- Después de la gira de Marea de El Azogue, en la que actuaron ante miles de personas, ahora regresa a las tablas, en acústico y en solitario... ¿a qué saben estos conciertos en pequeño formato?

Entrevista a Kutxi Romero, de Marea

Entrevista a Kutxi Romero, de Marea

-Es el entorno natural de un músico, donde ha pasado la mayoría de su vida. Lo demás, es excepcional. Y más en este país, donde el éxito es muy efímero y no es real. Entonces estás mucho más cómodo, hay menos responsabilidad... Pero en otra situación, claro, porque en esta… Y es algo que habíamos hablado los músicos hace años ¿eh? Llegará un día que los conciertos no se harán con público y la gente pagará por verlo en internet. Y ese día ya ha llegado. Y los conciertos que se hacen ahora son... raros.

-Decir cualquier otra cosa es mentir. Es raro para el que toca, porque ve un montón de ojos inexpresivos; para el espectador, que no sabe si se puede levantar a mear sin que le pegue un tiro un francotirador; y para el que lo organiza, porque está cagado con que no haya un brote o entren los geos a desalojar. En mi caso me he puesto a tocar por intentar ayudar a mi entorno más cercano y hasta donde dan mis limitadas facultades, que ni soy Manu Chao, con todos mis respetos, ni Bono de U2. Pero intento cuidar de los míos, que están pasándolo muy mal, a promotores, técnicos... Es mi pequeño reto: intentar cabalgar un poquito y decir estamos aquí y no se ha dado ningún brote en este entorno. Que todas las producciones han sido impecables y en cualquier banco que he entrado a hacer alguna transacción, se podían hacer muchísimas más inspecciones... Pero bueno, el mundo de la farándula es como la prostitución, es exactamente igual.

¿En qué sentido?

-Todo el mundo acude a él cuando hay necesidad y cuando se intenta evidenciar el problema, no es que seamos invisibles… Es que somos inexistentes. Y no veas si hay prostitutas y músicos en España, ¿eh? Tela. Pero soy una persona optimista… En los grandes poderes fácticos, algunas cosas llegarán para quedarse para beneplácito de los hilos que manejan el mundo, como ha sido siempre… Pero espero egoístamente en ir a un concierto y sudar con el de al lado y la de al lado, que eso te quite del mundo real por dos minutos… Porque ahora es imposible quitarse del mundo real, toda situación te está recordando que eso es un espejismo, que es puro paisaje.

Y entre esos espejismos... Marea anuncia su vuelta a los ensayos.

-Sí, en enero. Es el plan inicial, virus mediante, claro, que igual llega enero y no se puede ensayar porque estamos en la plaza cavando un búnker y hay que meterse ahí abajo con latas de calamares. Pero la idea es encerrarnos los cinco en el local y hacer lo que mejor se nos da en la vida: canciones de Marea. Y lo que más mola, hacer la magia que es la música. Y a mí es lo único que me gusta, todo lo demás me lo tomo como a chufla, es una consecuencia y está bien, me permite hacer giras, no tener que ir a la obra... Que tampoco tengo mal recuerdo, pero voy a intentar evitarlo, porque este oficio me parece más plácido… Éste y el de párroco, que todavía me parece más descansadillo, pero ni mi fe es tan absoluta ni soy un pedófilo, con lo cual… Y eso que en esta ciudad es muy fácil, digo siempre que en Pamplona si el que va delante tuya no es un cura, es que el cura eres tú.

Será el parón más breve de la banda en toda su trayectoria. ¿Qué sucede, se acercan los 50 y ya dijo César que a partir de esa edad la mayoría de grupos sólo hace el ridículo?

-La frase literal fue: a partir de los 50 años, en la vida y especialmente en la música, salvo honrosas excepciones, lo único que se hace es el ridículo (risas). Y nos queda nada, así que vamos a aprovechar, que igual llega el año en que César cumple los 50 y nos dice: chavales, recoged las cucharas que nos vamos (risas). Pero me parece increíble que hayamos hecho tantas cosas y proyectos, tantos discos, visitado tantos lugares del mundo… Y sin ningún tipo de ambición más que la de hacer canciones, que eso sí que es de verdad, la gente se va y las canciones son eternas. Las canciones nos van a sobrevivir a todos.

Inevitablemente, en el punto de mira está el 25 aniversario de la banda, que será en 2022. ¿Había intención de celebrar una gira especial?

-Teníamos en mente hacer cosas especiales y las estábamos preparando… Pero tal y como está el patio, ponernos a pensar en ello se me antoja un esfuerzo inútil, sobre todo por la cantidad de gente que viene incomprensiblemente a nuestros conciertos... Y digo incomprensiblemente porque yo llevo haciendo la misma canción desde el 98. De hecho, me dicen: “¿Qué tal el disco nuevo?”, y yo digo: “Bueno, nuevo nuevo… tampoco es”. Le hemos cambiado la portada un poco... Es la misma canción, pero a la gente le debe gustar esa canción, porque sigue viniendo.