Valladolid se volcó este sábado con Miguel Delibes en el día del centenario de su nacimiento con el descubrimiento en el Campo Grande que tan bien conocía de una escultura que capta “el alma y la figura” del escritor, “con los pies en la tierra” sin pedestal, “a la altura de sus vecinos”.

Miguel Delibes Setién nació en una vivienda situada en el nº 12 de la Acerca Recoletos de Valladolid el 17 de octubre de 1920. Tercero de ocho hermanos, estudió Primaria en las Hermanas Carmelitas y Bachillertato en el Colegio Lourdes, el cual concluyó en 1936. El estallido de la Guerra Civil coincidió con su ingreso en la Escuela de Comercio y su formación en modelado y dibujo en la Escuela de Artes y Oficios. Dos años después y ante la inminencia de su movilización en la contienda, se enroló como voluntario en la Armada. Acabada la contienda, regresó a Valladolid y concluyó sus estudios de Comercio, tras lo cual comenzó a formarse en Derecho. El 10 de octubre de 1941 empezó a trabajar como caricaturista en el diario El Norte de Castilla y en 1942 publicaría su primer artículo periodístico, El deporte de la caza mayor. En 1945 ganó las oposiciones a la Cátedra de Derecho Mercantil de la Escuela de Comercio de Valladolid y empezó a simultanear la docencia y la práctica periodística.

El 23 de abril de 1946 contrajo matrimonio con Ángeles de Castro y en febrero del 47 nació Miguel, el primero de los siete hijos de la pareja. Ese año también terminó de escribir su primera novela, La sombra del ciprés es alargada, con el que en enero de 1948 ganó el Premio Nadal.

PROBLEMAS CON LA CENSURA

Su segunda novela, Aún es de día vio la luz en 1949 a pesar de los numerosos recortes a que la sometió la censura, que también retiró un manual de Historia escrito por él para sus clases como nuevo catedrático de Historia de la Escuela de Comercio. En 1950 hubo de guardar reposo por un amago de tuberculosis al que siguió el nacimiento de su cuarta hija, Elisa. En diciembre publicó su tercera novela, El camino, con la que alcanzó su consagración literaria. La siguiente, Mi idolatrado hijo Sisí, saldría a la venta en julio de 1953, mientras que en 1954 apareció su primera colección de cuentos, La partida.

Diario de un cazador, novela que comenzó a escribir ese año y publicó en 1955, le valió el Premio Nacional de Literatura. Esta novela tendría como secuela Diario de un emigrante, que junto con el libro de viajes Un novelista descubre América (Chile en el ojo ajeno), nacería a raíz de una visita invitado por el Círculo de Periodistas de Santiago de Chile. En 1957 publicó Siestas con viento sur, galardonado con el Premio Fastenrath por la RAE.

Entre 1958 y 1966 dirigió El Norte de Castilla -tras su dimisión en 1963 por sus enfrentamientos con el ministro de Información y Turismo Manuel Fraga continuó en la sombra-, y en 1959 publicó, gracias a la Fundación March, La hoja roja. En 1960 publicó un libro de crónicas rurales titulado Castilla, del que se editan únicamente 150 ejemplares. Ante la censura imperante, Miguel Delibes optó por la literatura para denunciar la situación de abandono del medio rural en Las ratas, reconocida en 1962 con el Premio de la Asociación Española de Críticos Literarios. Ese año fue padre por séptima vez. De la mano de Ana Mariscal, El Camino fue llevada al cine.

MUERE ÁNGELES

En 1963 publicó su primer libro de caza, La caza de la perdiz roja, y su tercer volúmen de crónicas viajeras, Europa: parada y fonda, en el que recoge sus viajes a Italia, Portugal, Alemania y Francia. Un año más tarde se mudará durante seis meses a Estados Unidos para ejercer como profesor visitante en la Universidad de Maryland, del que saldría en 1966 su libro USA y yo. Delibes participó en 1965 en el doblaje al español de la película Doctor Zhivago. Un año después publicó Cinco horas con Mario. Invitado por las Universidades de Praga y Brno, Delibes visitó Checoslovaquia solo unos meses antes de que la URSS aborte la Primavera de Praga, título que daría a un libro de crónicas. Cuando se produjo la invasión rusa, la condenó.

El 1 de febrero de 1973 fue elegido miembro de la RAE, de la Hispanic Society of America y publicó El príncipe destronado. El 22 de noviembre de 1974 falleció, a los 50 años, Angeles. En 1991 se publicó Señora de rojo sobre fondo gris, que refleja esa pérdida. Ese mismo año TVE presentó en el Festival de Montecarlo la adaptación televisiva de La mortaja, que, sin embargo, no se emitió en España hasta 1993. Antonio Giménez-Rico llevó al cine Mi idolatrado hijo Sisí en 1976, a la que siguió, en 1977, la adaptación de El príncipe destronado, de Antonio Mercero y rebautizada como La guerra de papá, mientras que Josefina Molina realizó una serie sobre El camino.

En noviembre de 1978 publicó El disputado voto del señor Cayo, y en 1979 se estrenó la adaptación teatral de Cinco horas con Mario. En 1981 publicó Los santos inocentes, llevada al cine por Mario Camus en 1984. En 1982 recibió el Príncipe de Asturias de las Letras, que compartiría con Gonzalo Torrente Ballester. El Gobierno francés le concedió en 1985 el título de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras. En 1991 el Ministerio de Cultura le otorgó el Premio de las Letras Españolas. En 1993 ganó el Premio Cervantes. La Asociación de la Prensa de Valladolid concedió en 1997 el I Premio de Periodismo que lleva su nombre. Un año más tarde hubo de ser intervenido por un cáncer y publicó su última novela, El hereje, Premio Nacional de Narrativa 1999. Su último libro, La tierra herida (¿Qué mundo heredarán nuestros hijos?), vería la luz en 2005, un año antes de que la SGAE lo propusiera al Nobel junto con Francisco Ayala y Ernesto Sábato.

Miguel Delibes murió el 12 de marzo de 2010, a los 89 años, y su capilla ardiente, en el Ayuntamiento de Valladolid, recibió la visita de miles de personas.

Carnaval de personajes. Aprendió a escribir de oído al trasladar a sus novelas, cuentos y ensayos el lenguaje llano de las gentes de Castilla que retrató en su galería de personajes, como él mismo reconoció en su discurso del Premio Cervantes: “Yo no he sido tanto yo como los personajes que representé en este carnaval literario. Ellos son, pues, en buena parte, mi biografía”.

Periodista. No olvidó nunca la importancia que tuvo en su obra una condición de periodista que conoció de primera mano, durante cerca de 40 años en todos los peldaños del escalafón, desde el meritorio hasta la dirección. Distinguió a la perfección dos estadios totalmente diferentes: la comunicación y la información.

“A lo largo de 43 años no he hecho otra cosa que informar e intentar comunicarme con mis semejantes”, dijo.