sto es real, Imanol, y no un episodio de la serie que te ha ocupado casi 20 años en TVE. Así que cuéntanos qué has hecho para que la Audiencia Nacional vaya a abrir juicio contra ti y el fiscal solicite 27 años de prisión, como a un asesino, más 10 millones de multa. ¿Quién te ha engañado? Nos han contado que evadiste los impuestos de tu nómina en Cuéntame cómo pasó y que ya has pagado 2,33 millones, pero te niegas a pactar con la Agencia Tributaria. Mal hecho, amigo mío, porque Hacienda tiene la sartén por el mango y, como cantaba en el 68 la argentina María Elena Walsh, "el mango también". Con todo lo que está cayendo con los saqueos de Juan Carlos, en absoluto emérito, el ambiente social te perjudica.

Qué feo estuvo que justificaras el refugio de tus dineros en Costa Rica y la isla Mauricio por el temor a ETA. Ya no cuela el rollo del victimismo, como tampoco le vale al PP para remediar sus males electorales. Cuéntanos la verdad, porque este puede ser el final de tu carrera. El serial está suspendido y creo que es el momento de darlo por terminado. Reconoce que el relato tenía mucho de esa mentira oficial que se cuenta a la gente y a los niños en la escuela para esconder las miserias de un país. Como Antonio Alcántara encarnabas al español común de la época, un poco bobo, cobarde y aun así satisfecho con su destino y a quien, como a todos, le endosaron una transición fraudulenta ideada por franquistas. Y así vamos.

Antes que Cuéntame, querido Imanol, fue Crónicas de un pueblo, con la que el guipuzcoano Mercero nos inoculaba la ponzoña falangista. Y ahora anuncian Patria y su propósito no es menos despreciable, repartir culpas en la sociedad vasca por el periodo terrorista. ¡Ay, la tele, Imanol, cuántos gustos y disgustos nos proporciona! A ti, fama y ganancias y, finalmente, la ruina. Te deseo mucha suerte.