Como un viajero siempre explorando, buscando, luchando con las inquietudes, las dudas y las certezas, lo tangible y lo intangible. Así se siente y se representa en su pintura Iker Serrano Robles (Pamplona, 1982). Un creador que considera el arte “el mayor misterio de este mundo”, y que gracias a esta certeza, e impulsado por ella, crea y recrea, busca y se busca, ofreciéndonos la oportunidad de encontrarnos a nosotros también en sus obras.

Quien quiera aventurarse puede hacerlo hasta el próximo 17 de enero en la planta baja del Pabellón de Mixtos de la Ciudadela. Un espacio habitado por la esencia de trece años de trabajo pictórico del artista, desde que finalizó sus estudios de licenciatura en Bellas Artes, en 2007, hasta hoy. Siete proyectos conviven y dialogan en una exposición que aúna 52 pinturas en lienzo y en papel, y que en conjunto desprende grandes dosis de fuerza, vitalidad, intensidad y misterio, reflejo de la manera en que Iker Serrano vive el proceso de creación artística.

“El arte es el mayor misterio de este mundo y mi mayor pasión”, afirma Serrano. “Es el lugar en el que se esconden tantas cosas que ojalá no logremos encontrar nunca del todo”, añade. Porque, si no, se apagaría la chispa. No habría misterio ni motor para la exploración necesaria que es el arte. Además, apunta Iker Serrano, “el imaginario siempre va a ser mayor que lo que podamos encontrar”.

Imaginarios

El imaginario, ese tesoro preciado del artista, está presente en la exposición ‘Hasieratik hasita / Comenzando desde el principio’ en retratos de seres queridos del autor, pertenecientes a su primer proyecto, al que empezó a dar forma nada más terminar la carrera de Bellas Artes, en pleno proceso de maduración personal y artística. También está en las luchas que emprende el pintor con la propia pintura, con la materia prima y sus elementos. Consigo mismo. Habita de igual manera en el viaje al blanco del lienzo, “el viaje al encuentro de la obra”, explica Iker Serrano, un recorrido “en el que el artista intenta ver pero ve lo que ve y no puede ver más allá aunque lo busque”, dice aludiendo a obras en las que representa al pintor, a sí mismo, tapado con un gorro rojo.

El imaginario es el autorretrato, la subjetividad de la que parte Iker Serrano “pero para que cada uno identifique luego su propia subjetividad”; es también el instinto que se pone por delante de la razón en “esa parte que al propio artista se le escapa cuando crea”. Está en los miedos, los intentos, las pasiones. En definitiva, en las búsquedas que suponen todo viaje, todo proceso pictórico y artístico. Y, también, toda posibilidad de conexión con los cuadros una vez colgados. “Invito al espectador a que busque, e identifique sus propias conclusiones o sus propios razonamientos sobre las obras”, dice Iker Serrano.

‘Hacia el origen’

‘Hacia el origen’ es el último proyecto que ha mantenido inmerso al artista en el misterio. Hace referencia a la búsqueda del germen que pone en funcionamiento el principio del universo del artista, un ecosistema poblado por minerales preciosos suspendidos, animales exóticos, islas flotantes o cuevas de fuego. Un nuevo misterio en el que bucear.

La exposición ‘Hasieratik hasita / Comenzando desde el principio’ también muestra al público ilustraciones del proyecto que Iker Serrano llevó a cabo con la editorial Denonartean sobre el relato corto de Julio Verne sobre el día de trabajo de un periodista americano en el año 2889, que el célebre escritor creó en 1889 imaginando cómo sería el mundo mil años después.

En estos tiempos de pandemia, de aislamiento e incertidumbre, la pintura de Iker Serrano amplía nuestra mirada abriéndonos puertas a nuevos mundos, a nuevas posibilidades por explorar. Al mundo entero, que suele habitar en lo más íntimo.