente... Para los actores una escena de sexo es un marronazo, puede ser una pesadilla y con Belén no hubo problema. Es una actriz valiente, generosa y sin miedo. Es un papel que le ha supuesto un cambio en su carrera. Quizá le brinde una oportunidad de hacer trabajos más variados.

En 27 años lleva 61 películas y 13 series, ¿es normal esa cantidad?

-He hecho muchos papeles de una frase. El año pasado hice una peli, el anterior otra y una serie. El anterior dos pelis. Llevo cinco o seis años que hago una o dos al año, lo que pasa es que son muy sonadas. En 2007 y 2008 sí hice 4 o 5. Cuando dejé Canal Sur hice tres películas y decía al representante: "Tú di que sí a todo", y era una locura, rodé tres en Madrid, Barcelona y La Coruña. Cuando libraba era para viajar. Las hice y los tres directores me han vuelto a llamar. Ahora ya me estoy quitando de hacer eso.