Elena Rivera (Zaragoza, 1992) encabeza la adaptación de la novela homónima de Isabel Allende, encarnando a Inés Suárez (Plasencia, 1507-Santiago de Chile), española que participó en la conquista de Chile junto a Pedro de Valdivia, con el que mantuvo una apasionada historia de amor y al que en la serie da vida Eduardo Noriega. El pase de sus dos primeros episodios mañana, a las 18.00 horas en la sala principal de Baluarte.

¿Cómo ha pasado la pandemia, ha podido volver ya al trabajo?

-Pues no me puedo quejar, más bien tengo que decir que soy afortunada. En cuando se levantó el estado de alarma empecé un nuevo rodaje, la de la serie Alba, para Atresmedia. Así que parece que voy de proyecto en proyecto y con la coincidencia de que los dos últimos llevan el nombre de una mujer a la que interpreto yo. Sé que soy una privilegiada al tener trabajo ahora mismo.

En efecto, el audiovisual y la cultura en general han sufrido un duro golpe y no se sabe hasta dónde llegarán las consecuencias.

-Sí, y sobre todo se han visto afectados los teatros y los cines, que, aunque abran, tienen que tener menos aforo. Los rodajes también se han visto afectados porque pararon durante meses, pero, en cuanto se han podido retomar, han vuelto, fundamentalmente los que son en platós y en lugares controlados.

Lo que sin duda ha crecido mucho en los últimos meses ha sido el consumo de productos audiovisuales a través de plataformas, ¿es Elena Rivera seriéfila?

-Sí, sí. De hecho, siempre intento ver al menos los pilotos de las series nuevas, sobre todo de las españolas, para ver el trabajo de los compañeros. Veo todo lo que puedo y lo que me da tiempo a ver. Con las plataformas, y más con lo que estamos viviendo, es un gusto tener a tu disposición todas las temporadas de las series, pero a la vez tengo que decir que soy partidaria de la televisión en abierto porque llegas a todo tipo de público, y eso es casi lo más importante para un actor o para una actriz. Aparte de eso, me gusta mucho ver series; hasta hace poco no había visto The Office. No sé si por la pandemia y por la necesidad de buscar un poco de alegría, me enganché y me la he visto entera.

Y se acaba de estrenar en Amazon Prime Video ‘Inés del alma mía’, ¿cómo está funcionando?

-Me está llegando un feedback increíble, yo estoy muy satisfecha con el trabajo que hemos hecho. Fue un rodaje muy complicado, duro. Hicimos casi el mismo viaje que Inés Suárez y Pedro Valdivia a Perú y a Chile, lo cual es un lujazo, no todas las producciones pueden permitirse eso, así que la experiencia fue irrepetible, un regalazo. Aunque también hubo complicaciones, por ejemplo, nos pilló un estallido social en Chile, pero ahora mismo yo personalmente estoy recibiendo mensajes preciosos de todo el mundo del sector. Estamos recibiendo los frutos de tanto esfuerzo y estamos muy contentos.

¿Cómo le llegó el papel?

-Me enteré de que estaban viendo a bastante actrices para el papel. No es un personaje fácil porque tiene esa doble faceta de inocencia y fragilidad, sobre todo al principio, cuando es una jovencita en su pueblo, que luego no solo se convierte en una mujer adulta, sino que además será una guerrera y militar hasta llegar a ser gobernadora de Santiago de Chile. Me presenté, hice una prueba con Boomerang y quedaron encantados. A partir de ahí me leí la novela para captar todos los matices y disfruté muchísimo.

¿Qué es lo que más le ha gustado del personaje?

-De primeras puede parecer que es una mujer que depende de los hombres que tiene alrededor, pero la verdad es que no es así. Es una mujer de su época, por supuesto, pero a la vez es una mujer empoderada, libre, independiente... En realidad, ella hace lo que quiere y lucha por la vida que quiere vivir. En algunos casos le mueve el ansia de aventura, en otros, conquistar, también el amor de un hombre... ¿Por qué no? No porque una mujer esté enamorada de un hombre está menos empoderada.

Cuántos personajes femeninos han quedado tapados por sus coetáneos masculinos. A Pedro de Valdivia se le conocía, pero a Inés Suárez, no.

-Totalmente. Inés forma parte de ese grupo de mujeres silenciadas por la Historia. Hay muchas que han hecho cosas importantísimas de las que no sabemos nada. Esta serie es una buena oportunidad para abrir una puerta y dar a conocer a Inés Suárez. Para que quien quiera pueda leer la novela, buscar en Internet...

En la misma línea, también hay que apostar por crear productos protagonizados por mujeres fuertes, y no por los que son mera comparsa de los protagonistas.

-Ya, que no sean la novia de, la madre de... En eso también me considero particularmente afortunada porque casi siempre he podido hacer personajes con mucha fuerza que son independientes de los personajes masculinos. Justamente ahora estoy con el rodaje de Alba, que es una chica que debe recuperar su vida y luchar por la justicia después de sufrir una violación grupal. Así que puedo decir que he tenido suerte porque me han caído papeles en los que la mujer lleva el peso. Poco a poco estamos consiguiendo que se hagan series desde el punto de vista de las mujeres y contar, así, muchas de las cosas que nos pasan.

La complicidad con Eduardo Noriega habrá sido una de las claves de este intenso viaje.

-Ha sido un gusto trabajar con él. Gracias a la complicidad y al feeling que surgió desde el momento en que nos conocimos creamos esa relación tan potente como es la Inés Suárez y Pedro de Valdivia. Viendo la serie, me he reafirmado en lo que sentía cada día que íbamos a rodar. Esa complicidad se percibe en la pasión que hay entre ellos dos. Detrás está el trabajo que Eduardo y yo fuimos haciendo a base de mucha confianza. Ha sido un gustazo y creo que gracias a ir de la mano los dos, incluso en las complicaciones, ha salido todo muy bonito. Y a nivel personal, me llevo un amigo para la vida.

¿Qué aprendizajes se lleva de esta experiencia?

-He aprendido que es bastante importante investigar más allá de los libros de texto. Recuerdo que los que teníamos en el colegio sí mencionaban a hombres conquistadores, pero apenas salían mujeres. Y hay que mostrar estas historias al público. Ni yo misma sabía quién era Inés Suárez ni que tuvo las agallas de cruzar el charco ella sola en busca de su marido, primero, y para convertirse, luego, en una gobernadora. De ella he aprendido que las adversidades hay que transformarlas en retos. Y profesionalmente he disfrutado mucho, a pesar de que hubo cosas que se complicaron. Me he dado cuenta de que las dificultades me motivan y me hacen estar alerta y que, cuando todo eso acaba, soy capaz de quedarme con lo bueno. Fíjate los paisajes y los lugares tan increíbles donde hemos rodado. Ver todo eso en pantalla es un gustazo.

“A Inés la mueven la aventura, la conquista, el amor... Una mujer enamorada de un hombre no está menos empoderada”