El pasado 13 de marzo, justo un día antes de que en España se decretase el confinamiento, La M.O.D.A. finalizaban en Lisboa la grabación del que sería su sexto disco en sus casi diez años de carrera.

Un disco que, más allá de las connotaciones que después le ha aportado la pandemia, venía ya determinado por una serie de factores, como el hecho de contar con la producción de Raül Refree y la declarada voluntad del grupo burgalés de intensificar aún más sus señas de identidad.

El resultado de todo ello es Ninguna ola, el disco que La M.O.D.A. publicaron el pasado viernes. Diez canciones que en lo conceptual toman como hilo argumental el inexorable paso del tiempo y sus consecuencias sobre los las personas y las sociedades.

En lo musical, La M.O.D.A. ha pulido su sonido, aportándole una crudeza que amplifica aún más esa épica sonora que el septeto burgalés ha convertido en santo y seña de la casa.

Para el teclista de la banda, Jacobo Naya, Ninguna ola representa la evidencia de que “hemos llegado a un punto en el que hemos amplificado todo. Si ya las letras o el ambiente de la canciones de La M.O.D.A podía ser opresivo e intenso, ahora lo hemos llevado al siguiente nivel”.

A ello, evidentemente, no ha sido ajena la labor de Raül Refree, uno de los productores más demandados de la escena española y artífice de discos de Rosalía, Silvia Pérez Cruz, El Niño de Elche, Josele Santiago o Rodrigo Cuevas, entre otros.

“Ha conseguido extraer lo máximo de nosotros recurriendo a los mínimos elementos”, comenta Naya. “Nos ha enseñado a expresar con las canciones exactamente aquello que queríamos expresar”, añade.

El teclista subraya la excepcionalidad que supone el hecho de que Raül Refree haya accedido a trabajar con un grupo. “El viene de trabajar siempre con solistas. Cuando lo conocimos nos dijo que no trabajaba con bandas pero que le apetecía hacer algo con nosotros”, dice el teclista.

“Gracias a él hemos conseguido que solo haya lo necesario para transmitir lo máximo en cada momento de cada canción”, apunta Jacobo Naya.

Pero a pesar de la evidente influencia que en el sonido de este trabajo tiene su productor, Ninguna ola es un disco 100% La M.O.D.A. “Totalmente”, recalca su teclista, que añade que “es La MODA en estado puro”. “Este disco representa absolutamente la esencia de la banda”. De hecho, el disco fue grabado entre Lisboa, Barcelona, Madrid y Andoain, pero siempre con todos los músicos tocando en directo y a la vez en el estudio. “No, no ha sido un proceso fácil”, confiesa.

“Nos daba un poco de vértigo porque no estábamos acostumbrados a trabajar así pero hubo una confianza mutua y tiramos adelante con todo. Y según íbamos trabajando comprobábamos que los resultados nos estaban encantando”, incide Naya, que apunta que la forma de grabar este disco exigió “un nivel de concentración muy alto” que se ve recompensado con un “riel” reflejo del sonido de la banda. Un sonido intenso y crudo que gana matices y emotividad a partir de una aparente desnudez. Así lo ve el teclista de la banda. “No por no tener coros en todas las canciones y estar pegando saltos es menos La M.O.D.A. Hemos evolucionado hacia otro lugar. Es un disco más reposado, más íntimo”, comenta.

“Pero que en directo también se va a poder gritar a pleno pulmón”, añade. La cuestión es cuándo se podrá disfrutar de esos directos: “Aunque hay cosas que se están intentado programar no queremos anuncia gira con fechas concretas para no llevarnos después un chasco”.