Es un enamorado de la geometría y, si le preguntan qué es lo que más le gusta de élla, les dirá que -entre otras cosas- la posibilidad de lograr la pureza de la forma a partir de figuras tan elementales como el cuadrado, la elipse y el círculo, una figuras que, como afirma, parten de unos presupuestos de sencillez. Y es esta sencillez, en apariencia, la que inunda cada una de las piezas que Iñaki Ormaechea ha elaborado más recientemente y que ahora expone en la Galería Ormolú.

Formas y Volúmenes permanecerá durante todo el mes en este espacio y alberga todo tipo de esculturas en acero, alabastro, solid surface y grabados, en un lenguaje reducido a lo esencial y que ha renunciado del simbolismo y la representación figurativa de objetos, ofreciendo así formas abstractas y figuras geométricas y orgánicas simples. Una declaración de sencillez elemental. Dice Ormaechea que sus obras "no imponen nada ni pretenden ser una representación de nada". "No quiero que sirvan de metáfora; la intención es generar sentido a partir de lo mínimo simplificando los elementos utilizados, apelando a un lenguaje sencillo, de líneas simples y colores primarios", afirma. Con esto, el artista logra alcanzar el purismo de la forma, con piezas inmaculadamente pulidas, grises, blancas, con acabados que producen una sensación diáfana, de luminosidad interior. "Al final, a lo que aspiran es a tener ese equilibrio de forma", apunta el artista, de quien toda su obra tiene una apariencia industrial porque, de hecho, los materiales que utiliza son industriales. "Si tú ves el material cuando está tirado, no es más que un cacho de hierro", agrega. Pero a través del trabajo Ormaechea los lleva "a la poesía, a la lírica, a una forma abstracta más sensible". A esto añade que ninguno de sus trabajos tiene ornamentación, lo que les da una apariencia de "desnudez".

Asimismo, en la exposición de la Galería Ormolú se advierte la línea que está tomando, poco a poco, el trabajo de este artista navarro, que ha evolucionado de las formas geométricas a piezas construidas a base de diversos planos. "Lo que hago es partir de un dibujo que se basa en estas figuras básicas y a partir de la manipulación voy generando las formas. Construyo a partir de pequeñas maquetas figuras, distorsiono el papel, lo doblo, lo pliego y superpongo las figuras. Y esas composiciones son las que me van llevando a unas formas", destaca.

la forma y el color, lo esencial A través de estas, sin ninguna representación figurativa, Ormaechea dice que es posible "evocar diferentes sensaciones según cada persona", pero que su obra es "forma, forma y forma". "No hay ningún discurso, aunque sí pueden resultar piezas más agradables o menos a través de la forma y el volumen, también fundamental". Y en esto último mucho tiene que ver la utilización, muy sutil, de los colores, especialmente primarios y secundarios, que lo que hacen es "reforzar y sacar las piezas de la pared", ya que en el caso de sus esculturas blancas elaboradas con solid surface, "a través de los pliegues y del tratamiento del color, tienen una apariencia más de flotación".

En marzo, el artista acudirá a Madrid para exponer estas y otras piezas en la Galería Marita Segovia bajo el título Blancos y otras cosas. Allí llevará sus formas suaves, orgánicas, sus planos doblados y en movimiento y, en definitiva, su lenguaje sencillo y reducido a lo esencial, conjugando obra realizada en diferentes tiempos.