Concierto que formaba parte del ciclo Km Zero Musik Fest. Intérpretes: A Gussy le acompañó su banda, Los Tripulantes: Sergio Izquierdo (batería), Jon Carbajal (guitarra eléctrica), Tote Garjón (bajo y coros), Carlos Colina (teclas y pedal steel guitar). Hubo también invitados: Naiara Ruz, Lucas Irisarri, Ángel Ocray, Raúl Elizalde (guitarra eléctrica) y David Orduña (trompeta). Fecha: 12/06/2020. Lugar: Baluarte.

uizás Gussy pensara que ya había tocado en todos los formatos posibles (solo, dúo, trío, banda completa...). Pero le faltaba este: auditorio vacío y público en casa disfrutando de la actuación por streaming. Dispuesto a marcar una nueva muesca en su revólver, comenzó con Urgente, en la que la banda ya destapó el frasco de sus esencias, con el órgano de Carlos Colina insuflando fuego y amor. En la siguiente, Hasta quedarnos ciegos, el protagonismo recayó sobre las guitarras (eléctrica y slide), y, como si estuviesen cediéndose el testigo, el bajo y la batería tomaron el liderazgo en el ritmo de La verdad, sarcástica fábula sobre dónde reside el verdadero éxito, o lo que es lo mismo, sobre cómo distinguir el verdadero oro de los oropeles que se expanden al por mayor en ciertos programas de televisión.

Una vez mostrado todo su potencial, los músicos viraron el rumbo hacia territorios más campestres en Hondarribia ("esta es la playa a la que vamos a escapar todos los navarros en cuanto nos dejen", bromeó el cantante al presentarla). Llegó entonces la primera cima de la noche con la monumental Se me olvidó, balada dramática, solemne, épica e inapelable. Ese es el territorio en el que Gussy se desenvuelve como un auténtico maestro. Sabiendo que es una de las piedras más preciosas de su repertorio, quiso dedicarla a las tres chicas que habían compartido con él el confinamiento (es decir, a su mujer y a sus dos hijas). Y siguió por el mismo camino de excelencia con Los nuevos rockeros, que, si en otras ocasiones la había cantando junto a Maialen Gurbindo (alias Chica Sobresalto, por cierto, recién salida de la academia de Operación Triunfo, esperemos verla de nuevo dando guerra sobre las tablas), esta vez lo hizo con Naiara Ruz. Emocionante medio tiempo eléctrico en las mismas coordenadas estilísticas que la anterior.

Quien siga a Gussy por las redes sociales sabrá que su canción Banderas ha levantado más de una ampolla. Se puede compartir o no su apátrida ambición, pero, ciertamente, es difícil sentirse ofendido por su mensaje, que, si se piensa, no dista tanto del de grandes himnos del rock (Imagine there's no countries, ¿recuerdan?). La jovial Mr. Green Dog, con su divertida letra, sirvió para quitar hierro al asunto (esperemos que ningún vegano se soliviante, seguro que no esa esa la intención de su autor). Les acompañó David Orduña con su trompeta, al igual que en la siguiente, la arrebatadora ranchera Vuelve, concluida con voz rota y tormenta eléctrica salvajemente desatada por los músicos.

Y llegó el mejor momento de la velada; lo confieso, no tuve más remedio que levantarme del sofá para recibir a su viejo compañero de fatigas, Lucas Irisarri, con quien formó dúo de forajidos durante años en Barracus. Y de pie canté con ellos desde el salón de mi casa ese auténtico himno que sigue siendo Rolling Stones, puro rock de estadio. ¿Creen que exagero? Búsquenla si no la conocen, escúchenla un par de veces y luego me cuentan. Esto es extensible para el resto de su discografía, que muchas veces menospreciamos lo que tenemos cerca y corremos a encumbrar cualquier medianía que venga de fuera. Pocos artistas pueden presumir de un cancionero que contenga piezas como las ya citadas Se me olvidó o Nuevos rockeros. O esa oda a Pamplona que es Desde los tejados, que vino después. O Caminos de espejos (¡cómo sonó con la voz y el duende de Ángel Ocray!). O la inmensa Volveremos a empezar, con la que se despidieron. Al terminar, en la entrevista con el gran Fernando Fernández Garayoa, el músico navarro decía sentirse privilegiado por poder mostrar sus canciones en un escenario tan importante. El privilegio es nuestro, Gussy.