pamplona - Durante los trabajos de restauración del claustro, el equipo se dio cuenta de que había humedades que procedían de los antiguos aseos adosados a la capilla Rococó de la Catedral. Y durante el proceso de reparación, “cosas de la fortuna”, apareció “la entrada a la cripta de la catedral románica”, un sarcófago y “estos magníficos capiteles románicos”, anunció ayer el director de la obra, Leopoldo Gil, ante las piezas expuestas ante medios e invitados.

Los capiteles hallados “proceden de una puerta de la catedral románica”, abundó Gil, que indicó que se sigue trabajando en la adecuación de este reducido espacio, desconocido hasta ahora y que podría atraer el interés de los investigadores.

“enamorarse” del monumento Al arquitecto le gustaría que la gente “se enamorara” del monumento, igual que ha hecho él, que si bien reconoce que hay otras catedrales góticas más espectaculares en el Estado, como la de Toledo, por ejemplo, “esta es la nuestra”. “Todos los que hemos trabajado aquí nos hemos enrrollado con la obra y así las cosas llegan a buen término”, agregó.

Un espacio particularmente difícil ha sido el lavatorio, que presentaba distintos tipos de daños debidos a su exposición a la lluvia, el hielo y el aire. La reja de este rincón ha sido restaurada por la Fundación para la Conservación del Patrimonio, que ha discernido los elementos románicos de los añadidos posteriores.

barbazana, sin gracia Y si dispusiera de presupuesto, Gil reveló que intervendría en la capilla Barbazana, que “no tiene ninguna gracia”, y en el Refectorio.