- La revista Variety ha dado algunos detalles de un proyecto que pretende llevar al otro lado del océano Atlántico el enorme legado del certamen musical más famoso del planeta que, con más de seis décadas de historia, es también uno de los espectáculos televisivos más populares de todo el mundo ya que congrega cada año a cerca de 200 millones de espectadores, Eurovisión.

Músicos profesionales de cada uno de los 50 Estados podrán participar con canciones originales como solistas, dúos o grupos de hasta seis miembros. Los concursantes se enfrentarán en una serie de rondas eliminatorias hasta llegar a la final. Estos nuevos detalles apuntalan lo desvelado en Tel Aviv en mayo de 2019, cuando los responsables de este nuevo programa dieron a conocer unos planes que cuentan con el aval de la Unión Europea de Radiodifusión (propietaria de Eurovisión). "Eurovisión ha sido un proyecto soñado por mí desde que era un niño", dijo a Variety el productor Christer Björkman. "Tener la oportunidad de usar todo lo que sabes del formato, rehacerlo (para la versión estadounidense) desde el comienzo y llevarlo a un público que no tiene historia con él es un gran privilegio", añadió. "Es una competición en la que animarás a tu Estado y tu ciudad natal y no hay otro show que haga eso", aseguró.

Junto a Björkman, otro de los grandes responsables de la idea es Ben Silverman, que como productor sabe bien cómo adaptar un formato europeo a los gustos estadounidenses, ya que fue uno de los cerebros detrás de The Office (2005-2013). "He pasado veinte años intentando hacer esto", comenta. "Ahora que Estados Unidos está más fracturado que nunca y que estamos lidiando con muchos asuntos que nos dividen, lo único que verdaderamente nos une es nuestra cultura", añade.

La pandemia impidió que este año se celebrara Eurovisión, un concurso que fue la base de Festival de la Canción de Eurovisión: La historia de Fire Saga, película que estrenó Netflix con Will Ferrell y Rachel McAdams. Cuenta la historia de dos músicos islandeses Lars Erickssong y Sigrit Eircksdottir que sueñan con ganar Eurovisión desde que eran niños. Su pasión por el festival nace tras ver actuar a Abba con Waterloo en 1974 y aspiran a dar la primera victoria a su país participando como el dúo Fire Saga.