Mitos y leyendas. Historias de nuestros ancestros, rumores y verdades. De todo ello hay en ciertas dosis en la biografía de Miguel Joaquín Eleicegui, el Gigante de Altzo, nacido en 1818 y que vivió poco y con grandes sufrimientos hasta que falleció a la edad de 43 años, tras una azarosa vida que revivió recientemente gracias a la película Handia.

El destino del cuerpo del gigante es también objeto de debate, casi de cuento, con relatos que varían según quién sea el narrador.

Dice la leyenda que alguien robó sus huesos, pero también hay quien dice que expertos llegados de Inglaterra los reclamaron para llevárselo. No lo consiguieron, ante la negativa de la familia.

Si algo es seguro, es que poco hay que se pueda corroborar y que nadie puede poner la mano en el fuego sobre dónde pueden haber acabado los restos de Miguel Joaquín Eleicegui, que según esas misma leyendas llegó a medir cerca de los 2,42 metros y pesar por encima de los 200 kilogramos.

Su figura despertó en su tiempo, y sigue despertando en la actualidad, curiosidad. Tanto es así, que el Ayuntamiento de Altzo decidió encargar a la Sociedad de Ciencias Aranzadi iniciar un trabajo arqueológico para dar con los restos óseos de Eleicegui.

El viernes finalizaron las tareas de búsqueda en la tumba familiar, sin resultados positivos. De momento, quienes buscan los restos del Gigante de Altzo no tiran la toalla y han ampliado su ámbito de actuación al osario del cementerio.

¿Aparecerá? Lourdes Errasti, miembro de Aranzadi que está trabajando sobre el terreno, tiene claro que en el caso de recuperarse algún resto será parcial.

"Si encontramos, por ejemplo, un fémur de un tamaño mayor de lo normal podríamos estar ante los restos del Gigante de Altzo. Lo que sabemos es que no vamos a encontrar el esqueleto completo", apuntó.

El viernes a última hora no había noticias al respecto. El equipo de Aranzadi seguía buscando los resto de Eleicegui en el osario de Altzo sin resultados.

El trabajo de búsqueda comenzó en la tumba familiar y se ha ampliado a zonas colindantes, el osario, y seguirá hasta que se decida parar entendiendo "que ya no merece la pena porque no hay posibilidades de encontrar nada". De momento, no se ha puesto fecha límite para dar fin a la búsqueda.

Según explicó Errasti, el trabajo, de carácter arqueológico, se inició por encargo del Ayuntamiento de Altzo. La excavación se ha desarrollado en el cementerio de Altzo Azpi, de donde se han ido extrayendo restos.

El paso del tiempo otorga más complejidad a la tarea ya que los cuerpos allí sepultados lo están en distintas direcciones y en distintos sepulcros.

El trabajo de Aranzadi quiere poner en claro si hay algo de verdad en todo lo dicho hasta la fecha sobre el destino de los restos del Gigante de Altzo. "No sabemos todavía qué resultados vamos a obtener", explicó Errasti.

Tras sacar los restos de uno de los familiares que se calculaba podía haber sido enterrado después de Miguel Joaquín de Eleicegui, los técnicos de Aranzadi confiaban en poder dar con algún hueso del gigante, algo que no ocurrió.

Sin desesperar, pero sin tener claro cuáles serán los resultados, Aranzadi sigue trabajando en Altzo en un intento de dar con los huesos de ese gran hombre que, casi dos siglos después, fue el protagonista de una película: Handia, que bajo la dirección de Jon Garaño y Aitor Arregi ha sido merecedora de numerosos reconocimientos.

"Si nos encontramos con algún hueso con un tamaño fuera de lo normal sabremos que podemos estar ante los restos de Miguel Joaquín de Eleicegui", apuntó Errasti. De momento, sigue sin haber pistas del gigante y la leyenda sigue viva.