concierto de iseo

Fecha: 17/07/2020. Lugar: Ciudadela. Incidencias: Concierto organizado por el Ayuntamiento de Pamplona. Actuó Iseo (Leire Villanueva), de Iseo & Dodosound, sola, con guitarra acústica y eléctrica.

ue Pamplona tenía ganas de disfrutar de la música en directo después del largo confinamiento es un hecho incontestable. Se puede comprobar en el ciclo que ha organizado el Ayuntamiento en la Ciudadela. Si el sábado anterior había sido Maialen Gurbindo (Chica Sobresalto) la que vendió las entradas para su actuación, este viernes fue Iseo la que agotó todo el papel para la suya. En el primer día de mascarilla obligatoria en nuestra comunidad, unas seiscientas personas aguardaban obediente y pacientemente a que el concierto comenzase. Y precedida por una selección de boleros clásicos que sonó por megafonía (el último, Quizás, quizás, quizás), salió a un escenario que habían decorado con cuatro plantas. Actuó sola, con su guitarra (combinó la acústica con la eléctrica). Lo que ella hizo no fueron boleros, aunque el latido del reggae del que bebe su música, desprovisto de los sonidos propios del trip hop (que no de su latido), tuvo una calidez que no la hizo no desentonar.

Después de dos canciones, saludó con un afable “qué tal estamos, familia”. Dijo que llevaba tres años sin tocar en acústico y se congratuló de hacerlo en este momento tan extraño, “el más adecuado para volver a hacerlo” y en el que esperaba “aportar algo”. La nueva normalidad ha sorprendido a Dodosound componiendo su nuevo disco, por lo que no están de gira. Animó también a la audiencia a “sentirse un poco libre, porque la música en directo no puede sustituirse por nada”.

Y así fue, tal y como ella lo había dicho: cuando pronunció los primeros versos de Frozen desert, la emoción del público se hizo patente. Y lo hizo de tal manera que la cantante tuvo que detenerse tras ese “I’m burning” inicial para felicitar a la audiencia por su reacción y para animarle a seguir exteriorizando sus emociones. De eso se trata, sin duda. Eso es lo que convierte la música en directo en algo especial y único. El público aplaudió y cantó (eso sí, muy disciplinado, prácticamente todos con su mascarilla y sin levantarse nadie de sus sillas), y lo siguió haciendo con The wolf, la siguiente en caer.

Estrenó después El camino; según dijo, al desempolvar las guitarras para estos conciertos acústicos, tan diferentes de lo que suele hacer con Iseo & Dodosound, había vuelto a componer con este instrumento, cosa que no hacía desde hacía mucho tiempo. Así nació esta canción que dedicó, como dice su letra, a todas las mujeres que lleva dentro. Para otras canciones disparó sonidos grabados; fue el caso de Vampire, otra de las mejor recibidas, o en Wicked game, versión de Chris Isaak. Interesantísima fue la reinterpretación de Quemando, aunque, para sorpresa, su lectura de La flaca de Jarabe de palo (dedicada a Pau Donés y a la sanidad pública). El reggae más multicultural y ruidoso, por la participación del público, llegó con C’est pas toi. Para terminar, en los bises, una bellísima Baldorba, de Lertxundi, y, para terminar bien arriba, la animada Dame. Gracias, Leire: nos hiciste sentir libres.