El Teatro Gayarre acogerá este viernes, a partir de las 20.00 horas, la representación de Las bodas de Fígaro, una versión muy especial de la ópera clásica de Mozart ideada y dirigida por Paco Mir, que apuesta por acompañar a los intérpretes por un trío de jazz, apostando por arreglos insólitos que, sin duda, sorprenderán al público.

Dramatúrgicamente hablando, esta propuesta se convierte en un ensayo de la función, en la que un director conduce la acción entre los personajes. Sus explicaciones reducen los recitativos a las frases más significativas y refuerzan la trama cómica de la obra. Visualmente, el escenario se transforma desde la desnudez del primer ensayo a la vistosidad de la noche del estreno. Musicalmente, el público escuchará la música de siempre, “cantada a un altísimo nivel” por Juan Laboreria, Montse Seró, Mar Esteve, Xavi Fernández, Paco Sánchez, Lola Casariego y Marco Moncloa, que actuarán arropados por unos acompañamientos “que nos ofrecerán una nueva perspectiva de algo muy conocido”, explican los responsables de esta producción, en referencia al trío clásico de que acompaña a los siete cantantes , que interpretarán las arias al modo tradicional. Este trío está formado por Jaume Vilaseca, Keke Martín y Guillem García.

Paco Mir , que ha desarrollado gran parte de su carrera en la compañía El Tricicle, se encarga de la adaptación y dirección escénica del montaje, y Jaume Vilaseca, hace lo propio con la parte musical. El trabajo de Mir en el ámbito de la ópera es extenso. Con su versión de El barbero de Sevilla, fue el introductor de las versiones infantiles de ópera que impulsaron las campañas escolares del Liceu. Desde hace años, trabaja el repertorio lírico donde destaca su trabajo en el Teatro de la Zarzuela de Madrid y en el Festival de El Escorial, donde ha estrenado Candide, de Bernstein, y la Ópera de las Cuatro Notas, de Tom Johnson.

En este caso, vuelve a innovar, generando un espectáculo nuevo a partir de un clásico. “El mundo operístico está acostumbrado a nueva puestas en escena, a menudo inverosímiles, pero nada habituado a posibles alteraciones en las músicas originales”. Pues aquí tiene esta “ópera jazz o jazzópera”.