Baluarte fue el buque insignia cultural de Navarra en 2020, un año en el que el sector registró una pérdida de ingresos del 29% en todo el Estado y prevé perder hasta el 35% en 2021. Estos son algunos de los resultados que arroja el Observatorio de la Cultura 2020 que realiza, con carácter anual, la Fundación Contemporánea.

En la elaboración de este informe han participado 472 miembros de un panel de profesionales de la cultura, que respondieron en diciembre de 2020 a un cuestionario valorando el impacto de la pandemia en el sector cultural y su avance en la transformación digital, así como las instituciones y acontecimientos culturales más destacados del año a pesar de las dificultades en que se han desarrollado. De los panelistas, un 51% trabaja en una organización cultural pública, un 36,5% en una privada y el 12,6%, como profesionales independientes del sector.

En cuanto a los datos por comunidades autónomas, mientras que el ranking estatal se basa en la opinión de los panelistas de toda España, el ranking de cada comunidad refleja la opinión de los panelistas de ese territorio exclusivamente. Las puntuaciones se refieren al porcentaje de panelistas que han mencionado cada una. Así, en general, todas las personas consultadas en la Comunidad Foral escogieron el auditorio Baluarte como insignia cultural de Navarra el año pasado, con el 61,9% de menciones, frente al 50% de 2019. Baluarte sustituye a 948 Merkatua, que encabezó la lista de lo mejor de la cultura navarra en el informe publicado hace un año. En esta ocasión y por razones obvias -no se ha podido celebrar- el mercado de las artes cae al puesto número 14 de la clasificación local, que cierra la Orquesta Sinfónica Navarra en el 17º lugar.

La Orquesta Sinfónica de Navarra, muy abajo

Siguiendo con el estudio referido a la actividad celebrada en 2020, tras Baluarte comparten segundo lugar el Museo Universidad de Navarra (57,1%) y el Museo de Navarra (57,1%) por la exposición dedicada a Isabel Baquedano que organizaron conjuntamente con el Círculo de Bellas Artes de Bilbao.

En cuarto lugar coinciden la Fundación Museo Jorge Oteiza y el Festival de Teatro de Olite, ambos con el 33,3% de menciones; seguidos por el Centro de Arte Contemporáneo de Huarte, con el 28,6%, y el Teatro Gayarre y el Flamenco On Fire coinciden en el séptimo puesto, con el 23,8%.

El Festival Punto de Vista y la Semana de Música Antigua de Estella figuran en el noveno lugar del ranking (21,4%), y el Anaim Club Fest y la Red de Teatros de Navarra, en el úndecimo, con el 19%.

El Navarra Arena, con el 16,7%, es el 13º del ranking, y el programa Con los pies en las nubes, 948 Cultura y las Jornadas Europeas de Patrimonio comparten el 14º puesto, con un porcentaje de menciones del 14.3%. Por último, la Orquesta Sinfónica de Navarra, con el 11,9%.

En el panel general de todo el Estado, figura en cabeza un año más el Museo del Prado (Reencuentro, Invitadas), seguido del Museo Reina Sofía (Mondrian y de Stijl), el Festival de San Sebastián, el Teatro Real, el Museo Thyssen-Bornemisza (Expresionismo alemán) y el Museo Guggenheim (Kandinski, Olafur Eliasson).

Completan los diez primeros puestos PHotoEspaña, CaixaForum (Vampiros, El sueño americano), el Museo de Bellas Artes de Bilbao y el Festival de Almagro.

La relación se completa con hasta 85 instituciones y actividades. Entre las novedades, las conmemoraciones del Año Galdós y el Año Delibes, Cultura y Ciudadanía, D’A Film Festival y TBA21. Solo una entidad navarra, la Fundación Museo Jorge Oteiza, aparece en el ranking estatal, concretamente, en el puesto 74 con el 0,9% de las menciones. En 2019 figuró la misma dotación con un porcentaje del 1,1%.

La transformación digital, una oportunidad

La pandemia ha obligado al sector a avanzar aceleradamente en su transformación digital, desde los contenidos hasta la comunicación, el teletrabajo o la venta on line.

Por categorías, si se tiene en cuenta la oferta de urgencia, Un 75% del sector adaptó durante la pandemia algunas de sus actividades físicas a un formato digital, mientras un 64% ha creado nuevos contenidos y actividades en soporte digital.

Respecto a la audiencia digital, un 97% ha experimentado un incremento significativo en las audiencias digitales de sus webs y redes sociales. Sin embargo, para un escaso 8% esto se ha traducido en mayores ingresos por servicios digitales o ventas on line.

Por otro lado, un 61% de las personas encuestadas declara estar desarrollando un plan integral de transformación digital, con impacto en contenidos, formatos, comunicación, financiación y organización. A su vez, un 45% continúa implantando un plan elaborado antes de la pandemia.

En el ámbito de la inversión digital, los planes de transformación digital no cuentan siempre con un presupuesto para su desarrollo. La mayor voluntad inversora (66% de los panelistas) se destina a la producción de contenidos digitales, a equipamiento y software (45%) y a publicidad y comunicación digital (40%); la inversión en personal o asesoramiento externo para proyectos digitales no llega al 30% de los casos.

Por último, a medio plazo, los panelistas muestran un elevado consenso en que la digitalización forzosa les ha ayudado a identificar oportunidades de futuro (6,7). Cuando los proyectos vuelvan al formato físico, no van a renunciar a un complemento digital (6,4). Tienen dificultades para identificar modelos de financiación para proyectos digitales (5,7) aunque pocos creen (4,0) que el paso a digital suponga perder parte de sus patrocinios actuales.