Autor: Frank Herbert. Editorial: DeBolsillo, 2020. Páginas: 704.

esde finales del siglo XIX, la ciencia-ficción ha recorrido un largo camino: el que le ha conducido desde la aparición de las primeras obras genéricas hasta la conversión de dicho género en un fenómeno literario y cinematográfico de largo alcance. Entre el final de ese siglo (en el que aparecieron relatos inmortales, como La máquina del tiempo de H. G. Wells) y el del siglo XX e incluso el comienzo del XXI, narraciones como Dune han ayudado lo suyo a estabilizar el panorama narrativo que le corresponde y, a día de hoy, todavía goza de una enorme y merecida popularidad.

La primera entrega de lo que se ha terminado reconociendo como Las crónicas de Dune, publicada por primera vez en 1965, ha contado a lo largo de todas estas décadas con diferentes reediciones, las dos últimas de las cuales son la perla ilustrada que Navona presentó en noviembre del pasado año y la muy reciente Dune a cargo del sello DeBolsillo. Gracias a ellas, puede accederse a un reconocido mundo imaginado y, sin embargo, muy creíble, generado, además, por una situación muy parecida a la imperante en Europa durante la llamada Guerra Fría, a mediados del siglo pasado.

Así fue como se desarrolló la política-ficción en la que se convertiría parte del género en el que han destacado autores reconocidos en el mundo entero como artífices de un universo dibujado por tristes sucesos de alcance global muy similares a los presentes todavía en 2020. Cuatro años después de aparecer Dune, se publicaría Matadero 5, de Kurt Vonnegut; y en 1961 aparecería Solaris, de Stanislaw Lem, algunas de las obras más importantes de unas décadas caracterizadas, a nivel artístico, por la amplitud de miras de esa ciencia-ficción que, en el relato que ahora nos ocupa, es un exponente de la mejor literatura de anticipación.

Dune es, asimismo, una alegoría de las guerras colonizadoras que, todavía en nuestros días, destrozan el presente y el porvenir del mundo entero y un complemento esencial de obras menos populares de Herbert, como Destino: El vacío (1966) o Los ojos de Heisenberg (1967), amén de otros libros de esta saga, como Hijos de Dune (1976) y Dios Emperador de Dune (1981). Frank Patrick Herbert, que en 1952 ya publicaría ¿Está usted buscando algo?, alcanzaría el éxito gracias, esencialmente, a la serie Dune y esta primera entrega de la misma (una de las novelas más vendidas de ciencia ficción, si no la más la más exitosa) obtendría prestigiosos galardones como el Nébula o el Premio Internacional de Fantasía.

La saga Dune se extiende a lo largo de varios milenios y narra las dificultades a las que se enfrenta la especie humana a lo largo de todo ese tiempo, una de las razones que han llevado a los responsables de la industria audiovisual a producir películas con el nombre de Dune, como la de David Lynch (1984) y la de Denis Villeneuve (2020), así como otros productos en modo de serie televisiva para Syfy?, caso, ¡cómo no!, de Dune y también de Hijos de Dune, ambas nacidas a principios del presente siglo para disfrute del aficionado a universos no tan extraños como pueden parecerlo tras un primer vistazo.

‘Dune’ es una alegoría de las guerras colonizadoras que, todavía en nuestros días, destrozan el porvenir del mundo

Gracias a las reediciones de la primera entrega puede accederse a un reconocido mundo imaginado aunque muy creíble