La periodista vasca empezó una aventura en Madrid después de un 2020 muy duro. Está animada y muestra la pasión que siempre ha dominado su trabajo. Ella es la jefa de La redacción, un espacio en el que el espectador puede ver cómo se cuecen las noticias en vivo y en directo. Adela González está encantada con este nuevo proyecto y se ha involucrado de tal forma que no tiene tiempo más que para ir de casa al trabajo y viceversa. Los fines de semana los reserva enteros para disfrutarlos en familia y en Bilbao. Derrocha simpatía y amabilidad como siempre y señala que lo que ella y su equipo quieren ofrecer durante dos horas al día es actualidad contada de una forma rigurosa y entretenida.

Supongo que está inmersa en la locura de un arranque de programa muy especial.

-A mí me gustan los arranques. Tienes un nervio, una inquietud… Estás creando algo nuevo. Son nervios muy chulos. Es una locura agotadora, pero muy bonita.

¿Le sorprendió que le ofrecieran La redacción

-La verdad es que sí. También es cierto que ya me habían llamado de Telemadrid en unas cuantas ocasiones, pero en los últimos años he estado volcada en mi vida personal y no era el momento de salir de Bilbao. Tenía que estar en mi casa y con mi niña. Esta vez me llamaron, me contaron de qué iba el proyecto y me enseñaron el plató. Es espectacular…

Y en esta ocasión sí era el momento, ¿no?

-La Fábrica, la productora, conoce como nadie el mundo del entretenimiento y de la actualidad. Es una apuesta por la actualidad, también por el servicio público. Me mostraron lo que querían y pensé: creo que encajo bien en este proyecto. Así que aquí estoy, lanzada.

¿Le costó tomar la decisión de abandonar Bilbao?

-Por supuesto. Es mi casa, allí vivo muy bien. Es un lugar en el que tenemos una estupenda calidad de vida y me siento muy querida por mi productora K2000 y también por ETB. Esa tele es mi casa, es donde me he criado profesionalmente. Son momentos que se te cruzan en la vida. Necesitaba un cambio de aires vitales y de aires profesionales y La redacción es un buen lugar. Era una apuesta fuerte y me apetecía. También es una apuesta por aprender, por cambiar el formato, el registro…

Ahora tiene que volver a hacerse a la idea de vivir en Madrid.

-Cuando vine por primera vez pensaba en lo asequible que es Bilbao, una ciudad en la que nos podemos mover andando prácticamente a todas partes, en tranvía… Y se me hacía como cuesta arriba. Me daba una sensación que luego no tiene, es una ciudad muy acogedora. Hay gente de todas partes, nadie es de Madrid y todo el mundo es de Madrid. Yo viví en un Madrid sin covid y en el que estoy ahora es totalmente distinto por la pandemia.

Madrid sigue manteniendo abiertas, salvo alguna excepción, todas las actividades. Es la comunidad con más libertad de movimiento.

-Yo voy de casa al trabajo y del trabajo a casa. No salgo más. Al final, está en cada uno determinar qué hace. También es cierto que no me da la vida para más. Me encantaría tener tiempo de sobra para ir a una terraza, siempre respetando las normas, pero no me sobra un minuto. Madrid tiene zonas sanitarias que están perimetradas. La covid se está abordando aquí de otra manera.

Madrid y Bilbao. ¿Viaje de ida y vuelta semanal?

-Hoy es jueves (día de la entrevista), pues mañana viernes, en cuanto termine el programa, me cambie de ropa y coja mi maleta, me voy para casa, me voy a Bilbao. Tengo a mi niño allí, me está esperando y yo tengo unas ganas locas de verle. A él y al resto de la familia. Nacional 1 para arriba y Nacional 1 para abajo.

Una carretera que conoce a pies juntillas.

-Sí, me sé hasta dónde están los radares, los del túnel de Somosierra, los de este otro punto… es que me los sé todos.

2020 fue un año muy duro para muchos y especialmente para usted.

-La gente va a acordarse para siempre de 2020 por la covid y contará cómo le fue con la pandemia. Es tremendo que lo diga, pero para mí la covid está en un plano secundario. Aunque supongo que lo entenderán todos aquellos que han tenido la desgracia que hemos tenido nosotros, perder a una hija. Todo lo que ocurre después es muy secundario.

Muchos profesionales vascos en Madrid.

-¡Pues fíjate hoy! En el informativo del mediodía estaba Lourdes Maldonado, es de Irún; Inés Ballester no estaba y Silvia Intxaurrondo ha presentado Está pasando; y después yo. Tres periodistas vascas seguidas durante horas en la misma cadena y en Madrid. Y si visitas otras televisiones o vas a las productoras, también te encontrarás a muchos profesionales vascos.

¿Más valorados que en Euskadi?

-Cada uno tendrá una historia diferente, pero hay veces que no eres profeta en tu tierra. Cuando sales de tu zona de confort y te vas a otro sitio, siempre hay ganancias; el profesional que se va aprende y está el orgullo de una cadena que puede decir que está exportando profesionales que gustan fuera.

¿Ve que sea muy fuerte la pelea por las audiencias en el territorio madrileño?

-Hombre, hombre… El dato es el dato, aquí y en todas las televisiones del mundo. Eso es así y por muy bien que te vaya un día no puedes bajar la guardia. La competencia es muy dura en todas las franjas. Telemadrid ha hecho una apuesta muy valiente, en su momento la hizo ETB: retirar el western. Ahora mismo, esta cadena hace quince horas diarias de directo. Eso le permite tener una ventana abierta en todo momento por si pasa algo. Es un directo continuo desde las siete de la mañana hasta casi las once de la noche.

¿Tiene preferencias a la hora de tratar temas?

-Al final es el día el que suministra temas y asuntos. Nosotros asumimos lo que está pasando. La actualidad es la que manda. Mientras estemos haciendo el programa de una manera rigurosa y divertida, haremos un buen trabajo y todos los temas son bienvenidos.

¿Cuántos años ya en televisión?

-Uy, esto no lo puedo decir porque la gente empieza a echar cálculos y a pensar cuántos años tengo. Ja, ja, ja… Creo que por lo menos unos veinte años.

Existe la Wikipedia y suele poner la edad…

-Mira, mira la Wikipedia, haz la prueba y te sorprenderás.

¿No le gusta contar años?

-La vida me ha enseñado que contar años es maravilloso. Pero a la gente qué más le dará la edad que tengas tú, yo o la vecina de enfrente. Se apuesta por un profesional que hace bien su trabajo, qué más da cuántos años tenga.

¿Se ha sentido en algún momento dejada de lado en ETB?

-Los programas nacen de una manera, crecen de otra y van evolucionando de forma distinta. Los dos años en los que he malvivido y hemos sufrido tanto creo que yo no me encontraba para estar al frente de nada y no estaba más que para la lucha personal que teníamos. Sé que hay una dirección que acaba de empezar que me aprecia mucho.

¿Piensa quedarse mucho tiempo en Madrid?

-Acabo de llegar como quien dice. La vida da muchas vueltas. Ya sé que es una frase hecha, pero la televisión centrifuga. No es una frase mía, es de un compañero, Alberto Herrera. En este trabajo no sabes dónde vas a estar ni dentro de un mes, ni dentro de tres, ni dentro de un año. Estoy empezando una aventura, un proyecto y un viaje por el que estoy apostando con todas mis fuerzas.

¿Le exige más este formato que otros que ha hecho?

-Pienso que la exigencia es fuerte en todos los formatos. Tienes que tener solvencia, dominio de los temas, concentración… En mi caso, la naturalidad está ahí y este formato me lo permite. La redacción se presta a mostrar tu parte más espontánea. Se muestra más a Adela González, la persona.

¿Madrid va a ser su campamento base?

No. Mi familia está en Bilbao. Mi hijo está en pleno curso escolar, está muy a gusto con sus amigos, con practicar vela. No quiero sacarle de su entorno. Más adelante ya veremos, pero ahora mismo iré a casa los fines de semana.